martes, mayo 31, 2011

Construir periodismo con otra mirada

SEMlac
VIII Taller Internacional Mujeres en el siglo XXI (La Habana -Cuba- del 16 al 19 de mayo de 2011)

Los medios de comunicación masiva precisan ponerse, de una vez por todas, los lentes del género. Transformar el pensamiento sexista con que tradicionalmente se han reflejado las relaciones sociales entre hombres y mujeres debe incidir en las concepciones clásicas del ejercicio periodístico.

Formar competencias en los y las profesionales de la comunicación con vistas a incluir la perspectiva de género en las rutinas productivas de la prensa, fue la propuesta de la periodista e investigadora Karina Escalona Peña, presentada en el VIII Taller Internacional Mujeres en el siglo XXI, que tuvo lugar en La Habana del 16 al 19 de mayo de 2011.

"Existe un vacío total sobre temas de género en los medios cubanos y, sobre todo, en el ejercicio del periodismo", apuntó la reportera de la televisión en la provincia cubana de Granma, ubicada a unos 730 kilómetros al sudeste de La Habana.

"Aún cuando se hace mención al universo femenino y a los temas relacionados con las mujeres, falta mucho para construir productos comunicativos verdaderamente incluyentes", añadió.

A través de ejemplos de la prensa impresa nacional, la también estudiante de la Maestría en Estudios de Género de la Universidad de La Habana demostró la manera en que se estereotipa la participación social femenina a través del lenguaje sexista, la gráfica o el ocultamiento. "Quien tiene una formación en temas de género comienza a sufrir cada vez que abre un periódico", opinó. "En los trabajos que se habla de productividad, de eficiencia, las imágenes son de hombres y las de mujeres muy pocas".

A juicio de la ponente, transformar las representaciones tradicionales de género en el periodismo debe trascender el tema del discurso y llegar hasta la conceptualización sobre la que se basa el ejercicio informativo.

El criterio de objetividad, por ejemplo, oculta las marcas de género que tienen los y las periodistas como hombres y mujeres integrantes de una sociedad machista y patriarcal. Estos prejuicios y estereotipos están permeando constantemente la construcción del producto comunicativo.

Los valores sobre los que se construye la noticia, por otra parte, se sustentan en la jerarquía de lo público y, por tanto, excluyen a la mayoría de las mujeres.

Escalona considera el enfoque de género en el periodismo no solo como categoría que asume lo femenino y lo masculino como resultado de concepciones culturales e históricas, sino que también "propone un sentido para la observación y define criterios para la descripción, interpretación y explicación de los fenómenos observados como elementos importantes en el proceso de construcción de la noticia".

La ausencia de una base teórica en temas de género en los programas de estudio de Periodismo y Comunicación Social continúa limitando el avance en este sentido. A ello se suma el llamado currículo oculto, aquel que cada profesor o profesora lleva al aula cuando imparte conocimiento: sus creencias, construcciones culturales, representaciones sociales, tabúes, entre otras.

Isabel Moya Richard, investigadora y profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, comentó sobre el nuevo plan de estudio de la carrera de Periodismo, que permite al estudiante construir parte de su currículo con materias cursadas en otras facultades. "Utópicamente se podría seleccionar una asignatura que tenga que ver con la teoría de género, pero en pre grado, al menos en la Universidad de La Habana, no existe ninguna", destacó.

Moya, organizadora de la comisión de Género y Comunicación del Taller Mujeres en el siglo XXI, consideró que "el nuevo plan debe abrirse a toda esta gama de conocimientos, de la misma manera en que lo que se aspira es a un graduado o graduada que tenga, más que saberes memorizados, competencias profesionales que le permitan analizar la realidad, y después comentarla, criticarla, problematizarla en los medios."

Con el fin de asentar una propuesta metodológica para una asignatura opcional sobre género en la Licenciatura en Periodismo, Karina Escalona desarrolla su investigación de maestría, de la cual presentó los acercamientos preliminares.

"Mi preocupación mayor no es que nos estemos privando solo de los saberes de género, sino que nos perdemos una herramienta de trabajo fundamental para evaluar la sociedad, para explicar esos hechos que vamos a convertir en noticias", destacó la ponente.

"Cambiar la mirada no es solo impartir un curso sobre lenguaje sexista, sino ir modificando el pensamiento sobre la base de los conocimientos que ya existen, para que los periodistas nos demos cuenta de que somos parte del problema y parte de la solución", concluyó.

Fuente: http://comunicacion.redsemlac-cuba.net/Genero-y-Comunicacion/EN-AGENDA/Construir-periodismo-con-otra-mirada.html



lunes, mayo 30, 2011

Cuerpos y Políticas Feministas....

Mari Luz Esteban / Fuente: Enrededas
En este texto voy a reflexionar sobre la relación entre cuerpos y políticas, un eje de análisis que considero central, no sólo para el feminismo sino para los movimientos sociales en general, que tiene implicaciones vivenciales, identitarias, teóricas y políticas.

Cuando hablo de cuerpos lo hago en plural: no hay un solo cuerpo sino muchos cuerpos que conviven y discuten entre sí, a nivel biológico, experiencial/fenomenológico, teórico/epistemológico, político... Pensar en cuerpos es pensar en representaciones, imágenes y concepciones concretas, en relación a formas también muy concretas de entender el sujeto y el género. Hay además una conexión íntima entre los cuerpos y los contextos históricos y geográficos en los que se configuran y viven dichos cuerpos. El cuerpo ha sido y es un dispositivo fundamental de regulación y control social, pero también de denuncia y reivindicación, por lo que ha estado y sigue estando muy presente en los diferentes feminismos, aunque más en algunos sectores (arte, feminismo de la diferencia…) y líneas de trabajo (salud reproductiva, acciones contra la guerra, la violencia…) que en otras. Pero, salvo excepciones muy valiosas, hemos actuado más que reflexionado respecto al cuerpo, y no siempre hemos sido conscientes de qué significados estaban implícitos en nuestras teorías y en nuestras acciones.

Parto de la idea de que eso que llamamos identidades de género (ser mujeres, hombres, o lo que sea que seamos), así como las prácticas sociales e individuales (también las feministas), son sustancialmente corporales, y esto por lo menos en un triple sentido: 1) Primero, que como human*s no somos más que un cuerpo, en sus diferentes dimensiones: materialidad, apariencia, estética, gestualidad, movimiento, sensorialidad, emoción, percepción, intuición, cognición… 2) Segundo, que convertirse en “mujer” implica un trabajo corporal2 de generización a lo largo de nuestra vida (aunque haya momentos y espacios específicos), que tiende a acentuar y desarrollar más unas partes del organismo, unas capacidades, unos conocimientos, respecto a otros… lo que configura nuestra forma de mirar y conformar la realidad. En esta misma línea, hacerse feminista no sería más que configurar y reconfigurar, consciente o inconscientemente, nuestra actitud, nuestra intersubjetividad corporal, nuestro ser-en-elmundo, en el marco de distintas tensiones: libertad frente a sumisión, acción frente a pasividad, fuerza frente a fragilidad, placer frente a peligro… lo cual no va en contra de reconocer la vulnerabilidad y la incertidumbre intrínsecas al ser humano. 3) Por último, que en el cuerpo están, por tanto, no solo la identidad y las condiciones materiales de laexistencia, sino eso que llamamos la agencia, es decir, la praxis individual y colectiva.


Más aún, se podría valorar la presencia, el éxito o el declive de un movimiento (una corriente, un sector…) en función de si es identificable o no, de si conlleva una imagen/imágenes que lo caracterizan y lo distinguen del resto. Hay una relación directaentre imagen colectiva y acción corporal, por un lado, y conceptualización y
reivindicación feminista, por otro. Si no somos capaces de evocar, de visualizar, de corporalizar un tipo concreto de reivindicación, o nos cuesta, es que hay algún grado de invisibilización o dificultad que va más allá de su oportunidad teórica o política.

