sábado, julio 31, 2010

Mujeres cubanas muestran significativos logros sociales...

Cuba muestra un significativo número de logros sociales en el sector femenino, que serán mostrados en la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación hacia la Mujer (CEDAW).

La secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Yolanda Ferrer, aseguró que el sector constituye un grupo priorizado dentro de las políticas sociales del país.

Al intervenir en la Comisión parlamentaria de Atención al Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, que sesiona en el capitalino Palacio de Convenciones, Ferrer puntualizó que el 40 por ciento de las matrículas universitarias en el campo científico técnico corresponde a féminas.

También, la isla ocupa el primer lugar de las Américas en cuanto a la baja mortalidad infantil con un 4,8 por mil nacidos vivos.


Ferrer recordó que después de Suecia, Cuba fue la segunda nación en acceder a la CEDAW, el 17 de julio de 1980.

La FMC es una organización no gubernamental con categoría consultiva especial ante el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas y es el mecanismo de seguimiento a los acuerdos de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing, en 1995, amplió.

"En 1997 fue aprobado el Plan de Acción Nacional de Seguimiento a la Conferencia de Beijing, que con fuerza de ley adoptó 90 medidas que involucran a un considerable número de organismos del Estado", señaló.

A Cuba le corresponde presentar un nuevo informe periódico a finales de este año, aseveró Ferrer.

Las 12 comisiones permanentes del Parlamento cubano concluyen hoy sus deliberaciones tras debatir asuntos medulares del país correspondientes al quinto período ordinario de sesiones de la séptima legislatura del órgano.

http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=209382&Itemid=1

Argentina: Denuncian que un afiche es ofensivo para la mujer...

Juan Cruz Varela
La imagen de una mujer desnuda, de rodillas, lamiendo una porción de sushi sobre una consola en la que alguien derrama una gota de miel generó un escándalo a ambos lados del río. Lo que se suponía la publicidad de un restó-bar nocturno en la ciudad de Santa Fe terminó siendo motivo de presentaciones administrativas solicitando la inmediata remoción de las gigantografías colocadas en la vía pública en Paraná y Santa Fe.

Una ciudadana paranaense –cuya identidad se mantuvo en reserva– efectuó una presentación ante la Defensoría del Pueblo por la publicidad exhibida en distintos puntos de la capital entrerriana. En una exposición verbal realizada el jueves la mujer dijo sentirse “ofendida” y “agraviada” por el contenido de los afiches.
La mujer invocó los preceptos establecidos en la Ley de Protección Integral a las Mujeres, sancionada en marzo del año pasado y reglamentada a través del Decreto Número 1.011, publicado el 20 de julio pasado en el Boletín Oficial. En esa misma norma se amparó la presentación que el defensor del Pueblo, Luis Garay, realizó ayer a última hora ante el Departamento Ejecutivo Municipal.


El artículo 2 inciso e) de la norma consigna que “se consideran patrones socioculturales que promueven y sostienen la desigualdad de género, las prácticas, costumbres y modelos de conductas sociales y culturales, expresadas a través de normas, mensajes, discursos, símbolos, imágenes o cualquier otro medio de expresión que aliente la violencia contra las mujeres o que tienda a: perpetuar la idea de inferioridad o superioridad de uno de los géneros; promover o mantener funciones estereotipadas asignadas a varones y mujeres, tanto en lo relativo a tareas productivas como reproductivas; desvalorizar o sobrevalorar las tareas desarrolladas mayoritariamente por alguno de los géneros; utilizar imágenes desvalorizadas de las mujeres, o con carácter vejatorio o discriminatorio; y referirse a las mujeres como objetos”.

Desde la Defensoría del Pueblo se envió una nota al intendente José Carlos Halle en la que se lo pone en conocimiento de la presentación efectuada por una ciudadana y se reclama “que tenga a bien arbitrar los medios para cesar en la difusión de los afiches y retirar los que ya se encuentran expuestos en la vía pública, en base a los preceptos y fundamentos establecidos en la ley”, señaló Garay a EL DIARIO.

No obstante, lamentó la trascendencia que se dio al tema “porque en definitiva es publicidad gratuita para un negocio que ni siquiera está en Paraná”, pero remarcó que el afiche “contiene características que justifican que una persona pueda sentirse ofendida por su contenido porque hay una clara degradación de género al mostrar una imagen de la mujer que no es real” y acotó que “lo importante es que se tome conciencia de esto y que los publicistas tengan en cuenta que hay una ley y que deben cuidarse a la hora de hacer una determinada publicidad callejera”.

Oficialmente desde la Comuna se indicó que el lunes se reunirán funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente, que tiene a su cargo la regulación la publicidad que se exhibe en la vía pública, y de la Agencia Municipal de la Mujer para evaluar la situación y si se considera que el afiche en cuestión es ofensivo se pedirá a la empresa que tiene la concesión de la cartelería en los obradores y pega-pantallas que lo retire. De todas maneras, el titular del organismo, Ricardo Goñi, aclaró que el Municipio “lo que autoriza es el uso del espacio público, pero no regula los contenidos”; pero el servicio de publicidad está concesionado a dos empresas privadas.

En tanto, la titular de la Agencia Municipal de la Mujer, Valeria Migueles, repudió “la publicidad sexista y la difusión de todo estereotipo que se ejerce a través del cuerpo de las mujeres, cosificándolo a tal punto que sea visto y aceptado de manera normal como un objeto mercantil o en un rol de inferioridad y sumisión al hombre”, al tiempo que reclamó una “responsabilidad social empresaria”.

DEL OTRO LADO. Sin embargo, el origen del revuelo está en la vecina orilla. Hace unos días el defensor del Pueblo de Santa Fe, Edgardo Bistoletti, solicitó la inmediata remoción del anuncio publicitario por infringir la Ley Número 26.485 de Protección Integral a las Mujeres y la revisión del permiso de habilitación del negocio y/o su cambio de denominación. En la nota también se advierte que la publicidad vulnera valores y derechos consagrados en la norma.

En el escrito también se expresa que “el lenguaje verbal y visual son congruentes, teniendo a la mujer como eje, representándola como santa y demonio, seductora, peligrosa, dadora de placer, está allí, basta tomarla, entrega y pecado. Mujer objeto, tentación-peligro, devora y/o es devorada. Estereotipos que se complementan con los masculinos, poder, posesión, dinero, potencia y rendimiento”.

El intendente Mario Barletta replicó en una conferencia de prensa en la que acusó al Defensor del Pueblo de ser “funcional” a los intereses del boliche y aseguró que hace una semana se intimó “a las empresas que en la ciudad de Santa Fe tienen la cartelería publicitaria en obras” al retiro de esos afiches y que lo hizo “sin darle publicidad”.

Asimismo, acotó que “sin entrar en las consideraciones que puedan hacerse en relación con la publicidad, el Municipio lo que hizo fue cumplir con obligar al retiro de esa publicidad porque no hay ningún trámite para abrir ningún night club ni restó. No hay ningún trámite realizado para su habilitación para los rubros que se publicitan”.

En tanto, el secretario de Control de la Municipalidad, Cornelio Collins, aclaró que “el local está habilitado para confitería bailable, pero no para restaurante”, por lo que se tomarán oportunamente las medidas correspondientes si no se cumple con la normativa.

http://www.eldiariodeparana.com.ar/textocomp.asp?id=198593#

Mujeres venezolanas en cruzada por la paz...

Prensa Latina
Las mujeres venezolanas enviaron hoy un mensaje de paz a Colombia en medio del diferendo entre los dos países, ahondado con la escalada de agresiones de la vecina nación.

En el estado fronterizo de Zulia, miles de estudiantes y trabajadoras, clamaron por el diálogo y el entendimiento bilateral.

Esta es una manifestación de amor, no queremos la guerra sino la unión con nuestros hermanos colombianos y la paz para nuestros hijos, enfatizó la ministra para asuntos de la mujer, Nancy Pérez.

En medio de una multitudinaria concentración expresó que el numeroso grupo poblacional que representa aboga por el respeto a la soberanía nacional.

La concentración, liderada por el frente de mujeres socialistas, es una demostración de respaldo a la postura del gobierno venezolano ante los ataques de la Casa de Nariño, exacerbados con las acusaciones de sus voceros sobre la supuesta presencia aquí de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional, añadió.


Las imputaciones interpretadas por el presidente Hugo Chávez como un pretexto para preparar un posible ataque armado contra Venezuela, motivaron la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Caracas y Bogotá la semana previa.

Queremos la unidad de venezolanas y colombianas, la integración, somos un solo pueblo, enfatizó Pérez, quien agregó que no obstante esa voluntad de encuentro y reconciliación, las mujeres de la patria del Libertador Simón Bolívar rechazarán cualquier intento de agresión al territorio nacional.

En declaraciones a la prensa, condenó las imputaciones de Álvaro Uribe en los días finales de su mandato que constituyen un peligro para la paz regional.

Recordó que cuatro millones de colombianos viven actualmente aquí para evadir las secuelas del conflicto interno surgido en el vecino país hace más de medio siglo.

Nuestro llamado es a la paz en Colombia y en toda la región, insistió.

En el estado de Amazonas, miles de pobladores repudiaron también la política hostil de Uribe, alentada por Estados Unidos.

Aragua será la capital de la Semana Mundial de la Lactancia Materna...

La actividad se desarrollará bajo el lema “Impulsemos nuestra Ley, hagamos hospitales amigos y más”. En Aragua se difundirán, de la mano con las comunidades, mensajes pro lactancia materna que refuercen en la población esta cultura de salud, vida, seguridad y soberanía alimentaria
María Carolina Lara / El Aragueño
El Gobierno regional, conjuntamente con la Fundación Regional El Niño Simón Aragua, invitan a las madres lactantes y mujeres embarazadas de la región a la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2010, que tendrá su inició mañana domingo en el Parque de los Niños, con un encuentro ecológico denominado “Lactancia materna como un acto natural de vida”.

Así lo dio a conocer Oriana Anzola, directora ejecutiva de la Fundación Regional El Niño Simón, quien agregó que la actividad tiene como lema “Impulsemos nuestra Ley, hagamos hospitales amigos y más”, donde la entidad aragüeña estará difundiendo, de la mano con las comunidades, mensajes pro lactancia materna que refuercen en la población esta cultura de salud, vida, seguridad y soberanía alimentaria que están incluidas en la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna.

Asimismo, Aragua será la capital de Venezuela en el Foro Nacional de Lactancia Materna, que tendrá lugar en el Inces La Morita, el próximo 5 de agosto, distinción que se le otorga a nuestro estado por ser único en el país en tener más de 80 por ciento de sus hospitales con la acreditación de “Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia”. Las actividades finalizarán con un conversatorio con las clínicas privadas para concienciar sobre la importancia de amamantar inmediatamente después del nacimiento.



Jornada de parto humanizado
Zumire Ferrer, presidenta del Instituto de la Mujer en Aragua, indicó que con el objetivo de profundizar las jornadas del parto humanizado, haciendo énfasis en la lactancia materna y el apego precoz, el jueves en las instalaciones del HCM se efectuará un foro que contará con la ponencia de Iris Mora, representante del Ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género y Montserrat Aquino, experta en parto natural y humanizado.
El objetivo es sensibilizar al personal médico y la mujer embarazada para ir desmedicalizando a las féminas al momento de parir, para hacer de este hecho natural un momento más humano.


10 pasos para la lactancia materna exitosa

1. Tener una política de lactancia materna escrita que sea comunicada periódicamente al personal.
2. Entrenar a todo el personal para llevar a término esta política.
3. Informar a todas las mujeres embarazadas sobre los beneficios y la práctica de la lactancia materna.
4. Ayudar a las madres a iniciar la lactancia durante la primera hora después del parto.
5. Enseñar a las madres cómo amamantar y cómo mantener la lactancia aún si se separan de sus bebés.
6. No dar a recién nacidos/as ningún alimento ni bebida que no sea leche materna; hacerlo sólo por indicación médica.
7. Practicar el alojamiento conjunto; dejar que las madres y sus bebés estén juntos las 24 horas del día.
8. Fomentar que la lactancia materna se dé cada vez que el/la bebé lo pida.
9. No dar tetinas, chupetes u otros objetos artificiales para la succión de los bebés amantados/as.
10. Promover la creación de los grupos de apoyo a la lactancia materna y remitir a las madres a los mismos.

Crece número de asesinatos de mujeres en Dominicana

Las muertes de mujeres a manos de sus parejas, uno de los problemas sociales más agudos en la República Dominicana, crecieron de manera sustancial en 2010, revelaron fuentes judiciales.

En lo que va de año, 51 mujeres han perecido víctimas de la ira de sus antiguos o presentes compañeros, una decena más que el año anterior, acorde con cifras reveladas por Roxana Reyes, procuradora adjunta para asuntos de la mujer.

La funcionaria dijo que resulta difícil establecer una tendencia en esos hechos, pues las estadísticas no muestran un patrón uniforme y ascienden o descienden sin explicación.

Como rasgo positivo mencionó que se registra un incremento en el número de denuncias de agresiones masculinas que se manifiestan de diversas maneras.

Sin embargo, existen quejas de las agredidas en el sentido de que las autoridades en muchos casos se abstienen de intervenir, sea por prejuicios, machismo o para evitar colisiones con los agresores por lo que en algunos casos consideran un problema personal.


Resulta significativo que en muchos de los casos en que las mujeres perecen, sus agresores también se quitan la vida, en algunos casos después de agredir a otros miembros de la familia de su pareja.

Organizaciones sociales han mostrado su alarma por la tendencia a las manifestaciones violentas tanto de carácter verbal, como económico contra las féminas y el daño que ocasionan a la familia como núcleo central de la sociedad.

En ese capítulo se inscriben de manera colateral las violaciones sexuales, muchas de las cuales no son registradas porque gran parte de las víctimas se abstienen de denunciarlas por presión social y los perjuicios que puede causarles.

Entre los sectores más subdesarrollados de la sociedad existe la idea de que esos crímenes de alguna forma son provocados por las mujeres, un concepto que parece arraigado en la cultura popular.

Argentina: SOY: Ante la ley...

El no reconocimiento de la identidad de género es causal de toda clase de violaciones a los derechos humanos de las personas que viven una identidad distinta de la asignada al nacer o al ser inscriptas como ciudadanas en partidas o documentos: expulsión del sistema educativo y de la atención a la salud, falta de oportunidades laborales o de acceso a la vivienda social, entre otras violencias como la estigmatización o la represión policial basada en edictos y códigos. A lo largo del debate sobre la ley de matrimonio fueron muchas las voces que enunciaron la necesidad de una ley de identidad de género como paso siguiente. Ese futuro ya llegó.
Por Mauro ï Cabral / Página 12
Habían pasado apenas unas horas desde que el Senado argentino aprobara la ley de matrimonio igualitario cuando Jorge Rial puso al aire una entrevista con Florencia de la V. A ella, justamente a ella, este conductor había mandado preguntarle si estaba pensando en casarse. La respuesta de Florencia de la V tuvo dos partes. Primero dijo que sí, que estaba pensando en casarse. Luego dijo que no, y no porque hubiera cambiado de idea, sino porque para casarse quería contar, antes, con el reconocimiento legal de su identidad femenina. Rial no soportó el revés, ni la tentación de devolverlo con creces. Al presentar la entrevista ya grabada decidió “explicar” a su audiencia la respuesta que estaba a punto de escuchar al aire. ¿Qué mejor “explicación” que repetir varias veces el nombre legal masculino de quien es públicamente conocida como Florencia de la V?


Es cierto: lo único que vuelve especial este intercambio es que tuvo lugar en la televisión, vista y oída por un número impreciso pero grande de personas (¿Unas millones? ¿Unas miles? ¿Unas cientas? ¿Unas cuantas?). También es cierto que es precisamente ese carácter televisivo el que la archiva, la atesora y, al mismo tiempo, la produce y la mantiene disponible como evidencia. Y ahí estará, ahora y para siempre, como una muestra –como una muestra más– de lo que significaba ser trans* en Argentina allá por el 15 de julio del 2010.

***

La Argentina no ha tenido, ni tiene, una ley de identidad de género. Tiene distintas ordenanzas que garantizan su reconocimiento en escuelas, hospitales y otras instituciones públicas –desde la semana pasada, por ejemplo, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (ver entrevista pág. 8). También cuenta con diversos fallos judiciales (incluyendo uno de la Corte Suprema) y compromisos internacionales asumidos por este y otros gobiernos. Hay doctrina jurídica para todos los gustos (incluyendo, por supuesto, el mal gusto). Hay un proyecto de ley que ya fue introducido en Diputados (elaborado por Silvia Ausburguer y avalado por la Falgtb), y hay más proyectos en camino. Hay, sobre todo, una diversidad irreductible, expectante y decidida, una diversidad que cabe en la lista de “travestis, transexuales y transgéneros” y que también la desborda. En este lugar nombraré a esa diversidad como trans* –siendo el asterisco la marca escritural de su incontenible apertura–.

Es precisamente esa diversidad trans* la que en este momento se encuentra ante la ley –ante la posibilidad real y concreta de esa ley, de su discusión, su elaboración, su negociación, su aprobación o su desaprobación–. Durante años y años la hemos estudiado, debatido, anhelado, rechazado, necesitado hasta la desesperación, luchado. La política de la diversidad sexual ha instituido este tiempo como el tiempo de esa ley.

Este puede ser también, por fin, nuestro tiempo.

Cada vez que se habla de una ley de identidad de género la cuestión que surge de inmediato, como demanda primera, es la cuestión del reconocimiento. Pero, ¿se trata de un reconocimiento, o de varios? Empecemos a contar. Uno, hablamos del reconocimiento de la identidad de género personal (toda vez que ésta no coincida con el sexo asignado en el momento del nacimiento). Dos, hablamos también del reconocimiento del derecho a encarnar, a producir, expresivamente, esa identidad de género (a través de medios tales como la vestimenta y el calzado, el corte de pelo y los ademanes, las hormonas, las cirugías y las prótesis...). Tres, hablamos además del reconocimiento de la identidad de género como causal de violaciones a los derechos humanos (discriminación, exclusión, hostigamiento, persecución, confinamiento, tortura, muerte). Cuatro, hablamos, y muy seriamente, del reconocimiento de la deuda histórica del Estado argentino con todas aquellas personas que hemos sufrido y sufrimos violaciones a nuestros derechos humanos sobre la base de nuestra identidad de género, así como del reconocimiento de su deber de cancelar esa deuda a través de acciones concretas (aquellas que no sólo deroguen toda legislación que nos discrimine, patologice y/o criminalice, sino también aquellas que nos aseguren el pleno acceso a derechos tales como la educación, la salud, el trabajo, la vivienda y la Justicia). Y hay más.

Consideremos el primer reconocimiento de todos: la identidad de género de todas aquellas personas que nos identificamos de un modo distinto al que se nos asignó al nacer. El Estado argentino reconoce sólo dos sexos, varón y mujer –y hasta ahora sólo ha concedido cambiar de un sexo al otro–. ¿Alcanza? A muchas personas trans* sí, y ese reconocimiento sería la piedra angular de sus derechos. A muchas personas trans* no y ese reconocimiento sería impreso más en su opresión. ¿Mantendremos el binario de la diferencia sexual en nuestra demanda de reconocimiento? Esa medida sin duda beneficiaría a quienes se identifican en el sexo opuesto al que les fuera asignado, pero ¿esa es la única salida posible? Tal vez ésta sea la oportunidad de expandir el repertorio estatal de identidades (para incluir, por ejemplo, travestis, trans, intersex, etcétera). O, quien sabe, quizá sea el momento de acabar con el dispositivo estatal de control en el que consisten las identidades sexogenéricas legalmente reconocidas. Y de preguntarnos ¿De qué modo (si ese modo existe) podemos evitar que el reconocimiento estatal que sepamos conseguir (de dos, cinco o diez identidades) no perpetúeel mismo régimen de asignación forzada en el que vivimos? La multiplicación de los géneros legales ¿hará estallar la diferencia sexual legalizada, su naturalidad y sus privilegios? ¿O sólo multiplicará al infinito sus clasificaciones, reglas y jerarquías? ¿Podremos transformar esta aspiración normativa, este deseo de ley, en un trabajo emancipador?

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No nos olvidemos: estamos lidiando con un Estado. Peor aún, con la vetusta pasión borbónica del Estado argentino por la regulación. Las condiciones para el reconocimiento de la identidad de género que han impuesto nuestras Cortes son una excelente muestra de esa pasión desorbitada: evaluaciones médicas, psicológicas, psiquiátricas y ambientales; diagnóstico diferencial; tratamientos hormonales; cirugías; esterilidad; dictámenes de comités de bioética; testigos; comparecencia ante el tribunal a fin de proceder a la verificación de la biografía y comprobar que quien demanda ese reconocimiento pasa como un hombre o una mujer heterosexual.