¿Para qué nos puede servir una teoría y una metodología corporal feminista, una manera de mirar y hacer conscientes las configuraciones y usos feministas del cuerpo, que integre, como explicaré después, algunos planteamientos teóricos actuales al respecto? Desde como yo lo veo, puede sernos útil para: 1) Hacer una historia alternativa del/de los feminismos, una historia que se añade a otras que se han hecho o están por hacer, que implique diagnósticos y revisiones de nuestros propios conceptos, principios, actuaciones…

2) Indagar en nuestras lecturas, visiones y contenidos explícitos e implícitos, visibles e invisibles, nuestra “agenda oculta”. 3) Abordar claves y dilemas diversos, como todo lo que tiene que ver con: las diferencias y similitudes entre eso que llamamos mujeres/hombres; la tensión entre considerar a las mujeres como víctimas o como agentes; las relaciones entre biología, naturaleza y cultura; las concreciones y paradojas en torno a la identidad, la agencia, el empoderamiento; así como para repensar el cambio social, sin fijarnos solo en lo
intencional y deliberado. 4) Revisar y reactualizar temas y debates clásicos (aborto, trabajo, violencia…).

5) Reflexionar sobre las relaciones entre distintas generaciones de feministas: por un lado, las mayores, más escépticas, en general, respecto a “eso del cuerpo”, que relacionan muchas veces con los “excesos de la postmodernidad”, y que privilegian un quehacer político basado en leyes, normas, instituciones... buenas hijas de una tradición,la occidental, donde se entiende el individuo como perfectamente aislado del resto, una unidad cognitiva, moral, psicológica… un sujeto emocional diferenciado del sujeto racional, un yo separado del cuerpo. Por otro lado, las feministas jóvenes, mucho más seducidas, incluso fascinadas, por todo lo que tiene que ver con lo corporal, que identifican con posicionamientos innovadores del género y del feminismo. De manera que el cuerpo (sobre todo el cuerpo sexual, como mostraré después), y más allá de su interés y pertinencia, se ha convertido en un nexo de autoafirmación y ruptura para ellas, en un proceso con un gran potencial epistemológico y político pero también con riesgos, en cuanto que no siempre conlleva un ejercicio genealógico y autocrítico.

Aproximaciones teóricas feministas: del cuerpo como alien al cuerpo como agente.
Ha habido y hay diferentes diferentes aproximaciones teóricas, diferentes epistemologías feministas del cuerpo que suponen, implícita o explícitamente, formas distintas de acción. Para sistematizar las principales posiciones teóricas feministas respecto al cuerpo, voy a utilizar dos ejes de análisis: el de la igualdad / diferencia, y el del constructivismo / postestructuralismo, al que añadiré una quinta opción, la del “cuerpo como agente”, que es la que defenderé como más acorde con visiones científicas, sociales y feministas de las dos últimas décadas.

Hay una cierta cronología en los diferentes planteamientos que voy a presentar aunque, de alguna manera, están todos ellos presentes y conviviendo entre nosotras. Algunas lecturas del cuerpo femenino y de su “especificidad” (ciclicidad, menstruación, embarazo, maternidad, lactancia...), dentro del llamado feminismo de la igualdad, son absolutamente negativas, lo que se traduce en la idea del cuerpo como una limitación para el acceso de las mujeres a los derechos y privilegios que la sociedad otorga a los hombres. Esto en una doble dimensión: como una limitación pero también como una ventaja, por el especial punto de vista que puede implicar para las mujeres. El cuerpo, biológicamente determinado, sería un alien para los fines culturales e intelectuales, estableciéndose una distinción absoluta entre una mente sexualmente neutra y un cuerpo sexualmente determinado y limitado. Se mantendría así la ilusión de “poder prescindir” del cuerpo.

Por su parte, las feministas de la diferencia han percibido el cuerpo como clave para entender la existencia social, histórica y psicológica de las mujeres, un cuerpo constituido en lo que se ha denominado el orden del deseo, la significación, lo simbólico, el poder. La mujer sería lo “otro” por antonomasia y es fundamental
construir una identidad femenina propia, de forma que “el” elemento fundamental en la constitución social de los sujetos sería la diferencia sexual, lo que hoy día es a mi entender problemático. Pero, la re-lectura y revisión de sus textos me parece ineludible para una teoría corporal, porque son precisamente ellas las que más específicamente han ensayado narrativas corporales feministas. En tercer lugar, el pensamiento feminista es, en su conjunto, básicamente constructivista, y ésta es sin ninguna duda la posición mayoritaria respecto al cuerpo. El cuerpo ya no es un obstáculo en la consecución de la igualdad de oportunidades, aunque
se sigue entendiendo desde la oposición mente/cuerpo, pero siempre desde una mirada desde la que la biología no es negativa en sí misma, sino que es el sistema social el que la organiza y le da sentido, por lo que hay que propiciar nuevas lecturas y asociarle nuevos contenidos, valores y representaciones. Sigue vigente, así y todo, la oposiciónsexo/género, que distingue entre lo biológico, lo natural, por un lado, y lo mental, lo social, lo ideológico, por otro, estableciéndose una distinción entre el yo y el cuerpo, entre el cuerpo material, carnal, que queda fuera del análisis, y el cuerpo como objeto de representación. Por otra parte, tendríamos los planteamientos postestructuralistas, donde el ejemplo por excelencia lo supone el “Manifiesto para cyborgs” de Donna Haraway (1995:251-311), que propone el cyborg como una metáfora, un recurso imaginativo frente a una mirada y un mundo dicotomizados que al final uniformizan y excluyen socialmente a las mujeres, y como un instrumento ideal para abordar la ruptura de todo tipo de dualismos: lo humano y lo animal, lo humano y la máquina, lo físico y lo no físico, lo masculino y lo femenino...

Por último, en una posición que se sitúa también en el postestructuralismo, que revisa y recupera tendencias feministas distintas, y se nutre de aportaciones desde la historia4, la sociología5, la antropología6 o la filosofía7 (como la fenomenología)8, estarían todas las teorías (una de las más conocidas, aunque no la única, la teoría queerde Judith Butler) que intentan desarrollar abordajes complejos, relacionales, dinámicos, performativos, encarnados… del género. El cuerpo sería, siguiendo a Butler (1997), la encarnación de una manera de hacer, de dramatizar, de reproducir situaciones históricas. Y el género, un estilo corporal, un conjunto de actos que se repiten pero pueden al mismo tiempo ser modificados. Estas relecturas se basan también en revisiones respecto a la cultura, el cambio social, la agency/práctica9, y el poder10, entre otras, que influyen directamente en el surgimiento de lo que puede denominarse el “cuerpo como agente” (Esteban, 2004), donde otro autor clave es Robert Connell (1995), absolutamente crítico tanto con el determinismo biológico como con el social. No se prescinde de la influencia del sistema social sobre los sujetos pero se da toda la relevancia a la praxis, lo que nos lleva a ver el género no como lo que “somos” sino “como lo que hacemos” (Stolcke, 2003), acciones sociales e individuales intersubjetivas, donde la corporalidad es una dimensión fundamental que guía nuestra vida. De modo que las identidades y las prácticas (de género, sexuales, etc.), como formas de “estar” en el mundo y no de “ser”, no serían ni dicotómicas ni estarían fijadas culturalmente, lo que nos puede ayudar a desencializar la experiencia relativa también a ámbitos como la sexualidad y el amor. Estaríamos hablando de actos básicamente corporales (maneras de sentir, andar, expresarse, moverse, vestirse, adornarse, tocar-se, emocionar-se, atraer-se, gozar, sufrir…), siempre en interacción con las otras personas; actos que van modificándose en el tiempo y en el espacio y que constituyen itinerarios corporales11, donde contexto social y económico, corporalidad y narratividad quedan estrechamente articulados.

Cuerpos políticos feministas
Por “cuerpo político” me refiero a un conjunto articulado de representaciones, imágenes, ideas, actitudes, técnicas y conductas encarnadas, una configuración corporal determinada promovida consciente o inconscientemente desde un movimiento social, en nuestro caso el feminismo, que se concreta a nivel individual y colectivo. Un cuerpopolítico, como señalaba anteriormente, comporta formas concretas de entender la persona, el género y las relaciones sociales, y de mirar, conocer e interactuar con el mundo, que suponen a su vez maneras (al menos intentos) de resistir, contestar y/omodificar la realidad.