Esta es la ocasión perfecta para desmantelar esta cadena jurídico-normativa de producción, esta cadena perversa que nos produce como desiguales en el momento mismo de declarar nuestra igualdad ante la ley, este sello de inferioridad humana que se nos impone como precio al reconocimiento. Esta es la oportunidad de recordar que nuestros derechos no empiezan ni terminan en la identidad de género. Tenemos derecho al matrimonio y a la materpaternidad. Tenemos derechos sexuales y derechos reproductivos. Tenemos derecho a ser quienes somos sin someternos al juicio de quienes se arrogan el saber y el poder sobre el cuerpo, el género y la sexualidad de alguien más.

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La teoría, la política y el sentido común suelen colocar a las personas trans* dentro del conjunto diverso de las minorías sexuales. Lo cierto es que cuando se trata del derecho a intervenciones sobre el cuerpo sexuado no somos, en lo absoluto, una minoría. En la Argentina somos, más bien, como todo el mundo: dependemos de permisos extraordinarios que muy rara vez son concedidos. Aunque se trate de carne de nuestra carne, ese cuerpo sexuado no nos pertenece -le pertenece a la medicina, la bioética, las disciplinas psi, al derecho, a la especie (sí, hay quienes lo dicen), a las Iglesias y, en última instancia, al Estado–. Bien lo sabemos: sin autorización judicial no es posible acceder en nuestro país a procedimientos hormonales y quirúrgicos de modificación corporal (lo que es decir, es posible acceder a esa cirugías pagándolas por nuestra cuenta aquí o en otra parte). Las consecuencias están a la vista, y no solo en nuestros cuerpos. La propia formación de especialistas se ha resentido por la persistencia absurda de la prohibición, y el mercado negro de siliconas, hormonas y cirugías se cobra sus víctimas lejos, muy lejos, del interés del Estado.

La intersección entre medicina y derecho ha producido una de las mayores aberraciones contra las que tenemos que enfrentar en este debate: la patologización trans* como condición de posibilidad para acceder a derechos. Hasta nuestros días, sólo quienes podamos acreditar fehacientemente un diagnóstico de transexualismo verdadero o trastorno de la identidad de género podemos aspirar al permiso necesario para modificar quirúrgicamente nuestro cuerpo sexuado y al reconocimiento legal de nuestra identidad de género. Sin embargo, la patologización de nuestras vidas no es solamente un requisito –es también una matriz–. Crea, diferencia y administra experiencias, normales y anormales, sanas y enfermas, del cuerpo y de la identidad, de la expresión de género y la sexualidad. La patologización trans* es uno de los modos privilegiados en los que funciona la matriz heterosexual, reproduciendo subjetividades masculinas y femeninas estereotipadas y estigmatizando a todas las demás. Incluso quienes advierten que la patologización es necesaria para acceder a la cobertura pública de las intervenciones- deberían considerar si no ha llegado el momento de cuestionar la naturalidad con la que se impone este argumento. Es cierto que la lógica del diagnóstico ha hecho posible, para muchas personas, el acceso a cirugías y hormonas; para muchas, muchas otras, lo ha hecho imposible (o bien porque rehusamos someternos a esa lógica, bien porque nuestra expresión de género, nuestra sexualidad o, en general, nuestra biografía no se ajustan a criterios diagnósticos). Y ése es el momento de decidir si hemos de ignorar, avalar o subvertir este estado de cosas.

El proceso histórico que vivimos puede ser –y ojalá lo sea– una oportunidad imperdible para examinar a conciencia el modo en el que se construye públicamente el sujeto trans* de derechos y, quién sabe, para poner en crisis los límites férreos de esa construcción. A lo largo de los últimos años, y con mayor insistencia que nunca tras la aprobación de la ley de matrimonio, se ha insistido en la importancia del reconocimiento de la identidad de género para transformar la situación de vulnerabilidad extrema en la que se encuentra la comunidad travesti en la Argentina. Esa situación es innegable e insostenible, pero también lo son las situaciones por las que atravesamos muchas personas trans* que no somos travestis –y aun debemos construir un vínculo real entre el reconocimiento legal de la identidad de género y la transformación de nuestras conexiones materiales de existencia–. No sólo eso: así como es cierto que la propia discusión pública sobre la ley de identidad de género ya está contribuyendo a visibilizar esa situación extrema de vulnerabilidad, es cierto también que en la producción de esa visibilidad otros colectivos trans* somos borrados del mapa –en particular, los hombres trans–.

Luchar en pos de la aprobación de esta ley puede ser, además, una ocasión para examinar críticamente el recurso habitual a la victimización como estrategia política, y las consecuencias profundas de ese recurso –entre las que sobresale la lógica de la representación–. Son muy raras las oportunidades que tenemos de hablar con nuestra propia voz, y mucho más raras aquellas en las que podemos decidir nuestras propias agendas y nuestras propias alianzas. Y eso sí que no es raro, dado que hasta ahora siempre nos ha tocado jugar el rol clave de las víctimas. El victimismo militante comporta otro riesgo al que atender: el riesgo de tener que conformarnos con derechos de mínima, ofrecidos a quienes ya no tienen nada que perder y para quienes cualquier oferta representa algo que ganar. Tal vez éste sea el momento adecuado para ampliar nuestras estrategias, incorporando al registro del sufrimiento aquel otro registro, el de la resistencia, y a la cuenta del genocidio aquella otra, la del número de quienes, todos los días y como sea, sobrevivimos. Y respondemos.

Creamos, administramos y dirigimos cooperativas de trabajo. Impulsamos y protagonizamos cambios en la OEA y en Naciones Unidas. Coordinamos redes nacionales, regionales e internacionales. Ideamos e hicimos realidad normativas que nos franquean la entrada a instituciones públicas bajo nuestros propios nombres. Editamos El Teje, primer periódico travesti latinoamericano. Hemos educado sin pausa a quienes nos quieren y a quienes nos odian. Le hemos puesto el cuerpo y el alma a la lucha contra los Códigos Contravencionales y de Faltas. Los padecemos. Los enfrentamos. Hemos transformado para siempre al feminismo y al movimiento de derechos humanos. Logramos que la Corte Suprema validara nuestra personería jurídica, y que al cabo de demasiados años nuestra identidad de género fuera reconocida. Formamos a los mismos médicos que iban a atendernos y a los mismos abogados que iban a representarnos. Disputamos incansablemente el control del dinero destinado a nuestras comunidades. Redactamos informes, escribimos artículos, editamos La gesta del nombre propio y Cumbia copeteo y lágrimas, contribuimos a la redacción de los Principios de Yogyakarta (ver recuadro). Acompañamos a gays y lesbianas en todas sus luchas. Logramos que medios, políticos y financiadoras confiaran en nuestras capacidades. Participamos de eventos en distintos lugares del mundo, y hace dos meses apenas nuestra voz se oyó fuerte y clara en el Congreso Internacional sobre Identidad de Género y Derechos Humanos. Y hay que decirlo: quienes hacemos activismo trans* en nuestro país no somos, ni de lejos, una comunidad. Pero hoy, ante esta ley, podemos ser un movimiento.


viernes, julio 30, 2010

5 expectativas absurdas, injustas y sexistas que la sociedad impone a los hombres

Greta Christina /Rebelión
Traducido para Tlaxcala por Atenea Acevedo
Si tienes un pelo de progresista no te sorprenderá leer que el sexismo lastima a las mujeres. Obvio, ¿no? Es, digamos, la definición misma de la palabra. Sin embargo, no solemos hablar mucho de las maneras en que el sexismo lastima a los hombres. Se entiende: cuando observamos las grotescas formas en que el sexismo daña a las mujeres (desde la desigualdad económica hasta la privación del derecho al ejercicio político como ciudadanas y el abuso literalmente físico), resulta razonable que nos preocupemos más por cómo afectan el sexismo, el patriarcado y los rígidos roles de género a las mujeres que a los hombres.

No obstante, no cabe duda que estas cosas también los marcan a ellos. Tal vez no los joden tanto como a las mujeres, pero tampoco es un daño trivial. El tema me importa y creo que a otras feministas (y otras mujeres y hombres que bien pueden no definirse como feministas) debe importarles también.


Hay muchas razones por las que me interesa el tema. Me interesa por los hombres y niños que forman parte de mi vida y me importan; veo cómo acaban hechos nudo por unos roles de género que no solamente hacen enloquecer por su rigidez, sino por sus imposibles contradicciones, y esa realidad me enferma, me entristece y me enoja. Me interesa porque me importa la justicia: equidad es equidad, y no pretendo resolver el problema de la desigualdad de género haciendo que la situación sea peor para los hombres. Además, me interesa por razones puramente pragmáticas, incluso maquiavélicas. Me interesa porque me importa el feminismo... y estoy convencida de que una de las mejores vías para promoverlo es sumar más varones al movimiento. Si podemos hacerles ver que el sexismo también perjudica sus vidas y que compartir la vida con mujeres libres en condiciones de igualdad es mucho más placentero, lograremos tenerlos de nuestro lado (esto me recuerda la calcomanía que una amiga llevaba en su furgoneta con la leyenda Las feministas cogen mejor). Así que he estado analizando maneras concretas en que el sexismo daña a los hombres. Específicamente, me he concentrado en las expectativas de nuestra sociedad respecto a ellos, en nuestras definiciones de lo viril. He pensado en lo estrictas y rígidas que son esas expectativas, en cómo los mandatos de la virilidad van tejiendo una cuerda floja tan delgada que solo un equilibrista profesional podría cumplir con ellos sin romperse la crisma (tarea difícil, ya que “equilibrista profesional” no encaja, ni con calzador, en los parámetros de lo considerado masculino). He ido más allá de la rigidez de esas expectativas para reparar en las absolutas contradicciones que entrañan, pues generan una visión idealizada de la hombría que no solo es ridícula, sino literalmente inalcanzable. Además, he estado conversando con distintos hombres (amigos, colegas, familiares, vecinos, amistades virtuales) sobre las expectativas que perciben sobre lo que significa “ser hombre” y la manera en que se ven afectados por ellas. Aquí va una lista de cinco expectativas:

1. Pelea, pelea, pelea.
Cuando hice una encuesta informal y carente de rigor científico entre los hombres que conozco para preguntarles qué se esperaba de ellos como hombres, muchos mencionaron “pelear”. Pero muchos, muchísimos. Vamos, tantos que me sorprendieron, de verdad. Mi rinconcito social, el cual comparto con la mayoría de los varones que conozco, está cómodamente instalado en la clase media: gente educada, conversadora, civilizada al extremo y casi irritablemente tranquila. Resolvemos nuestras diferencias con palabras, miradas furiosas, estrategias... o echando mano de la ley como último recurso. Incluso levantar la voz o proferir insultos resulta un tanto grotesco. Excepto por los eventos deportivos, podría contar con los dedos de una mano las riñas físicas que me ha tocado atestiguar en los últimos 10 años. Bueno, ni siquiera las amenazas de enfrascarse en una pelea a puñetazos. Sin embargo, todos los hombres con los que hablé mencionaron el tema. La disposición a “pelear de verdad, físicamente, con los puños o con armas”, en palabras de mi amigo Michael, para defender su honor (o el de la pareja, el país, el equipo o lo que sea) es más importante de lo que yo hubiera imaginado en lo que respecta a la forma en que los hombres aprenden a concebir su masculinidad. Aun cuando los conflictos nunca lleguen a ese punto, es decir, aun cuando no estrelles el puño contra nadie, estar dispuesto y ser capaz de hacerlo es una extraña prioridad en el Club de Tobi. Como dijo mi amigo Adam: “Prefieres una contusión a que te digan poco hombre”. Y la anécdota de Damion: “Voy de copiloto mientras mi cuñada, al volante y relativamente hombruna, le enseña el dedo medio a algún tipo en medio del tráfico de Baltimore. El tipo sale disparado del auto, furioso, y lo primero que pienso es ‘Perfecto, ahora me lo tengo que madrear’”. Todo ello pone a los hombres en un asqueroso dilema: las leyes y las expectativas de nuestra sociedad civilizada fueron diseñadas para mantener la violencia física a raya. Y no es casual: como sabemos, la violencia física destruye, así que se espera, no, se exige a los hombres que eviten y desalienten las confrontaciones, y que resuelvan sus diferencias sin recurrir a la violencia. Cuando lo hacen, los llaman mariquitas. Una maravilla.

2. Sé un buen esposo, compañero o amante, pero no dejes que te importe demasiado lo que piensan las mujeres.
Esta cae redonda en la categoría “no solamente hace enloquecer por su rigidez, sino por sus imposibles contradicciones”... un dilema capaz de causarte ansiedad de por vida si te lo tomas en serio, porque no hay manera de salir bien librado. Ser un buen esposo y padre, es decir, un buen proveedor que se preocupa por su familia y respeta a su compañera, es parte central del mito masculino. Además, ser un buen amante se ha convertido en parte crucial del mismo mito. Ya no basta con que el hombre de verdad se acueste con muchas mujeres, ahora tiene que lograr que todas y cada una de ellas tengan orgasmos. El miedo a quedar mal entre las sábanas ya no se limita al asunto de la erección; claro que no me opongo a la idea de que a los hombres les importe el placer sexual de las mujeres con las que se van a la cama, no. El problema está en la noción de que el placer de ellas es responsabilidad exclusiva de ellos, de que complacer a una mujer no es más que cuestión de instinto, de que la satisfacción sexual de las mujeres es una victoria que ellos deben obtener en lugar de una experiencia que compartir, y de que esa satisfacción ha de lograrse únicamente con un miembro duro y no con sus manos o su lengua o juguetes sexuales o seducción intelectual (pero si sigo por ahí me saldré de tema). Al mismo tiempo, se supone que a los varones no debe de importarles demasiado qué piensan las mujeres. Hace años, cuando estaba casada con un hombre, tratábamos de decidir juntos cómo organizar nuestras carreras profesionales y nuestra vida privada (si él trabajaría tiempo completo y quizás tiempo extra para que yo pudiera hacer un posgrado). Cuando pidió consejo a sus colegas de la oficina, la mayoría se mofó de él por implicarme demasiado en decisiones concernientes a su trabajo. Creo que “mandilón” fue el cariñoso apelativo que le dedicaron. Sí, se esperaba que fuera un buen proveedor y sentara las bases financieras de nuestra vida en común, pero al mismo tiempo se esperaba que cumpliera esa meta sin preguntarme qué tipo de vida quería yo y que no estuviera dispuesto a ceder un milímetro en cuanto al tipo de vida que deseaba él para sí o para nosotros como pareja. Supongo que el mandato era que él tomara todas las decisiones. Claro que, si bien era terriblemente impropio de un hombre guiarse por su esposa, guiarse por sus compañeros de trabajo en un taller mecánico estaba perfecto. Como dijo mi amigo Scott, la comedia televisiva “King of Queens” es un buen ejemplo, porque el protagonista, por más que se esfuerce en ser un buen esposo y compañero, siempre termina contradiciendo lo que dicen sus amigos o lo que él mismo cree que es masculino”. Se supone que las definiciones de la masculinidad que rigen a los hombres provienen de sus pares, no de las mujeres, porque en realidad no debe importarles qué piensan de ellos. Esto se ve constantemente en los consejos de moda masculina. Desde luego que nadie espera que los hombres se vean desaliñados ni bobos... pero tampoco puede parecer que les preocupa demasiado su imagen. Los hombres (heterosexuales, en todo caso) tienen que lograr ese equilibrio impecable entre la pulcritud y la despreocupación. Tienen que verse bien, pero como si no se hubieran empeñado en ello. Si parece que te importa cómo te ves te acercas demasiado a lo que es ser mujer. O gay (más adelante hablaremos de esto). Se supone que las mujeres se embellecen para convertirse en objetos de deseo; un hombre no tiene que ser objeto de deseo, sino sujeto de deseo... y a los sujetos no tiene por qué importarles lo que sus objetos piensen de ellos... excepto cuando quieren que esos objetos tengan un orgasmo.

3. Caliéntate. Siempre. Con cualquiera.
Esta es otra expectativa citada con enorme aunque no sorprendente frecuencia. Se supone que los hombres quieren sexo y están listos para tener sexo todo el tiempo. Básicamente con cualquiera del sexo correcto que esté dispuesta a ello. En su evaluación de los roles de género para los varones, Michael T. afirma: “Para ser hombre, la conquista sexual tiene que ser uno de tus raseros”. Por su parte, Jraoul mencionó la letra de la canción “Lightning Strikes” de Lou Christie: “Cuando veo que sus labios piden ser besados, no me puedo detener, no me puedo frenar... Cuando me envía la señal de que quiere hacer tiempo, no me puedo detener, no me puedo frenar...” Y en su letanía de expectativas de género mi amigo Michael señaló: “Encamarte con cualquier mujer que diga ‘sí’ o que se te ofrezca. Si no, soy gay, ¿cierto?” Resulta extraño. Un componente fundamental de la noción del hombre viril es poseer una pulsión sexual intensa, incluso depredadora. Esa noción no les permite tener preferencias; mejor dicho, pueden tener preferencias y, de hecho, se espera que las tengan, siempre y cuando concuerden con las normas sociales. Recuerdo vivamente un artículo publicado en una revista Playboy a fines de los años sesenta en el que se analizaban las personalidades de los hombres a partir del tipo de cuerpo femenino que les gustaba. Por ejemplo, si te gustaban los senos grandes eras un gran tipo, pero si te gustaban los traseros voluminosos o las piernas eras un inmaduro. No se trata de una reliquia sesentera, al día de hoy, muchos hombres se sienten presionados a salir con mujeres que cumplen con el canon vigente de atractivo femenino. Muchos hombres, por cierto, sufren la presión de salir con mujeres delgadas porque es lo que está de moda. Aun cuando prefieran a mujeres más llenitas, les avergüenza presentárselas a sus amigos. Como si salir con una chica gorda fuera un golpe al ego. Como si quisiera decir que no han escalado lo suficiente el escalafón de los primates para acceder a una hembra de alto rango. Entonces, sí, los hombres pueden calentarse más ante ciertas mujeres... pero también se espera que aborden a todo lo que se mueva camine y tenga disposición a abrir las piernas. Todo lo que sea femenino y no grotesco, claro. Se espera que los hombres tengan deseo sexual, pero su deseo no les pertenece, no puede depender del temperamento y carácter de cada varón, ni siquiera puede ser algo personal, porque no es suyo del todo. Y por el amor de todos los dioses del Olimpo, nunca puede nacer de una emoción.

4. Aprieta los dientes.
Es que en el caso de los hombres nada puede nacer de una emoción. Parece que las únicas emociones que les están permitidas a los hombres son dos: el deseo sexual propio de su género y el deseo de partirle la madre a alguien. Si tienen el descaro (o la falta de autocontrol) de experimentar emociones, más vale que no se les note. Esta es tan común que parece ubicua. Al menos la mitad de los hombres con los que hablé la mencionaron... y muchos de los que no lo hicieron explícitamente aludieron a ella. David B. dijo haber aprendido que los hombres deben ser “reservados en sus emociones. Parece que solo debemos apasionarnos con el sexo, los autos, los deportes y la cerveza. Incluso en esos rubros, la palabra ‘apasionado’ no es la que debe usar un hombre para hablar sobre lo que siente”. David M. recibió el mismo mensaje: “Nada de lloriqueos, nada de quejas, nada de lágrimas”. Igual le pasó a Michael T.: “Ser hombre es no vincularte, no dejar que te ganen las emociones”. Otro Michael dijo: “Ser hombre es no tener inteligencia emocional, no mostrar demasiadas emociones”. Por su parte, Andrew aprendió que “Ser hombre es ser inconmovible y no revelar ninguna emoción”. A Jason le enseñaron que “Ser hombre es no mostrar lo que sientes, ser ‘duro’, por decirlo de alguna manera... y así lo esperan tus compinches, tu familia y todo el mundo”. Dean subraya: “Los típicos mensajes de que los niños grandes no lloran (sí, sí lloramos) y los hombres de verdad no se quejan (sí, nos quejamos)”. El comentario de Scott se suma al mantra “Los niños no lloran”. Ben T. dice: “Odio el hecho de que los hombres no podemos asustarnos con nada”. James afirma haber aprendido tan bien a parecer impasible que no se le escurrió ni una lágrima cuando su padre murió mientras se sometía a una cirugía cardíaca. Por último, Georges dijo: “Siempre me sorprendió lo valiente que tenía que ser para dejar salir mis emociones”. En mi opinión, esta exigencia es más atroz que las otras cuatro juntas. Creo que podría lidiar con una vida en la que siempre tuviera que estar dispuesta a pelear o coger, en la que tuviera que fingir el imposible equilibrio sobre la cuerda floja que implica preocuparme por lo que piensa mi pareja sin importarme demasiado, en la que tuviera que hacer hasta lo imposible por evitar dar la más mínima idea de que me gusta alguien de mi propio sexo (ver expectativa número 5)... pero, ¿una vida en la que tuviera que negar mis emociones animales más elementales, como el amor y el miedo, la pasión y el duelo, con tal de que no me trataran como a un fenómeno de género? Eso me volvería loca (un poco más de lo que ya estoy).