No ha habido ni hay un solo cuerpo político feminista, ni siquiera si acotamos nuestro análisis a las últimas décadas y al entorno del Estado Español, que es el ámbito al que principalmente me referiré. Pero, me atrevería a afirmar que uno de los cuerpos políticos dominantes en el feminismo ha sido el cuerpo reproductivo, en plural (contracepción, aborto, maternidad, menstruación…), cuerpos con distintos rasgos y significados, algunos vigentes y otros no tanto (como el cuerpo del self-help, del autoconocimiento12). Pero también tenemos otros cuerpos políticos relevantes: cuerpos de la estética/imagen corporal, cuerpos del arte, cuerpos lesbianos, cuerpos queer, cuerpos del trabajo/empleo, cuerpos contra la violencia sexista...
Una de las principales características de todos estos cuerpos es que denuncian y reivindican aspectos muy diversos siempre desde la afirmación de la existencia y la presencia social de las mujeres y las feministas. Otra característica, la de que constituyen representaciones y conceptualizaciones alternativas del ser mujer/hombre”, del ser humano. Una tercera, en relación con lo anterior, que son agentes de contestación, transgresión y cuestionamiento13 de estereotipos, valores y asignaciones diferenciales de espacios, poderes, tiempos.

Otras dos características que me interesa resaltar, evidenciables en una gran mayoría de cuerpos políticos feministas, son la sexuación y la sexualización, dos cuestiones sobre las que quiero reflexionar brevemente. En general, solemos tender a subrayar la sexuación de los cuerpos, como característica humana básica, aunque al mismo tiempo discuta el binarismo sexual y/o se transgredan las propias categorías, tanto a nivel social como biológico, mediante lo que Foucault denominó la afirmación inversa, es decir, la utilización opuesta, alternativa de dichas categorías con resultados transgresores y rupturistas14. Sin embargo, se sigue priorizando un tipo de lenguaje donde lo femenino/masculino es el prisma desde el que se interpreta la realidad. Pero ¿debe ser la sexuación, aunque sea en sus versiones más disidentes, una característica sine qua non de la corporalidad feminista? ¿Es conveniente seguir haciendo interpretaciones exclusivamente desde la feminidad/masculinidad? ¿No nos interesa potenciar enunciados y definiciones de lo humano más allá de la sexuación y lareproducción sexual?15. Un segundo aspecto que quiero subrayar es el de la sexualización, otra de las dimensiones estrella de la corporalidad feminista, en tanto que la sexualidad es central en cómo las feministas (europeas y norteamericanas al menos) nos hemos configurado como tales, dentro de biopolíticas perfectamente delimitadas. En consecuencia, en nuestros cuerpos políticos la sexualidad tiende a ser un factor crucial de placer, agencia, transgresión y subversión, algo que siguen asumiendo y redefiniendo muchos sectoresjóvenes de feministas desde planteamientos que resultan ser bastante revolucionarios.

Pero, ¿es o debe ser la sexualidad el único o el principal instrumento de subversión feminista en relación a lo corporal? ¿Priorizar la sexualidad no secundariza o invisibiliza dimensiones de la vida que nos interesaría privilegiar o al menos poner al mismo nivel? Si la sexuación y la sexualización han sido elementos hipervisibilizados y, de alguna manera, hipertrofiados, habría otros que permanecen mucho más ocultos, por lo menos en nuestro ámbito, lo cual no quiere decir que no sean aspectos fundamentales de la desigualdad. Me refiero a factores como la clase social, la etnia, la nacionalidad, la edad… y también a otros elementos claves en la discriminación, como la división sexual del trabajo o la obligación del cuidado. Esto nos llevaría a pensar en cuerpos políticos que, como en el caso de la precariedad laboral o la pobreza, nos parecen a veces, paradójicamente, mucho menos subversivos, simplemente porque carecen del suficiente glamour feminista; otras veces, como en el caso de los cuidados, ni siquiera tenemos bien configurados nuestros cuerpos políticos16. Si hay una relación directa entre cuerpos y objetivos: ¿Qué cuerpos necesitaríamos hoy día para qué objetivos y, por tanto, cuáles tendríamos que reforzar, pensar y poner en práctica y/o añadir a nuestra tarea feminista? Si en los años setenta/ochenta uno de los retos principales para las mujeres fue romper la identificación entre mujer y madre, en la actualidad lo sería deshacer la equivalencia entre mujer y cuidadora17… lo cual no va en contra ni mucho menos de construir un mundo basado en el reconocimiento, la reciprocidad, la solidaridad y el apoyo mutuo. Más aún, uno de los desafíos más difíciles pero más urgentes hoy día es, a mi entender, cuestionar en profundidad la identificación entre mujer y sujeto amoroso, descentrar el amor de la identidad “femenina” o, incluso, feminista. Pero, miro a mi alrededor y no encuentro cuerpos políticos colectivos que sean subversivos a ese nivel. No hay una correspondencia lineal entre las distintas aproximaciones teóricas y los cuerpos políticos presentados, pero está claro que nos deberían resultar ya problemáticas las visiones esencialistas y reproductivistas o, incluso, las excesivamente constructivistas. Considero que las teorías y narrativas corporales feministas más actuales nos invitan a desafiar esa separación perversa entre el yo y el cuerpo, y entendernos como agentes encarnados en cualquier circunstancia y dentro de acciones planificadas o no, lo que nos permite inventar y poner en práctica modos alternativos de diagnóstico, reflexión y acción. Pensar como cuerpos, cuerpos que son objetos y sujetos a la vez, nos puede abrir, nos está abriendo ya de hecho, nuevas posibilidades teóricas y políticas para revisar, integrar y/o reformular ideas, experiencias y debates que están ahí desde que el feminismo es feminismo.


1 Ponencia presentada en las Jornadas Estatales Feministas de Granada (5-7 de diciembre de 2009), en la mesa redonda “Cuerpos, sexualidades y políticas feministas”. Una versión anterior fue presentada en las II Jornadas del Colectivo Feminista ADREI, “Otras Voces Feministas. Nuevos enfoques, nuevos debates”, llevadas a cabo en Oviedo (Asturias), el 13 de diciembre de 2008.
2 Término tomado del estudio de Loїc Wacquant (1995:73) con boxeadores. El trabajo corporal es una manipulación intensiva del organismo con un objetivo de imprimir en la persona posturas, rutinas de movimientos y estados subjetivos emocionales y cognitivos concretos, de forma que el campo corporal se reorganiza, se resaltan unos órganos y capacidades sobre otras, y se transforma no solo el sentido del cuerpo sino la conciencia sobre el propio organismo y, en definitiva, respecto al mundo. Yo he utilizado este concepto en mi análisis de la profesión de modelo de pasarela (Esteban, 2004) y estoy aplicándolo ahora al estudio de la socialización amorosa.
3 En este apartado voy a resumir los contenidos incluidos en el primer capítulo de mi libro de Antropología del cuerpo. Género, itinerarios corporales, identidad y cambio (2004), que a su vez estaban inspirados en parte en el planteamiento de Elizabeth Grosz (1994).
4 Con historiadores como Jean y John Comaroff.
5 Con sociólogos como Pierre Bourdieu o Bryan Turner.
6 Con antropólogas como Nancy Scheper-Hughes y Margaret Lock, así como Thomas Csordas, uno de los autores que más ha profundizado en el concepto de embodiment (encarnación, in-corporación).
7 El trabajo de Michel Foucault es fundamental para entender la teoría social del cuerpo.
8 Donde destaca sobre todo Maurice Merleau-Ponty.
9 Con autoras/es como Anthony Giddens o Sherry Ortner.
10 Con autoras/es como Michel Foucault, Antonio Gramsci, Dolores Juliano…
11 Definidos como “procesos vitales individuales pero que nos remiten siempre a un colectivo, que ocurren dentro de estructuras sociales concretas, y en los que damos toda la centralidad a las acciones sociales de los sujetos, entendidas éstas como prácticas corporales. El cuerpo es así entendido como el lugar de la vivencia, el deseo, la reflexión, la resistencia, la contestación y el cambio social, en diferentes encrucijadas económicas, políticas, sexuales, estéticas e intelectuales. Itinerarios que deben abarcar un periodo de tiempo lo suficientemente amplio como para que pueda observarse la diversidad de vivencias y contextos, así como evidenciar los cambios” (Esteban, 2004:54).
12 Un autoconocimiento reduccionista en tanto que lo reproductivo era metonimia de lo corporal.
13 En el sentido que le da Dolores Juliano.
14 Hablamos, por ejemplo, de cuerpos lesbianos masculinos.
15 Basándonos en autoras como Anne Fausto-Sterling o Donna Haraway.
16 Curiosamente, es el cuerpo masculino el que está dando la especificidad feminista a la reivindicación respecto a los cuidados, ya que son los hombres en actitud de cuidado los que nos están posibilitando expresar mejor nuestra crítica y reivindicación al respecto.
17 Una idea que, formulada de esta manera, escuché por primera vez a Marian Uria, feminista vasco-asturiana.

Fuente: http://www.feministas.org/spip.php?article225

Movimientos feministas latinoamericanos...

Fuente: Movimientos Feministas
“Elegir entre la mesura y la insolencia tiene que ver con estrategias políticas (...). La exigencia desde la dominación de ‘buenas maneras’ va más allá de una exigencia de cortesía, es un modo muy frecuente, por el contrario, de imponerle inautenticidad al rebelde, de hacerlo renunciar a su contra-cultura, a su ilegalidad y a su contra-lenguaje.”
(Kirkwood 1990: 13)
Como ya hemos dicho anteriormente, los movimientos feministas nacen en el viejo mundo producto del despertar que se genera en las mujeres con respecto a su condición social que regía en aquel entonces. Ahora bien, sabemos que los ideales de este movimiento no quedaron aislados en Europa, sino que lentamente, o mejor dicho tardíamente dejó caer sus influencias en Latinoamérica, generando así una serie de movimientos que no serán menores, puesto que dejarán una gran huella que podemos observar hoy en el siglo XXI; una huella de igualdad, respeto y homogeneidad entre ambos sexos que hace algún tiempo atrás no podía percibirse en el continente.

Para poder referirnos a los movimientos feministas latinoamericanos debemos preguntarnos ¿cómo llegó la influencia Europea a nuestro continente?...la influencia Norteamericana es la que desempeñará un papel importante, puesto que como el movimiento ya había llegado a EE.UU, este se comenzará a masificar por el resto del continente. Es así como muchas mujeres latinoamericanas formaron grupos de reflexión, la cual tenía que ver con la toma de conciencia por parte de las demás mujeres. Esta no logrará alcanzar el objetivo, puesto que muchas mujeres aún no eran consciente de su condición dentro de la sociedad; es por ello que la influencia no llega a todas unánimemente en Latinoamérica.

Las mujeres lentamente comenzarán a verse envueltas en una consciencia cada vez más fuerte que la llevará a la lucha intensa y para conseguir sus demandad comenzarán a aprovecharse de todas las instancias necesarias, ejemplo de esto es la unión de ellas a todos aquellos movimientos que se generan en el continente, como los obreros, movilizaciones estudiantiles, de guerrillas e inclusive las revoluciones campesinos. Ahora bien las mujeres se verán envueltas rápidamente en esta necesidad de introducirse de lleno en el movimiento, el que debía estar netamente ligado al compromiso y dedicación.


El movimiento en los años 60 comenzará su rápido avance por el continente, pero desafortunadamente nos encontraremos en los años 70 con un asunto de no menor gravedad que impedirá el avance e inclusive retrocederá el movimiento; nos estamos refiriendo así al nuevo sistema económico que se impondrá en el continente; el neoliberalismo, este provocará que se crearan gobiernos totalitarios imponiendo su régimen. La imposición de esta nueva forma de gobierno comenzará a entregar una política en donde el valor de la familia es lo más primordial; es por ello que el retroceso del movimiento feminista estará ligado a este punto, puesto que la mujer debe cuidar y criar a sus hijos y atender a su marido desde su hogar, mientras él trabaja. Otro aspecto importante que permite el retroceso de este movimiento estará netamente ligado a las torturas y la imposición de miedo, el exilio forjado y el miedo a caer detenido.

Ahora bien, debemos mencionar también la diferencia de concepción que se tenía a través de los diversos países latinoamericanos; puesto que la derecha consideraba a las mujeres como rebeldes, subversivas; en cambio la izquierda las tildaba de pequeñoburguesas. Entonces nos encontramos en la década de los 70 con un gran retroceso de este movimiento, aunque muchas mujeres continuarán reflexionando y organizándose en secreto, pero podemos ver un avance recién cuando en la década de los 80 caen las dictaduras latinoamericanas y se da paso a la democracia; pero ya no era lo mismo, puesto que gracias a la imposición de la dictadura se corta el hilo conductor y ya cuando estas caen las mujeres deben comenzar de cero.

Ahora bien, tenemos que entender que ya en la década de los 80 comenzará a verse un lenguaje muy diferente al que el anterior, puesto que ahora las mujeres serán las que denunciarán las torturas y las violaciones a los derechos humanos por parte de los gobiernos dictatoriales, es por ello que ahora se puede apreciar. La mujeres ganarán protagonismo, puesto que su lenguaje y sus demandas no serán simplemente una queja solamente por cómo la sociedad las aprecia, sino que la mujer en la década de los 80 alzará su voz en sentimiento de dolor, producto de las desgracias que dejó la dictadura, entonces es aquí donde apreciamos una unión importante que estará orientada a peticiones que tienen una índole política y social, puesto que se ven manifestaciones por los detenidos desaparecido, etc. Entonces ahora estaremos frente a una conquista por parte de las mujeres ligada a ciertas peticiones como lo son el divorcio, las leyes respectivas a la violencia, derechos sexuales y la salud con respecto a la reproducción.

Ya a partir de los 80 casi todos los grupos que se habían formado en la década de los 70 había desaparecido, por lo que se ven nuevo grupos que van surgiendo y que tienen una estrategia más osada, puesto que se intentarán unir a políticos y parlamentarios, puesto que exigen al estado implementar estas demandas en una legalidad que les entregue sus derechos como mujer y la tranquilidad que necesitan.

“Todo esto eran manifestaciones y expresiones de diferentes concepciones políticas expresadas desde el primer encuentro, era lucha política de proyectos políticos y filosóficos, pero se ocultaban en una aparente homogeneidad y tras el deseo de una especie de romántica hermandad de mujeres que ha dificultado siempre reconocernos, más allá del discurso declarativo, como diversas, pensantes y actuantes de distintos proyectos y tras una identidad de género más fácilmente centrada en tanto víctimas del sistema patriarcal que en tanto constructoras de nuevas culturas.” (BEDREGAL 2002)

1981: Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, se buscan nuevas bases para continuar con este movimiento, aquí se puede apreciar una gran estabilidad y fuerza, puesto que la afiliación a partidos políticos y dirigentes les entregará una estabilidad y una aceptación mucho más intensa.
La década de los 80 culmina con el IV encuentro latinoamericano, el que se realizó en México. Este encuentro tendrá una importancia significativa, puesto que diversas mujeres redactarán un documento crítico. Este consta de los siguientes partes:

1. A las feministas no nos interesa el poder
2. Las feministas hacemos política de otra manera.
3. Todas las feministas somos iguales.
4. Existe una unidad natural por el solo hecho de ser mujeres.
5. El feminismo sólo existe como una política de mujeres hacia mujeres.
6. El pequeño grupo es el movimiento.
7. Los espacios de mujeres garantizan por sí solos un proceso positivo.
8. Las mujeres sienten y son valiosas ante cualquier sociedad.
9. Lo personal es automáticamente político.
10. el consenso es democracia.