5. Miedo a que te crean gay.
Esta es un tanto curiosa. La aceptación de la homosexualidad ha aumentado muchísimo en los últimos decenios. En menos de 40 años las demandas del movimiento LGBT han pasado del derecho a no ser internados en hospitales psiquiátricos o sometidos a lobotomías al derecho de casarse legalmente. (Claro, también el derecho a no ser echados de un empleo o expulsados del ejército estadounidense... pero aún así). Además, la aceptación social de lo que transgrede la norma sexual ha establecido un paralelismo con su aceptación política. Si, en efecto, eres un varón homosexual, el mensaje “No seas ni un poquito gay” es cada vez más sustituido por el mensaje “Ah... bueno”. Pero, ¿qué pasa si eres un varón heterosexual? La cosa cambia radicalmente. El pánico a la homosexualidad sigue siendo una fuente segura de comicidad en los programas de televisión y las películas. Los enredos en los que los heterosexuales son equivocadamente tomados por homosexuales (como Chandler y Joey en Friends cuando salen juntos con un bebé o el chiste “Not that there’s anything wrong with that” en Seinfeld) son elementos básicos de la comedia moderna, elementos básicos que suelen ir de la mano del supuesto de que para un varón heterosexual ser confundido con un gay humilla su masculinidad. También lo vemos en los consejos de moda, romance y etiqueta para hombres, por lo general concentrados en un grado casi histérico de arte que consiste en parecer un sofisticado hombre urbano y de mundo... sin caer, por piedad, en la posibilidad de ser confundido con un homosexual. Sin duda esto también se aprecia en algunos miedos sexuales muy comunes entre varones. He leído demasiadas cartas publicadas en demasiadas columnas de consejos sobre sexualidad, cartas de demasiados hombres heterosexuales en las que dicen encontrar placer en, ¿cómo decirlo con delicadeza?, ser penetrados analmente... pero no quieren experimentar con esta actividad sumamente deliciosa porque temen que signifique que son gay. O porque sus parejas femeninas temen que signifique que son gay. (Permítanme añadir una nota capaz de causar irritación entre hombres heterosexuales y sus compañeras: no, no significa que sean gay. Desear que una mujer penetre tu ano no te hace homosexual, al igual que desear que una mujer succione tu pene tampoco significa nada en ese sentido. Seamos serios). Diría que esas actitudes empiezan a cambiar. Los logros del movimiento LGBT han liberado tanto a personas con una orientación distinta a la heterosexual como a las heterosexuales, y las generaciones más jóvenes son mucho menos prejuiciosas y más relajadas en lo que respecta a la orientación sexual de lo que fuimos en mis tiempos. Como bien dice mi amigo Ben: “Es probable que la relajación de los roles que acompañó al feminismo y al movimiento por los derechos de las personas homosexuales haya beneficiado a los varones heterosexuales al menos tanto como benefició a mujeres y hombres homosexuales... piensa en los metrosexuales: ahora que ser confundido con un gay no es una tragedia, los varones podemos darnos rienda suelta con la moda”. Por su parte, Adam, quien se describe como “afeminado, pero heterosexual”, afirma que “ser tomado por gay me dio libertad para escapar a algunas de las reglas más estrictas de la masculinidad. Después de todo, nadie se molestó en decirme ‘pórtate como hombre’ cuando me ‘amariconaba’”. Al mismo tiempo, a medida que la visibilidad homosexual se ha incrementado, la probabilidad de ser tomado equivocadamente por gay se ha ido a los cielos. En consecuencia, lo propio ha sucedido con el número de ocasiones propicias para que los varones sufran un ataque de ansiedad por miedo a la homosexualidad. Que te confundan con un gay no es la tragedia que alguna vez fue (es más un chiste que una amenaza petrificante), pero pasa con mucha mayor frecuencia. Además, la ansiedad que sigue despertando en tantos heterosexuales es mucho más constante, aun cuando no sea tan profunda.

¿Entonces?
Esto no es sino el comienzo. Ni siquiera dispongo de espacio suficiente para explayarme como podría tratándose de este tema. Me he saltado algunas de las más importantes y comunes expectativas de género que imponemos a los varones: expectativas relacionadas con el espíritu de competencia, la conciencia de status, el éxito financiero, la fortaleza y la imagen atlética, el liderazgo, las destrezas mecánicas, la facilidad para tener erecciones y adoptar una actitud que deshumaniza a las mujeres, interesarse en extremo por los deportes. Por si fuera poco, el mensaje social claro para los hombres es que para ser viriles deben ser altos. ¿Cómo diantres se resuelve eso? ¿Cómo diantres podría, cualquiera de nosotros, resolver alguna de estas cosas? Bien, ya que acabo de soltar tantas reflexiones deprimentes, creo que sería conveniente dar buenas noticias: hay maneras de salir del escollo, darle la vuelta y resolverlo. Muchos de los hombres con los que hablé reconocieron ser conscientes de las rígidas expectativas a las que están sometidos en tanto varones... pero también dijeron no sentirse terriblemente limitados por ellas. Claro que saben de esas expectativas, pero también se sienten libres de rechazarlas o hacer suyas aquellas con las que se sienten cómodos o rechazar aquello que no les gusta. O bien las transgreden con creatividad, espíritu lúdico e incluso un toque sexy. Además, muchos señalaron que si bien hay un bombardeo cultural constante de mensajes absurdos y limitantes sobre lo que significa ser hombre, también reciben una buena dosis de apoyo gracias a mensajes inteligentes y liberadores sobre la importancia de no prestar atención a tanta estupidez. Muchos han recibido lecciones más que positivas y ejemplos formadores respecto al valor de no ser violentos, respetar a las mujeres, desarrollar emociones honestas, tener una sexualidad honesta y, en términos generales, ser auténticos y sacar lo mejor de sí. Esas lecciones y esos ejemplos llegan gracias a muy diversas fuentes, desde íconos de la cultura popular hasta la relación con un padre o una madre. Como me dijo Jraoul: “¿Que si pienso que a los hombres nos imponen expectativas rígidas y/o limitantes sobre lo que significa ser masculino? Claro. Pero también hay mensajes de una masculinidad fluida y/o liberadora. Todo depende de dónde vienen las ideas”. Desde luego, dada mi personalidad y preferencias, los hombres que conozco tienden a estar, ¿cómo decirlo?, bastante alejados de lo convencional en la sociedad estadounidense (otra manera de plantearlo sería decir que son “personajes rojillos y excéntricos”). Por si fuera poco, muchos de ellos son homosexuales o bisexuales, un hecho que sesga todavía más la muestra. Sin embargo, así como muchas feministas pueden reírse de las comedias televisivas y las vallas publicitarias y las revistas para mujeres... y vivir como les da su real gana, muchos feministas pueden mandar al diablo los mensajes disparatados del mito “John Wayne/Cary Grant/qué tipo de hombre lee Playboy” (o, dependiendo de la generación a la que pertenezcan, del mito Rambo/Tom Cruise/qué tipo de hombre lee Maxim) que les ponen en el chip... y disfrutar de la vida. Las expectativas de género no afectan a todas las personas por igual. Hay quienes, hombres y mujeres por igual, aún perciben esa vocecilla interior, todavía sienten que los mandates de género moldean sus reflejos, aún tienen la necesidad consciente de arrojar luz sobre esos mensajes a fin de poder reconocerlos y sacarlos de sus vidas a través de un proceso que no sea doloroso. También hay quienes, hombres y mujeres por igual, opinan que la cosa no es para tanto; reconocen que, ciertamente, la sociedad quiere que los varones sean de una manera y las mujeres de otra, pero ¿a quién le importa lo que quiere la sociedad? Algunas personas necesitan años de introspección y terapia para digerir y desechar lo que no sirve. Otras nunca desaprenden lo aprendido y dejan que las expectativas rijan sus vidas. A otras más parece que les basta decidir desaprender para conseguirlo. En ese sentido, no hay consejo que valga. Lo más que puedo decir es que bien vale la pena.

Agradezco la invaluable ayuda de Adam, Alan, Andrew, Ben, otro Ben, Chad, Christopher, Craig, Crypt, Damion, Darren, David, otro David, un tercer David, un cuarto David y un David más, Dean, Georges, Glendon, Jacob, James, otro James, Jason, Jeff, Joel, Jraoul, Kyle, Lauro, Lenny, Leo, Mark, Michael, otro Michael, un tercer Michael, Scott, otro Scott, otro Scott más, Sean, un anónimo y los demás hombres con quienes hablé del tema.

Fuente: http://www.alternet.org/story/147626

"Los hombres no somos culpables de 10.000 años de historia machista"

Antonio García Domínguez es trabajador social y fundador de AHÍGE, una 'Asociación de Hombres por la Igualdad de Género', tal y como la definen él mismo y sus siglas. Esta agrupación bebe del movimiento que nació en los países nórdicos durante los años 70 que promovía dicha equidad ente ambos sexos, ya no desde grupos de mujeres, sino de hombres.

Al grupo acuden hombres en busca de ayuda mutua y reflexión. En sus reuniones, sus miembros se intentan “deconstruir como personas machistas” tal y como expone su fundador, Antonio. Para este antiguo profesor de universidad, a partir del trabajo trabajo personal que realizan, “consiguen ser mejores personas, más libres, justas y solidarias” de manera que viven sus “emociones y sus relaciones de pareja de una manera más satisfactoria”.

ENTREVISTA CON AHÍGE
- ¿Cómo consigues comunicar tu idea y ‘conseguir’ miembros para AHÍGE?, pues imaginamos que este mensaje quizá les resultará chocante a algunos.
Fue a base de conocidos, más o menos a partir de un listado de hombres que conocía. Les propuse la idea y les hice preguntas del tipo: Y ¿por qué somos así, de esta manera, por qué actuamos así? ¿ Por qué tenemos este enfoque de la sexualidad?, etc, aplicando la perspectiva de género.


- ¿Qué es la perspectiva de género?
Es ver el mundo con una mirada que tiene en cuenta que la cultura machista nos determina. Nosotros somos hombres feministas, que nos basamos en sus teorías.