Sin duda alguna estos diez mandamientos por decirlo así generan en las mujeres un sentimiento de frustración y las mantiene en un estado de agotamiento, puesto que no siempre se podrá conseguir del todo lo que se está estipulado.

“Mientras una parte del feminismo se pregunta, individual y cómodamente recostada en el diván ‘¿quién soy yo?’, y otra parte busca afanosamente la referencia necesaria para una nota a pie de página que acredite como fiable su trabajo (...), he aquí que el mundo revienta de pobreza: millones de criaturas, nacidas de mujer, se asoman a un modelo de sociedad que les reserva una cuna de espinas...”
(SÁNCHEZ 2002: 10)

Enlaces para visitar en la web:
Las mujeres en la lucha por la igualdad



Bibliografía:

-Bedregal, Ximena (2002): “Los encuentros feministas, Lilith y el todo poder uno”. www.creatividadfeminista.org
-Sau Sánchez, Victoria (2000): “¿Adónde va el feminismo?”; en Reflexiones feministas para principios de siglo, Madrid, Ed. Horas y horas.
- Kirkwood, Julieta (1990): Ser política en Chile. Los nudos de la sabiduría feminista, Santiago de Chile, Ed. Cuarto Propio


Bibliografía consultada a lo largo del blog:


-http://www.cienciaescolar.com/CIENCIA%20FEMENINO/El_mov_feminista.htm
-http://www.cosasdemujer.com/que-es-movimiento-feminista/
-http://www.jeremiahproject.com/spanish.php?u=/prophecy/feminist.html
-http://www.urjc.es/estudios/grado/igualdad_genero/guias/Las%20Mujeres%20en%20la%20Historia.pdf
-http://www.mujeresenred.net/news/article.php3?id_article=7
-http://www.ieg.ufsc.br/admin/downloads/artigos/REF/v6n2/Alvarez.pdf


De Nancy Morejón: Mujer Negra....

Fuente: Mujeres.cubaweb
Uno de los poemas más antologados y difundidos de la escritora Nancy Morejón, Premio nacional de Literatura, es Mujer Negra. Poema que surgió, explica la autora, como un grito de su conciencia lastimada.

Ella cuenta cómo una noche, a principio de los años 70s, en un momento de duermevela tuvo una visión a través de los barrotes de su dormitorio. Era una mujer afro, una esclava, que le fue contando y mostrando su vida en imágenes. Al día siguiente, al levantarse, escribió el poema; texto que llegó al público cuando el doctor Roberto Fernández Retamar, en aquel entonces director de la revista Casa de las Américas, lo publicó (1975) con motivo de la celebración del Año de la Mujer por la UNESCO.

Mujeres lo hace suyo en estos momentos.

MUJER NEGRA
Todavía huelo la espuma del mar que me hicieron atravesar.
La noche, no puedo recordarla.
Ni el mismo océano podría recordarla.
Pero no olvido el primer alcatraz que divisé.
Altas, las nubes, como inocentes testigos presenciales.
Acaso no he olvidado ni mi costa perdida, ni mi lengua ancestral.
Me dejaron aquí y aquí he vivido.
Y porque trabajé como una bestia,
aquí volví a nacer.
A cuánta epopeya mandinga intenté recurrir

Me rebelé


Su Merced me compró en una plaza.
Bordé la casaca de Su Merced y un hijo macho le parí.
Mi hijo no tuvo nombre.
Y Su Merced, murió a manos de un impecable lord inglés.

Anduve.

Esta es la tierra donde padecí bocabajos y azotes.
Bogué a lo largo de todos sus ríos.
Bajo su sol sembré, recolecté y las cosechas no comí.
Por casa tuve un barracón.
Yo misma traje piedras para edificarlo,
pero canté al natural compás de los pájaros nacionales.

Me sublevé.

En esta misma tierra toqué la sangre húmeda
y los huesos podridos de muchos otros,
traídos a ella, o no, igual que yo.
Ya nunca más imaginé el camino a Guinea.
¿Era a Guinea? ¿A Benin? ¿Era a Madagascar? ¿O a Cabo Verde?

Trabajé mucho más.

Fundé mejor mi canto milenario y mi esperanza.
Aquí construí mi mundo.

Me fui al monte.

Mi real independencia fue el palenque
y cabalgué entre las tropas de Maceo.
Solo un siglo más tarde,
junto a mis descendientes,
desde una azul montaña,

bajé de la Sierra

para acabar con capitales y usureros
con generales y burgueses.
Ahora soy: Solo hoy tenemos y creamos.
Nada nos es ajeno.
Nuestra la tierra.
Nuestros el mar y el cielo.
Nuestras la magia y la quimera.
Iguales míos, aquí los veo bailar
alrededor del árbol que plantamos para el comunismo.
Su pródiga madera ya resuena


Datos tomados del libro Soltando amarras y memorias: mundo y poesía de Nancy Morejón, de Juana María Cordones- Cook

La década de la Mujer Africana: Oportunidades estratégicas...

Por Monica Ighorodje* / Revista Mujeres
La Década 2010-2020 de la Mujer Africana (DMA) es un gran acontecimiento para las mujeres africanas y supone un elogio a la Unión Africana por el reconocimiento de las necesidades, preocupaciones y de la agencia de la mujer en África. El objetivo de la DMA es garantizar una mayor atención a la aplicación de todos los compromisos relativos a la igualdad de género y al acceso al poder de la mujer en África. [1] Con la declaración de 2010-2020 como Década de la Mujer Africana, las organizaciones de los derechos humanos de las mujeres tienen la clave en las estrategias para el cumplimiento de los compromisos relacionados con la igualdad de género y el acceso al poder de la mujer. La existencia de la Década de la Mujer Africana es un claro signo de que las cuestiones de la mujer están a la orden del día en todo el mundo y que hemos empezado a cosechar los beneficios de nuestras luchas de liberación. A continuación, creemos oportuno diseccionar el contexto global de los derechos humanos de las mujeres a partir del contexto de la DMA para determinar las oportunidades de las mujeres africanas.

Contexto de la Década de la Mujer Africana en relación a los derechos humanos de la mujer
El concepto de la década de la mujer nació en 1975 en la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer de la Ciudad de México dentro de Naciones Unidas. [2] A partir de entonces, las mujeres se han involucrado y han participado en las consultas sobre los derechos de la mujer y la igualdad de género. [3] A nivel mundial, los derechos humanos de las mujeres tienen su origen en la Carta Internacional de Derechos sobre los cuales se articula la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, o Convención de la Mujer). Aparte de la existencia de la Convención de la Mujer, en los albores de un nuevo milenio Naciones Unidas elaboró un plan estratégico de quince años de lucha contra la pobreza, centrado en ocho objetivos, para los Estados miembros y conocidos como Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM). En estos objetivos se incluyen las preocupaciones para el acceso al poder de la mujer y la igualdad de género.



Dentro de la Unión Africana, la aprobación y posterior entrada en vigor en 2005 del Protocolo de la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de la Mujer en África fue un paso decidido en la dirección de los derechos de las africanas. Es interesante observar que tanto la Convención de la Mujer como el protocolo de las africanas constituyen el marco jurídico de los derechos humanos de las mujeres a nivel mundial. La aparición de la Década de la Mujer Africana sólo consolida y sostiene el reconocimiento dado a la demanda para la inclusión y la rendición de cuentas de los dirigentes africanos.



Oportunidades para la participación en la Plataforma de la Década de la Mujer Africana

Un examen crítico de la DMA en el contexto de las áreas temáticas [4] indica que las organizaciones de derechos de las mujeres en el continente ya están trabajando en estos problemas. La repercusión de los temas indica la necesidad de reforzar nuestros esfuerzos colectivos para impulsar la voluntad política por parte de los dirigentes africanos y garantizar que estas preocupaciones sean atendidas. A la luz de estos acontecimientos, ¿qué oportunidades existen para las mujeres africanas de participar y enriquecer la DMA de manera efectiva?