Un asunto muy importante es conseguir que la igualdad sea atractiva, de manera que los hombres sean protagonistas y beneficiarios de esta igualdad.Los hombres no somos culpables de 10.000 años de historia; además, esta culpabilización no genera cambio. Lo que sí tenemos que hacer es informarnos de lo que implica esta cultura machista y cómo nos afecta, una vez que sabemos eso, somos responsables, no culpables.

PERMISOS DE PATERNIDAD

Un tema por el que luchamos es por la igualación de los permisos de maternidad y paternidad. Con esto el Estado está mandado un mensaje machista. Pongamos el caso de una pareja joven que tiene un niño. A la madre se le dan cuatro meses de permiso, mientras que el padre sólo tiene dos semanas. Esto tiene que cambiar, además influiría en las empresas que no discriminarían a las mujeres por cuestión de maternidad, ya que el hombre y la mujer tendrían los mismos días de permiso por tener un hijo.

- Entonces, imagínate que alguien al escuchar esto se interesa por el tema, ¿cuál sería el siguiente paso?
El siguiente paso es que forme parte de un grupo de hombres, que participe en actividades, y encuentros entre hombres y mujeres. Lo importante es que esa persona haga una revolución personal, antes de cualquier otro tipo de revolución.

- ¿Y si esa persona no se encuentra cerca de ninguna asociación del tipo de Ahíge, o por ejemplo es alguien joven que no puede implicarse de esa manera?
Lo mejor es que se pase por el portal www.redjovenes.es. Ahí puede encontrar muchísima información interesante,temas como sexualidad, roles, pareja... además de documentación que leer. Además, hemos creado unared social que se llama Encontrándonos En Igualdad, (EEI). Es una red en la que prima la confianza y a la que se accede por invitación.

- ¿Qué es un hombre para ti?
Uf, buena pregunta. Es una persona que le ha tocado vivir en unaépoca de cambios en relación a los valores de la masculinidad típica. En este tiempo hemos tenido la buena o la mala suerte de que tenemos que construir las especifidades del sexo masculino, en este sentido ahora todo está en debate. Podemos plantearnos temas sobre los que cambiar nuestra idea, por ejemplo esa idea de fortaleza viril asociada a los hombres. También hay aspectos que nos son muy propios y que son específicos, por ejemplo lo respectivo a la sexualidad propia de los hombres.

- ¿Qué influencia tienen en el aspecto de género distintos factores como los medios de comunicación, la educación, la familia, etcétera?
En realidad los medios son un reflejo de lo que es la sociedad, porque lo que buscan es vender y buscan que el público los acepte como reflejo en muchas ocasiones. En mi opinión, el cambio fundamental tiene que venir en la escuela y en la familia, eso es lo básico. Cambiar a los padres y madres, llegar a la familia.

- ¿Cómo se puede conseguir esto?
Se puede cambiarcon acciones de gobierno. En realidad se deben hacer políticas para hombres, como la del permiso por paternidad, para que el cambio les resulte positivo y llegar a unos cambios globales, para que la idea cale en la gente.

- Pero quizá hay muchos hombres que piensen, ¿para qué cambiar? ¿Qué me va a aportar que después de todo el día trabajando, al llegar a casa a las siete o a las ocho, me ponga a trabajar en las cosas de casa?
Un paso muy importante para todo el cambio esracionalizar los horarios laborales. En los países nórdicos esto se hace y las mujeres tienen el mismo nivel de empleo que los hombres y la misma responsabilidad. En esos países a las cinco de la tarde se va todo el mundo de la oficna, desde el empleado hasta el jefe. De todas maneras, esta sociedad se ha transformado mucho en los últimos 20 años, antes las cosas en este sentido estaban aún peor.

- ¿Puedes hacer un recorrido por las actividades a las que se dedica AHÍGE?
Hacemos charlas en los colegios, promovemos redes de jóvenes, intervenimos con hombres maltratadores, formamos a profesionales en perspectiva de género, realizamos jornadas, formamos a través de Internet, y nuestro último proyecto ha sido esa red social de la que te he hablado, Encontrándonos En Igualdad, que ahora mismo cuenta con 400 personas. Todo esto aparte de lo que antes te he ido comentando.

http://www.elreferente.es/actualidad/ahige-9004

Celebrado el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente en Venezuela...

Mujeres de diversas comunidades del país celebraron este viernes el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente con actividad cultural y de reflexión acerca de las luchas históricas por la emancipación de los pueblos descendientes del continente africano.

Durante la actividad que se celebró en la sede del Instituto Nacional de la Mujer (Inamujer), la viceministra para la Afrodescendencia y Etnicidad del ministerio del Poder Popular para la Mujer y la Igualdad de Género (Minmujer), Norma Romero, recordó que durante la reunión de la Red de Mujeres Afrolatinas y Afrocaribeñas de la Diáspora, que se realizó en 1992, en República Dominicana, se acordó celebrar el 25 de julio de cada año el día internacional de las mujeres afrodecendientes.

Indicó que para la red de Mujeres Afrodescendientes esta celebración es propicia “para recordar, participar, para continuar con nuestras luchas y visibilizar nuestros aportes dentro de los países a los cuales pertenecemos”.

Anunció que la Red de Mujeres Afrolatinas y Afrocaribeñas proyecta realizar en Venezuela, el encuentro anual de esta organización.


Asimismo, refirió que la Red de Mujeres Afrolatinas y Afrocaribeñas, acordó los estatutos de esta organización, durante el encuentro que se realizó el año pasado en Panamá, en el cual participaron 170 representantes de diversos países del continente Americano.

Romero destacó que el gobierno revolucionario bolivariano desarrolla política públicas y mecanismos para reconocer y a los y las afrodescendientes y hacer frente a la discriminación étnico-racial como la creación de diferentes instancias, entre ellas la Comisión para la eliminación de la discriminación étnico racial en el sistema educativo venezolano, el viceministerio para África, dirección general de la Educación Intercultural, el subcomité de Estadísticas de la población Afrodescendiente, la subcomisión de participación de los Derechos de los Afrodescendientes, el viceministerio de Afrodescendencia y Etnicidad del Minmujer y la Universidad Técnica Territorial Argelia Laya de Barlovento, estado Miranda, entre otras instancias.

Del mismo modo, la representante de la comisión para la Eliminación de la Discriminación Étnico Racial del ministerio del Poder Popular para la Educación, Nirva Camacho, recordó la presencia y aportes de las afrovenezolanas en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, entre ellas la reina Guiomar, quien acompaño a su esposo en las primeras rebeliones de esclavos, María Dolores, esposa de José Leonardo Chirinos, María Valentina, Marta Sojo, quienes lucharon por la liberación de la esclavitud,
la Negra Hipólita y la Negra Matea, Artgelia Laya e Irene Ugueto, entre otras.
Fuente: AVN

SIDA sin Género, más desigualdad...

Por Silvina Molina /Mujeres
Más de 20 mil personas de 185 países se reunieron en Austria, para debatir sobre la realidad científica y social del VIH/sida. En la tierra de la Emperatriz Elizabeth (Sissi), que peleó toda su vida contra las normas pacatas establecidas en su época, mujeres de todo el mundo se encontraron para hablar e intercambiar ideas que ayuden a evitar que el vih/sida se siga expandiendo. El empoderamiento fue uno de los temas centrales, aunque para muchas, con eso no alcanza.

En la Conferencia Mundial de Sida de 1993, en Berlín, fue un hombre el que habló de la situación de las mujeres que viven con vih/sida. En el encuentro 2010 las mujeres se hicieron oír y presentaron decenas de experiencias de empoderamiento. Si bien la feminización de la epidemia formó parte de casi todas las exposiciones, son muy pocas las que ocupan cargos de decisión en políticas de sida, y cada vez son menos los recursos para financiar sus necesidades.

“Hemos fracasado en lograr que las mujeres estén en el centro de nuestras políticas”, reconoció Michele Sedibé, titular de ONUSIDA. Las cifras le dan la razón: hay 16 millones de mujeres que viven con el virus en el mundo. Según el funcionario, el organismo internacional ampliará su agenda para incluir más proyectos, priorizando la participación y educación sexual de las jóvenes, la capacitación para evitar la transmisión madre-hijo/a, y medidas concretas contra la violencia de género.


El funcionario se comprometió a reforzar los lazos entre el movimiento de mujeres y el movimiento de organizaciones que trabajan en el mundo del sida.

Así como Viena permitió visualizar a mujeres de todas las edades, clases sociales, creencias y actividades (hindúes, africanas, indígenas que han adecuado sus prácticas preventivas a sus culturas; mujeres amas de casa, científicas, futbolistas, funcionarias y hasta la princesa de Noruega Mette Marit y la cantante y activista contra el sida Annie Lennox), también posibilitó recordar que las mujeres de entre 15 y 49 años son las más afectadas por la pandemia, y que las estrategias de igualdad de género han demostrado no ser contundentes en la respuesta al vih.

Por primera vez en la historia de la Conferencia, más de la mitad de las exposiciones estuvieron relacionadas con la mujer, y más de 80 reuniones, talleres y eventos se dedicaron a ellas. Pero para las activistas, esto no es suficiente.

“Nuestros cuerpos, nuestros derechos”

Uno de los anuncios más celebrados en la Conferencia, fue la presentación de los resultados de un estudio que muestra que un gel vaginal microbicida que contiene un antirretroviral, puede provocar una fuerte baja del riesgo de infección con vih entre las mujeres. Siempre y cuando se use debidamente, este gel reduce hasta el 54% el riesgo de infección del vih con respecto a un gel vaginal que no contiene nada, según un estudio realizado por Salim y Quarraisha Abdul Karim en más de 800 mujeres en África.

Los microbicidas son productos que pueden ser aplicados en la vagina o en el recto. Este estudio se limitó a examinar su uso en la vagina. Si el gel fuera comercializado, podría evitar 1,3 millones de infecciones y más de 800.000 muertos en 20 años, según Salim Abdul Karim.

"Damos esperanza a las mujeres -estimó Michel Sidibé-, ya que ellas representan más de la mitad de las nuevas infecciones en el mundo”.

“Esta es una herramienta de prevención que daría a las mujeres mayor control sobre su salud y sus vidas", dijo Julio Montaner, presidente de AIDS 2010.

En un panel de debate del que participaron, entre otras, la mexicana Eugenia López Uribe, especialista en derechos sexuales y reproductivos, se advirtió que el acceso al aborto legal y seguro “no se aborda en relación con la política del vih”.