Contexto normativo internacional y regional actual sobre los derechos y el desarrollo de las mujeres

El instrumento internacional de los derechos humanos proporcionó en su totalidad una plataforma adecuada para la promoción y protección de los derechos humanos de las mujeres. Desde la Carta Internacional de los Derechos a la “Convención de la Mujer”, la Plataforma de Acción de Beijing, la Declaración de Dakar y las Estrategias progresistas de Nairobi, las mujeres han participado continuamente en estas plataformas por la demanda de igualdad de género y el derecho a no sufrir discriminación ni violencia. Junto a estos instrumentos están la Solemne Declaración de la UA sobre la Igualdad de Género en África (SDGEA), mientras que el artículo 4 (l) de la Ley Constitutiva recalca la “promoción de la igualdad de género como uno de los principios rectores de la UA”. [5] Los susodichos instrumentos proporcionaron el marco normativo de las mujeres para exigir a sus líderes compromisos como la ratificación, la adaptación y la puesta en práctica, sobre todo a la luz de los objetivos del DMA.



La emergencia de las Naciones Unidas de la Mujer

En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó ONU-Mujeres (http://www.unwomen.org/es/), la entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el acceso al poder de la Mujer. [6] Este es otro logro para el movimiento de las mujeres hacia la igualdad de género y el acceso al poder de la mujer. Sorprendentemente, tanto de la DMA como de las Naciones Unidas de la Mujer refuerzan las oportunidades que pueden ser capitalizadas en África. Además, la presencia de diez africanas constituyendo parte de la junta ejecutiva de 41 miembros [7] proporciona una plataforma para la participación de las mujeres africanas en los planos internacional y regional; de ahí la necesidad de una estrategia de refuerzo, desde el nivel global hasta el local, y viceversa.



Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU

Un examen crítico de los objetivos de la DMA depende de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de Naciones Unidas, en particular el ODM 3 sobre la igualdad de género y el acceso al poder de la mujer. Este es el concepto general que describe el trabajo constituido por la organización de las mujeres, y por tanto las cuestiones sociales, económicas, políticas y culturales se convierten en áreas temáticas de interés de la DMA. Los ODM han cumplido su 10º aniversario y sólo tienen de plazo hasta 2015 para alcanzar su visión global. Teniendo en cuenta que la DMA gira en torno a los ODM y que el primer examen de la DMA se producirá simultáneamente en 2015 con la primera revisión de los logros de la década, las mujeres deben llevar a la práctica los ODM. La consecución de uno equivale a que la visión global se está haciendo realidad.



El aumento de la participación de la mujer en la política y el liderazgo

En todo el mundo, los electores de los diferentes países están comenzando a reconocer el posible papel de la mujer en la política y, como resultado, 2010 marca otro notable incremento en el número de presidentas en el mundo. Con la aparición de la primera mujer presidente de Brasil [8], las mujeres en África deben reconocer el cambio de paradigma gradual y proseguir en la defensa y el apoyo del aumento del papel político de las mujeres en la política y la toma de decisiones. La existencia de la primera mujer presidente de África en Liberia y el predominio de las mujeres en la esfera política de Ruanda es un trampolín para las mujeres.



Perspectiva de género de la Unión Africana

A diferencia de la antigua OUA (Organización de la Unidad Africana), la composición de la UA es un reflejo notable del compromiso del continente con la paridad de género y el respeto de los derechos de la mujer. En la actualidad, cinco de los diez comisarios de la UA son mujeres, incluyendo siete de los quince directores de la Comisión de la UA. Ninguna otra organización regional o internacional ha alcanzado este nivel de equidad de género en los niveles más altos de liderazgo. [9]



El año de la paz de África

La Unión Africana (UA) declaró el 2010 “Año de la paz en África”, reiterando su compromiso para impulsar aún más los procesos de paz en un continente donde millones de personas son asesinadas y desplazadas debido a los conflictos. [10] Las mujeres se llevan la peor parte en los disturbios civiles y son objeto de violencia de género, especialmente mediante el uso de la violación como arma de guerra en la mayoría de las regiones de África desgarradas por la crisis. Basándose en el compromiso de la UA y en la apelación a todas las partes interesadas a intensificar sus esfuerzos en el ámbito de la paz y la seguridad, las mujeres deben aprovechar el año de la paz y la seguridad. Las mujeres seguirán organizando y promoviendo una mayor participación de las mujeres en la reconstrucción post-conflicto y los procesos de paz con el fin de reconstruir la nación.



El movimiento feminista africano

La aparición del movimiento feminista africano es otro punto estratégico de compromiso. Las feministas africanas también son parte de un movimiento feminista global contra la opresión patriarcal en todas sus manifestaciones. Las experiencias feministas africanas están vinculadas a las mujeres de todo el continente africano y han compartido la solidaridad y apoyo a lo largo de los años. En el curso de la construcción de movimientos en los últimos años, y el intento de institucionalizar el movimiento, las feministas han sido capaces de construir redes y alianzas estratégicas en todo el continente. Además, la labor del movimiento feminista hacia el cierre de brechas entre generaciones y la tutoría de feministas jóvenes para consolidar y sostener la lucha es encomiable. La plataforma ya existente para las jóvenes sirve como medio para un fin y da cobertura a la preocupación de las temáticas de la DMA sobre la construcción de movimientos de mujeres jóvenes.



EL PAPEL DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL Y LA COALICIÓN DE LA SOLIDARIDAD DE DERECHOS DE LA MUJER AFRICANA EN ÁFRICA (SODMA)



La presente década proporciona una oportunidad para las organizaciones de la sociedad civil y la Coalición SODMA para poner a prueba los asuntos del acceso al poder de la mujer y la igualdad de género. Hasta dónde lograremos llegar está determinado por nuestra dirección estratégica y posicionamiento como socios y partes interesadas.



EL PAPEL DE LAS ORGANIZACIONES DE LA SOCIEDAD CIVIL



-Divulgar y desmitificar la DMA

Las organizaciones de la sociedad civil bien informadas sobre la DMA tienen la responsabilidad de sensibilizar al continente de la importancia de la década y de su significación en la causa de un cambio de paradigma en la percepción social de las mujeres. Más importante aún es que se simplifiquen las diez áreas temáticas en un formato abreviado para la participación popular.



-La alineación de nuestros programas a la visión de la DMA

En la actualidad, el enfoque temático de la DMA gira en torno a las preocupaciones de las mujeres y, en consecuencia, la sociedad civil debe alinear sus programas, proyectos y organización para reflejar cualquiera de los diez temas de la DMA basados en sus ámbitos de competencia y en la solidaridad para la celebración de la década.



-Presionar sobre la voluntad política de los dirigentes africanos

Debe continuar la promoción de un compromiso renovado de todos los derechos humanos de las mujeres y las leyes de políticas de género. Los líderes africanos se apresuran a firmar los instrumentos internacionales y a adoptar las políticas de género para el progreso del continente. Sin embargo, los obstáculos culturales influyen en la ratificación o la domesticación de estos instrumentos internacionales o regionales. La domesticación es clave para la elaboración de estrategias y para asegurar la aplicación del compromiso de los gobiernos con los derechos humanos de las mujeres. Nosotras no podemos apoyar un gobierno responsable en ausencia de una ley nacional contra la discriminación de la mujer y la opresión. La puesta en marcha de la DMA se construirá sobre la nada si no existe un marco jurídico para el proceso de aplicación.



El papel de la Coalición SODMA



a). Coordinación de la red de DMA en la sociedad civil



La coalición debería organizar y coordinar un frente común de todos los miembros de las redes africanas -tanto individuos como organizaciones- interesados en la DMA para establecer enlaces con la UA y otras partes interesadas, como los sistemas pertinentes de la ONU y las comisiones de trabajo a nivel regional, nacional y local. Esto proporcionará una plataforma en la que la voz de otras organizaciones de mujeres no-visibles o activistas interesadas se incorporarán al proceso.



b). Documentar y compartir las mejores prácticas en África



La coalición puede actuar como una base de recursos para la documentación de las estrategias exitosas en toda África, que se puede difundir a través de las redes de la DMA. Esto proporcionará un repositorio de estrategias para la repercusión o ampliación en diferentes áreas temáticas para el compromiso.



c). Mecanismo de evaluación de la DMA



La coalición se compromete a organizar, cada dos años, un mecanismo de evaluación para controlar el progreso de la UA a nivel continental. Este mecanismo llenará los vacíos causados por la ausencia de una comisión sobre el estatuto de las mujeres y elaborará un informe periódico sobre los derechos de la mujer en África.



CONCLUSIÓN



En este artículo se ha examinado brevemente la importancia de la Década 2010-2020 de la Mujer Africana. El análisis de la década proporciona una plataforma para un compromiso más crítico, tanto a nivel mundial como a nivel nacional. Como resultado de ello está la oportunidad vital de las mujeres para hablar con una sola voz y estar unidas en sus luchas. Las estrategias identificadas sólo proporcionan el camino para que los mejores colectivos de mujeres puedan participar y obtener un resultado notable y un impacto en la década. Por último, está claramente establecida una matriz con la conexión internacional de los derechos humanos, los esfuerzos por el desarrollo y el intento de África para integrar las preocupaciones de las mujeres en la política de África. Por consiguiente, no será de interés continental separar las peticiones de las africanas de la perspectiva mundial debido a la interrelación de los intereses de las mujeres y los organismos.





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*Monica Ighorodje es dirigente de BAOBAB por los Derechos de la Mujer una organización no gubernamental nigeriana sin ánimo de lucro en defensa de los derechos humanos de las mujeres. Está centrada en los derechos legales de la mujer en virtud de los tres sistemas de derecho -tradicionales, constitucionales y religiosos- en Nigeria. BAOBAB trabaja y aboga por promover los derechos humanos de las mujeres, principalmente a través de la mejora del conocimiento y el desarrollo de los derechos.Traducción de Africaneando.



Este artículo ha sido publicado en Africaneando, nº 4, primer trimestre de 2011.



Notas

[1] http://bit.ly/fI53TK, visitado por última vez el 10 de noviembre de 2010.



[2] http://tinyurl.com/2waoh59, visitado por última vez el 10 de noviembre de 2010.



[3] Nota al margen de la reunión de planificación sobre la Década de la Mujer Africana (DMA) en la 54ª Sesión de la CSW, 2010, AU Oficina de Nueva York, EE.UU.



[4] Los 10 temas del DMA incluyen: Combatir la pobreza y el acceso al poder económico de las mujeres y el espíritu empresarial; Agricultura y Seguridad alimentaria; Salud, VIH/SIDA y mortalidad materna; Educación, Ciencia y Tecnología; Medio ambiente y Desarrollo sostenible; Paz y Seguridad; Gobierno y Protección jurídica; Finanzas y Presupuestos de Género; Mujeres en posiciones de toma de decisiones y Estimulación del movimiento africano de la mujer y la orientación del movimiento de mujeres jóvenes.



[5] http://tinyurl.com/346elzy, Las políticas de igualdad de género en la UA por Melinda Adams, visitado por última vez el 10 de noviembre 2010.



[6] http://tinyurl.com/32fwbay visitado por última visita fue el 10 de noviembre de 2010.



[7] http://tinyurl.com/23lb2z9 – Elección del Consejo Ejecutivo de la NU sobre la Mujer: El 10 de noviembre de 2010, los Estados miembros dieron un paso adelante para posibilitar la agencia de ONU-Mujeres, la Entidad de las Naciones Unidas sobre la Igualdad de Género y el Acceso al poder de la Mujer, para iniciar el trabajo de elección de los países miembros de su Consejo Ejecutivo. Las 41 miembros del consejo fueron seleccionados de la siguiente manera: 10 de África, 10 de Asia, 4 de Europa del Este, 6 de América Latina y el Caribe, 5 de Europa occidental.



[8] “La Presidenta-Electa de Brasil Dilma Rousseff promete igualdad de género”, publicado en el periódico Daily Trust, el martes 2 de noviembre de 2010.



[9] http://tinyurl.com/346elzy, Las políticas de igualdad de género en la UA, por Adams, Melinda, visitado por última vez el 10 de noviembre de 2010.



[10] http://tinyurl.com/36lbkmg



Fuente http://www.revistapueblos.org/spip.php?article2135

Todas tus muertas (28 de mayo: día internacional de acción por la salud de las mujeres)

Andrea D’Atri
Pan y Rosas
Este próximo 28 de mayo, en el Día de Acción por la Salud de las Mujeres, tenemos que decir que Cristina cumple. Si la consigna para promover su segundo mandato presidencial es NUNCA MENOS, tenemos que decir que cumple a rajatabla: bajo su gobierno, cada año, murieron MÁS mujeres por las consecuencias del aborto clandestino, que diez años atrás.

Según las propias e interesadas cifras del Ministerio de Salud, la tasa de mortalidad materna es de 5,5 cada 10 mil nacidos vivos, lo que equivale a decir que son casi 300 mujeres las que mueren cada año, una trágica cifra muy superior a la del año 2000 (y todavía menor que la que señalan otras investigaciones no oficiales que hablan de 400 ó más). Podríamos decir que las frías estadísticas del clerical ministro de Salud demuestran que, en 8 años de gobiernos kirchneristas, murieron más de 2 mil mujeres por causas EVITABLES.

Con “compañeras de género” como Cristina Kirchner, entonces, ¿quién necesita “enemigos episcopales” misóginos, homofóbicos y derechistas como el arzobispo del Chaco?

Santa Cristina, mujer y madre

En el acto religioso del 25 de mayo al que concurrió la presidenta, el arzobispo Fabriciano Sigampa dedicó una extensa parte de su homilía a agradecerle la extensión para las embarazadas de la Asignación Universal por Hijo. “Permítame señora presidenta que en nombre de esos argentinitos y chaqueñitos y chaqueñitas, pequeñitos que están en el vientre de su mamá, en ese sagrario de la vida, agradecerle en nombre de esos niños por la asignación que usted, generosamente les ha dado”, expresó Sigampa.

De todos modos, por amor al arte, mejor que agradezca al poder con palabras y no con murales, como el que mandó a pintar en la catedral de La Rioja, cuando era obispo de esa provincia, con su propia figura encabezando una procesión en la que se ven las figuras de Carlos Menem y otros políticos provinciales.

En esta ocasión, el arzobispo no sólo se encargó de dejar en claro la postura de la Iglesia que designa como “niños” o personas a embriones y fetos, aclarando expresamente que “cuando los niños están aún ocultos en el seno maternos, son personas”, sino que además agregó: “Quiero agradecerle, señora, porque lo descubre como ser nuevo, sujeto a derecho.”

Expresó así el agradecimiento que la Iglesia tiene, no sólo por la medida que dictó Cristina, sino primordialmente, por su fundamentación: cuando la presidenta presentó esta asignación considerando que un embarazo es lo mismo que un hijo y señalando que se trataba de una “fuerte apuesta por la vida”, no hizo más que repetir las palabras que utilizan los jerarcas de la Iglesia en su cruzada contra el derecho al aborto y los derechos de las mujeres.

Como Dios manda

Monseñor no se privó de metáforas y, haciendo gala de la misoginia que caracteriza a la Iglesia y sus jerarcas, se despachó con que la asignación “es la solidaridad concreta con ese vientre que está llevando una vida nueva.” Una fórmula elegante para decir que, para los curas, las mujeres sólo somos incubadoras con pelo.

Luego prosiguió con una encendida defensa de la familia. Pero la familia “verdadera”, esa que según la Iglesia es la que está integrada por una mamá mujer y un papá varón. De eso sabe el arzobispo Sigampa, que encabezó una manifestación en el Chaco contra la ley de matrimonio igualitario y contra la posibilidad de que las parejas de gays o lesbianas pudieran adoptar. En aquella ocasión, el prelado no se privó de ofrecer otra metáfora surgida de su frondosa imaginación: “no se ha visto que un toro se una a otro toro; el toro se une a la vaca”, dijo contra el matrimonio entre personas del mismo sexo. Habría que replicarle que, de todos modos, no importa con quién se una el toro, porque al ternero –como es sabido- ¡lo trae la cigüeña!