“A veces, incluso en países donde el aborto es legal, las mujeres prefieren ir a proveedores clandestinos, debido a que continúa el estigma y la sentencia social sobre el cuerpo de las mujeres, a las que se las sigue considerando sólo reproductoras. Esto coloca a las mujeres, especialmente jóvenes, pobres y viviendo con vih, en riesgo de perder sus vidas o de sufrir de complicaciones innecesarias”, advirtió.

En otro panel, se insistió en reforzar las recomendaciones elaboradas por la Organización Mundial de la Salud en 2009, en relación al tratamiento antirretroviral de las mujeres embarazadas y la lactancia, las cuales se consideran “una importante oportunidad y un desafío para poner en práctica intervenciones más eficaces en entornos con recursos limitados, y promover así la salud de la madre y el niño”.

Involucrar a las jóvenes

En los más de ochenta espacios destinados a debatir cuestiones de género dentro de la Conferencia, se insistió en la necesidad de involucrar a las jóvenes y de la urgencia de planes concretos de educación sexual desde la niñez.

“Las mujeres jóvenes son cada vez más vulnerables al vih, con casi el 45 por ciento de las nuevas infecciones en personas de entre 15 y 24 años”, señaló la argentina Mabel Bianco, de FEIM, durante un debate organizado por Women Arise (Mujeres Arriba) que visibilizó el crecimiento de la epidemia entre mujeres y niñas.

Al inicio y al final del evento, se realizaron Foros Juveniles, donde las temáticas se centraron en capacitar a la juventud para que sea protagonista en sus comunidad; también se habló sobre la prueba del vih para embarazadas, los cuidados prenatales, la confidencialidad del test de sida y la discriminación laboral.

Violencia y empoderamiento

La situación de las mujeres positivas en Europa del Este y en África, ocupó los debates. La cantante Annie Lennox criticó a los gobiernos de esa parte de Europa por la propagación de la pandemia, durante el cierre de la marcha que se realizó por las calles de Viena reclamando por los derechos de las personas que viven con vih/sida.

Entre las experiencias que llevan adelante las mujeres en todo el mundo, se destacó la presentación de un documental que muestra a un grupo de mujeres positivas de uno de los municipios más pobres de Zimbabwe, quienes formaron un equipo de fútbol para competir en un torneo. El objetivo es luchar contra el estigma, demostrando a todo el mundo que “se puede ganar el trofeo”.

Esta historia de vida se convirtió en una película que da valor a las personas que viven con el virus, mostrando que ellas pueden hacer lo que nadie más puede hacer, siempre y cuando tengan el tratamiento a disposición.

Desde el mismo país, Victoria Everjoice, representante de ActionAid Internacional describió la magnitud de la violencia perpetrada contra mujeres y niñas en todo el mundo: “La desigualdad de género provoca violencia, que es la causa y consecuencia del vih”, destacó, resaltando que una mujer positiva “es más vulnerable a sufrir violencia sexual”.

Redes de mujeres

La Comunidad Internacional de Mujeres que viven con vih/sida (ICW Global), que preside la argentina Patricia Pérez, organizó distintos encuentros para que ellas puedan hablar de sus logros y proyectos: desde debates hasta una fiesta.

En una reunión satélite, se debatió sobre la solidez y el éxito de las redes de mujeres positivas, dirigidas por y para ellas, en respuesta a las carencias que afrontan a diario en sus comunidades.

Destacaron el apoyo mutuo y la mejora de la calidad de vida, la capacitación de sus integrantes para generar incidencia en las áreas de políticas públicas de sus países, y la transferencia de conocimientos y estrategias de promoción.

“Cada una tenemos habilidades que debemos potenciar, no podemos solas, tenemos que complementarnos”, dijo Pérez, fundadora de la primera red de mujeres positivas, y agregó que si bien hay avances, “todavía existen mujeres violentadas, discriminadas, que temen ser visibles. Enredadas ayudamos a construir nuestras vidas a partir de un resultado positivo, porque cuando te dan el análisis, nadie te contiene, la contención la logramos entre todas”.

Por su parte Angelina Namiba de Positively UK, explicó cómo construyeron redes en Kenia: “Es importante tener una visión clara y trabajar juntas, y para eso también necesitamos de equipos interdisciplinarios”.

Naina Khana, de PWN USA, resaltó el trabajo voluntario de las mujeres enredadas y reconoció que, si bien es una fortaleza, también se convierte en una dificultad, porque las mujeres ocupan diversos roles y “se les dificulta militar voluntariamente, entonces los problemas de dinero afectan la participación”.

Desde su experiencia en Asia, Kirenjit Kaur habló de las dificultades idiomáticas que impiden llegar a las mujeres de comunidades apartadas de las ciudades. Por eso, elaboran materiales que sean fáciles de traducir a distintos idiomas y dialectos. También habló de la necesidad de generar recursos para que las mujeres mejoren sus ingresos.

Jennifer Gatsi Mallet es de ICW Global Namibia y trabaja en redes con otras organizaciones sociales para empoderar a las mujeres: “Hay que complementarse y trabajar de abajo hacia arriba”, resaltó.

El debate se cerró con la intervención y preguntas de mujeres y varones que fueron a escuchar el panel. La socióloga mexicana Eugenia López Uribe instaló el tema del feminismo y la incorporación de las mujeres positivas ¿Cuál es la realidad? ¿Trabajan en conjunto los movimientos de mujeres con las redes de mujeres que viven con vih/sida?

http://clarianacomunicacion.blogspot.com/2010/07/internacional-viena-sida-sin-genero-mas.html

Protección constitucional de los derechos sexuales y reproductivos...

Tomado de: La Ciudad de las Diosas
El Instituto Interamericano de Derechos Humanos y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) han desarrollado acciones conjuntas desde el año 2002, en el marco de una fructífera alianza estratégica basada en la plena coincidencia de que el goce y ejercicio de los derechos humanos, constituyen la piedra angular de la democracia y del desarrollo.

En el trabajo de promoción y educación en derechos humanos de las mujeres que ambas entidades realizan, han identificado temas de especial preocupación en la región en la esfera de los derechos reproductivos. Es por ello que han propiciado procesos de investigación académica, que dan continuidad al estudio realizado y publicado hace algunos años “Promoción y defensa de los derechos reproductivos: nuevo reto para las instituciones nacionales de derechos humanos”
(IIDH, UNFPA: 2003).

Mediante la presente publicación, se pone a disposición un compendio de cuatro investigaciones, con el fin de propiciar conocimientos que faciliten el debate, la argumentación y la toma de decisiones:

Tomo 1: Los derechos reproductivos son derechos humanos.
Tomo 2: Protección constitucional de los derechos sexuales y reproductivos.
Tomo 3: La anticoncepción oral de emergencia. El debate legal en América Latina.
Tomo 4: Reproducción asistida, género y derechos humanos en América Latina.



El primer texto aborda a los derechos reproductivos desde una perspectiva de género y de derechos humanos. Analiza la evolución, alcance y contenido de los derechos reproductivos como parte de los derechos humanos universales y por ende, de las obligaciones de los Estados en esa materia.

El segundo presenta, desde una perspectiva jurídica, cómo la justicia constitucional ha resuelto en América Latina los casos en los que se han discutido demandas argumentadas como derechos sexuales y reproductivos.

El tercer texto sistematiza quince procesos judiciales constitucionales sobre la anticoncepción oral de emergencia, el cual constituye el método anticonceptivo que más controversias judiciales ha originado en América Latina, planteadas en Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, México y Perú.

El cuarto y último analiza la reproducción asistida desde una perspectiva de género y derechos humanos en el contexto latinoamericano.

El IIDH y el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), esperan continuar contribuyendo a ampliar los conocimientos en dichas temáticas y sobre todo, que la apropiación de los mismos se convierta en una herramienta de trabajo por parte de las instituciones de Estado y de las organizaciones de la sociedad civil en pro de los derechos
humanos.

Presentación Roberto Cuéllar M.
Director Ejecutivo

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Para descargar PDF Libro 2. Proteccion constitucional DR.pdf

Fuente: Colección Derechos Humanos, Población y Desarrollo

Los derechos humanos para las humanas...

3000 mujeres muertas por abortos clandestinos inseguros en democracia:
En Argentina se calcula que entre 460 mil y 600 mil mujeres recurren cada año al aborto clandestino. Altísima cifra que demuestra que la penalización no impide su práctica. La realidad del aborto clandestino insiste, está aquí fungiendo en nuestros escenarios cotidianos, porque las mujeres desacatan (y van seguir haciéndolo) la ley y el mandato de la iglesia católica que les impide abortar. En este contexto histórico la pelea es por el reconocimiento de un derecho personalísimo. No es la primera vez que a las mujeres se les deniegan derechos, en otra coyuntura histórica se ponía en duda la posibilidad de que una mujer eligiera políticamente en las urnas. Las voces del pasado nos habilitan la pregunta: ¿cuándo será hora de que las mujeres ejerzamos plenamente nuestros derechos individuales? Elegir como sujetas responsables y soberanas es un acto anterior al reconocimiento de ciudadanía. No hay leyes que puedan contra la voluntad de aquellas que deciden abortar. Sí hay injusticias sociales.

Esta realidad genera un negocio altamente redituable. Según una investigación realizada por un equipo de periodistas de Radio Nacional, el aborto en nuestro país involucra mil millones de pesos anuales***. Cifra que dista abismalmente de los 35 millones con los que contó -durante el año 2009- el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.


Cada año mueren en Argentina según estadísticas oficiales 100 mujeres por prácticas de abortos clandestinos e inseguros, aunque investigaciones médicas informan de un sub-registro en el registro de la mortalidad por gestación (mortalidad materna). Por una obvia y recurrente razón, siempre son mujeres pobres y jóvenes. El aborto constituye la principal causa de muerte de mujeres gestantes (1). Desde el retorno a la democracia, las estadísticas oficiales revelan que la primera causa de muerte en mujeres embarazadas es el aborto clandestino; esto quiere decir, que en casi treinta años de democracia ininterrumpida esta cifra no se ha modificado. Por lo tanto, no ha habido ningún gobierno que a través de políticas públicas coherentes y sistemáticas repare y ponga fin de manera histórica y contundente a tantas muertes absurdas, muertes evitables. Son mujeres a las que se les niega un derecho humano principalísimo: el derecho a existir, a ser y no sólo a reproducir. Tienen vedado el acceso a la “justicia social” y a los llamados “planes de igualdad de oportunidades”.

El escándalo surgido a raíz de las irresponsables idas y venidas de parte del Ministro de Salud, Juan Manzur, acerca de la existencia o no de la firma que elevara a rango de Resolución Ministerial la Guía Técnica para la Atención de los Abortos No Punibles, volvió a instalar la urgente necesidad de discutir la despenalización y legalización del aborto, y no sólo quedarnos con la exigencia de la aplicación del Artículo 86 del Código Penal, código que cuenta con 89 años de existencia (pese a que muchas veces las causales allí contempladas se siguen judicializando innecesariamente). Numerosas encuestas se generaron desde distintos medios de prensa, nacionales y provinciales; en líneas generales se constatan allí los avances y las opiniones favorables por parte de importantes franjas de la sociedad en relación al reconocimiento de este derecho. Y estos resultados los leemos en sintonía con las batallas culturales que en estos tiempos que corren venimos ganando a los fundamentalismos y conservadurismos, como es la sanción de la ley de matrimonio igualitario.

La consultora Ibarómetro realizó un sondeo en todo el territorio nacional para evaluar la opinión de los y las argentinas sobre el tema del aborto y su despenalización. Los datos arrojados sostienen que: casi un 60% de los argentinos no está de acuerdo con penalizar a una mujer que se realizó un aborto. En el área Metropolitana este porcentaje llega al 70% de las personas entrevistadas y en el llamado interior ese porcentaje alcanza al 49, 9%. Además, un 58,5% cree que las mujeres tienen el derecho de interrumpir su embarazo conforme a sus necesidades y convicciones personales(2).

Es responsabilidad del Estado y sus gobiernos proteger la vida de los ciudadanos y de las ciudadanas. Mantener la ilegalidad del aborto es condenar a las mujeres al circuito millonario del aborto clandestino y también a la muerte. Este país y esta democracia tienen una enorme deuda con los derechos de las mujeres, en particular con el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos. Hemos presenciado con satisfacción en estos días la reglamentación de la Ley Nacional 26.485 para proteger, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Ley que también es el resultado del trabajo sostenido de grupos de mujeres y activistas que en y desde distintos espacios, construimos su posibilidad de existencia. Pero debemos señalar que las declaraciones recientes del poder ejecutivo de la Nación, en la figura de la presidenta Cristina Fernández, sobre la negativa a legalizar el aborto, nos preocupan y alertan. En materia de política pública las definiciones personalísimas no pueden estar por encima de un derecho humano y de ciudadanía de las mujeres; es necesario que el gobierno escuche el silencioso y paradójicamente ensordecedor ruido de ese medio millón de mujeres que aborta cada año en este país; el reclamo que desde hace más de 5 años llevamos adelante desde la Campaña Nacional por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, campaña que agrupa a 289 organizaciones sociales, políticas, sindicales, de derechos humanos; escuchar a los 50 diputados y diputadas (de distintos bloques) que ya firmaron nuestro proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo presentado en el Congreso de la Nación y que pretendemos sea debatido y aprobado en el año del bicentenario.

Es urgente resolver el grave problema de salud pública que significa la ilegalidad del aborto, que constituye una deuda interna enorme profundizando las desigualdades sociales; y también una forma de violencia contra las mujeres y sus derechos. La plena vigencia de los derechos humanos significa condenar a los genocidas de ayer, porque es parte de una lucha en la que estamos plenamente comprometidas, como garantizar el pleno derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Nos resulta extremadamente paradójico que en este clima de debate social y definiciones políticas tan contundentes haya tanta pobreza argumentativa reducida o supeditada incluso a posiciones personales en relación a un tema tan importante como es el aborto legal(3).
No hay ni habrá democracia sustantiva, mientras el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, sea vulnerado por un Estado incapaz de avanzar en la definición de políticas públicas laicas.
Las creencias particulares de quienes gobiernan y legislan en el país, no pueden ser aplicables al conjunto de la ciudadanía.

El derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y sus vidas de manera autónoma y responsable, y a acceder a la posibilidad de abortar voluntariamente en condiciones legales, seguras y de gratuidad, forma parte de la aspiración a una vida digna y plena para las mujeres, una vida que no debiera verse amenazada sino garantizada por los Estados, sus funcionarias y funcionarios, protegida y promovida por médic@s y jueces, trabajador@s de la salud, del poder judicial, de la educación, etc.
Insistimos en una premisa que comprobamos ante cada nuevo relato de las mujeres que abortan: ninguna mujer aborta alegremente, leyes que despenalicen y legalicen el aborto no alientan su práctica.

Quienes reclamamos aborto legal, seguro y gratuito, partimos de una consideración integral: educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir porque pretendemos programas y políticas públicas que den respuestas al conjunto de situaciones que involucran derechos sexuales y derechos reproductivos.

Quienes niegan el derecho al aborto legal, no hacen más que promover su clandestinidad, pronuncian un voto de muerte para las más empobrecidas y niegan la condición de ciudadanía plena para las mujeres. Nuestra sociedad viene demostrando capacidad y madurez para afrontar el desafío de discutir y aprobar una ley que garantice esta práctica en hospitales públicos, de manera segura y gratuita. Habrá que ver si los y las representantes en el Congreso de la Nación y en los órganos de decisión de este país están a la altura este histórico reclamo y de ampliar a todas las mujeres los derechos que hoy otorga a algunas su mayor poder adquisitivo.

Argentina es el primer país en Latinoamérica que aprobó el matrimonio igualitario, el que actualmente lleva adelante juicios y manda a la cárcel común a los militares de la dictadura, el que busca la verdad sobre los hijos e hijas de desaparecidos y desaparecidas apropiados ilegalmente. Es hora de que esté dispuesto también a figurar entre los que reconocen el derecho elemental de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, primer territorio para el ejercicio de soberanía. Es hora de ser el país en el que la presidenta, los gobernantes y legisladores/as y la democracia estén dispuestos a que los derechos humanos contemplen las necesidades particulares de las humanas.

Exigimos:
1. La sanción inmediata de una ley que despenalice y legalice el aborto en Argentina.
2. La aplicación efectiva, no judicializada, del Artículo 86, del Código Penal.
3. La efectivización de una Resolución Ministerial que garantice la realización de abortos acorde a la Guía de Atención de Abortos No Punibles en los servicios de salud.
4. La plena vigencia y aplicación de la Ley Nacional de Educación Sexual Integral (Ley 26.150) y de los programas de salud sexual y reproductiva con presupuestos adecuados.

Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito Argentina,
Julio 26 de 2010


*** La investigación de Radio Nacional se basa en el “Segundo informe sobre la atención de la línea ‘Aborto: más información, menos riesgos’”, presentado por Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto Presentado el 26 de Noviembre de 2009 en el Salón Auditorium del Senado de la Nación.
1. Según datos del Ministerio de Salud en 2008, murieron 40 mujeres cada 100,000 nacidos vivos por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio. En doble de lo que se registró en el mismo período en países como Chile y Uruguay que presentaron niveles de 19,8 x 100.000 NV y 15 x 100.000 NV, respectivamente. En el quinquenio que va de 2004 a 2008 la principal causa de muerte materna es de embarazos terminados en aborto (26,7%) (OSSyR, abril de 2010). Para mayor información consultar Hoja Informativa Nº1 del Observatorio de Salud Sexual y Reproductiva, disponible en: http://www.ossyr.org.ar/
2. “La despenalización del aborto para los argentinos”, Ibarómetro, Informe de prensa, julio de 2010. Sitio: www.ibarometro.com.ar
3. Inclusive en el informe de avance del Examen del de cumplimiento de Pactos sobre Derechos Políticos y Civiles de Argentina con arreglo del artículo 40 (UN, Nueva York, marzo de 2010) , si bien el comité acoge con satisfacción una serie de avances del país en materia de derechos humanos, en su artículo 13 dice “13. El Comité expresa su preocupación por la legislación restrictiva del aborto contenida en el artículo 86 del Código Penal, así como por la inconsistente interpretación por parte de los tribunales de las causales de no punibilidad contenidas en dicho artículo. (Artículos 3 y 6 del Pacto)”, y por esta razón indica que “El Estado Parte debe modificar su legislación de forma que la misma ayude efectivamente a las mujeres a evitar embarazos no deseados y que éstas no tengan que recurrir a abortos clandestinos que podrían poner en peligro sus vidas. El Estado debe igualmente adoptar medidas para la capacitación de jueces y personal de salud sobre el alcance del artículo 86 del Código Penal”. (Informe disponible en Biblioteca Legal de http://www.rimaweb.com.ar/).

Solidari@s con nuestro Camarada, Narciso Isa Conde: Movimiento Caamañista denuncia agresión bestial

isaconde.info.- El Movimiento Caamañista (MC) denunció que producto de la agresión policial a su dirigente Narciso Isa Conde el pasado 23 de julio, mientras se solidarizaba con los jóvenes que intentaban marchar hacia el Palacio de la Policía, este tiene tres costillas fracturadas y un estado de salud en observación.

Isa Conde, emblemática figura de la izquierda del país, de 67 años acudió junto a otras personalidades a solidarizarse con los jóvenes del Comité Contra el Abuso Policial, quienes se encontraban cercados en las instalaciones del Teatro Nacional y se les impedía realizar su marcha.

Recibió una patada en el costado izquierdo por un agente a las órdenes del Coronel Aquino, Director de Radio Patrulla, mientras se disponía a sentarse en las escalinatas del Teatro Nacional en protesta por la agresión a los jóvenes.

Esta violenta y bochornosa agresión ha sido repudiada nacional e internacionalmente por tratarse de una personalidad reconocida del país, sobretodo en el marco de la delicada condición de seguridad en que se encuentra debido a que Álvaro Uribe, Presidente de Colombia, agresivo instrumento de EEUU, ha desatado una escalada de acusaciones y agresiones en su contra.

El MC anunció a la vez que Isa Conde, junto a otros heridos, están dando los pasos para acusar y demandar ante tribunales del país y organismos internacionales a la Policía Nacional, a su jefatura, al Coronel Aquino y al ejecutor directo de esa acción alevosa y premeditada, por las violaciones que esos hechos implican y por los daños ocasionados en todos los órdenes. Igual ha subrayado la responsabilidad del Presidente Fernández en todo esto.

Asimismo, reclamó la solidaridad de todos los sectores democráticos de la República Dominicana para con los jóvenes maltratados por la Policía Nacional, quienes marcharán de nuevo próximamente y desplegarán múltiples iniciativas y variadas protestas, reclamando la condena de la sociedad a un cuerpo policial que actúa como una gran banda criminal y exigiendo sanción ejemplar contra sus jefes asesinos.

El MC propuso asimismo la disolución del cuerpo policial actual y la creación de un nuevo cuerpo policial civil, profesional y respetuoso de los derechos humanos.