“La diversidad es buena cuando no es absoluta. La diversidad está hecha para la unidad”, aseguró en aquella oportunidad Sigampa, agregando: “Dios crea varón y crea mujer, dos diversos. ¿Pero para qué los crea? Para la unidad”, olvidándose que la Iglesia, sin embargo, excomulga a los curas que se casan con mujeres, mientras sigue cubriendo con un manto de impunidad a los que abusan de menores de ambos sexos.

¡A luchar por nuestros derechos!

Valiéndonos de un cálculo que, lamentablemente, no es una metáfora, podemos decir que mientras Cristina escuchaba embelesada los halagos del obispo del Chaco, en Argentina moría una mujer más por las consecuencias del aborto clandestino. Y así seguirá sucediendo, porque la presidenta está en contra de la legalización del aborto. Y la Iglesia reaccionaria y oscurantista comparte el mismo propósito.

Por eso, el próximo viernes 27 de mayo, Pan y Rosas y el PTS te invitan a movilizarte –junto a las organizaciones que integran y apoyan el Frente de Izquierda-, a las 17:30 horas al Congreso, porque será la única concentración que, en el Día de Acción por la Salud de las Mujeres denunciará claramente que este gobierno que se dice “de los derechos humanos”, sigue mandando a la muerte a más de 300 mujeres cada año por las consecuencias del aborto clandestino.

Como lo hacemos todos los días, en las comisiones de mujeres de los lugares de trabajo, en las universidades, en las calles y en los Encuentros Nacionales de Mujeres, seguiremos luchando por el derecho al aborto, para que sea legal, seguro, libre y gratuito, transformando también esta candidatura a Diputada Nacional por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, en una tribuna para exigir la separación de la Iglesia del Estado, la inmediata aprobación del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que ya se presentó en el Congreso.

Insistimos en que el movimiento de mujeres y todas las organizaciones feministas, sociales y políticas que apoyamos este justo reclamo debemos movilizarnos hasta conseguir que la ley se apruebe sin dilaciones. Tenemos que ser miles de trabajadoras, estudiantes, artistas, intelectuales, las que arranquemos este derecho democrático elemental al Congreso, con nuestra lucha.

http://www.pts.org.ar

La discriminación en las salas de redacción

Sandra Chaher
Artemisa Noticias
El Informe Global sobre la Situación de las Mujeres en los Medios de Comunicación realizado por la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IMFW por sus siglas en inglés) es la mayor investigación realizada hasta la fecha, y la primera global, sobre la situación laboral de las mujeres periodistas. No existía un reporte que diera cuenta -con una metodología similar en cada país de forma de poder hacer correctas comparaciones- del estatus que tenemos en los medios de comunicación quienes hacemos las noticias. Y sumado al Informe Global de Medios que cada cinco años realiza la Asociación Mundial para las Comunicaciones Cristinas (WACC, también por sus siglas en inglés) monitoreando noticias, aporta en el armado de un mapa global de las mujeres en los medios y dentro de los medios.

El informe de la IMFW (que por ahora está disponible sólo en inglés) fue realizado en 522 compañías (de diarios, televisión y radio) de 59 naciones de todas las regiones del mundo por un equipo de 170 personas que entrevistaron a directivas y directivos de medios, o responsables de recursos humanos de las empresas, solicitando información sobre la escala jerárquica de mujeres y varones, salarios, políticas de género y formas de contratación.

Las conclusiones generales fueron que los varones ocupan la mayoría de los puestos de dirección y de trabajo en gran parte de las naciones investigadas: 73% de los altos cargos y casi 65% entre los reporteros; sólo entre el equipo profesional de alto nivel –un nivel intermedio entre los dos anteriores, según la estructura elaborada por la IMFW- las mujeres llegan al 41% del personal. En comparación con una investigación realizada por Margareth Gallagher en 1995, las mujeres –aunque siguen siendo menos- habrían mejorado su participación en los cargos directivos, que pasaron del 12% a cerca del 30% en la actualidad. Sólo Europa del Este y del Norte superan en la actualidad estas cifras con alrededor del 40% de las mujeres en los puestos de dirección (entre accionistas de la empresas y directivas de los emprendimientos periodísticos).

En relación al techo de cristal que dificulta el ascenso de las mujeres en las empresas, fue identificado en 20 de las 59 naciones estudiadas y, fundamentalmente, en los niveles medios e inmediatamente superiores (edición). Y apenas más de la mitad de las empresas dijeron poseer políticas de género (desde licencias por embarazo hasta normas que regulen el acoso sexual y promueven la equidad en los ascensos), con oscilaciones que fueron del 16% en Europa del Este a 69% en Europa Occidental.

Algunas de las conclusiones que fueron halladas en cada región:

- Medio Oriente y Norte de Africa: hay dos varones por cada mujer en cada redacción; las mujeres escasean sobre todo en los puestos superiores; y, en los puestos directivos y como accionistas los varones ganan entre tres y cinco veces más que las mujeres.

- Africa subsahariana: la situación es muy diversa entre las naciones. Las mujeres son menos aún del 30% de las redacciones en Malawui y Zimbawe, llegando apenas al 15% en la República Democrática del Congo; pero en cambio son algo más del 50% en Sudáfrica, en Namibia ocupan el mismo porcentaje en los puestos directivos, y en Nigeria reciben en algunos casos mejores salarios que sus compañeros varones.

- Asia y Oceanía: en la mayoría de los países hay cuatro varones por cada mujer en las redacciones pero en Japón se da uno de los peores escenarios: seis por una, y los varones ocupan la enorme mayoría de los cargos directivos y como accionistas. Las excepciones son China, Fiji y Nueva Zelanda donde el reparto de puestos es casi paritario, o las mujeres exceden a los varones, aún en cargos de decisión.

- Europa del Este: es una de las mejores regiones del mundo en cuanto a igualdad de género en las empresas periodísticas. Los salarios de ambos sexos son equivalentes y el trabajo es seguro para las mujeres en todos los países. En Rusia, las mujeres están en una posición particularmente fuerte, a cargo de la mitad de los puestos directivos y con un tercio de los puestos de accionistas. La excepción es Hungría donde, si bien se mantiene la seguridad laboral, las mujeres ostentan apenas el 13% de los cargos de accionistas.

- Norte de Europa: es otra de las mejores regiones del mundo en equidad de género. La mitad de las compañías adoptaron políticas de equidad o sobre el acoso sexual. Finlandia y Suecia tienen casi un 50% de mujeres en los cargos de edición; aunque en Dinamarca y Noruega esta cifra desciende al 35%.

- Europa Occidental: las mujeres son prácticamente la mitad de todas las redacciones analizadas en la región, pero disminuyen a un 25% entre los puestos de dirección y las accionistas. En cuanto a políticas de igualdad, casi todas poseen protecciones básicas como licencias por maternidad pero sólo dos tercios regulan el acoso sexual y tienen normas específicas de promoción de la equidad. En Francia y Alemania las mujeres son casi la mitad de las redacciones, pero tienen dificultades para equipararse en los puestos superiores. Y en Gran Bretaña y España fue detectado el techo de cristal entre los niveles de redacción y edición respectivamente.

Las Américas

En la región americana, fueron analizadas 121 empresas en 13 países: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Jamaica, México, Puerto Rico, Perú, Estados Unidos y Venezuela. Aunque la situación de los medios de comunicación y las mujeres es muy diversa entre los países, persiste en todos la subrepresentación de las periodistas dentro de las redacciones (a excepción de Puerto Rico). Los casos más extremos son Argentina, Chile, Costa Rica, República Dominicana y Ecuador, donde hay dos varones por cada mujer periodista.

La investigación distingue cuatro patrones en relación a la presencia de las mujeres dentro de las redacciones del continente: baja representación, existencia del techo de cristal, un acceso moderado a todos los niveles jerárquicos de las redacciones, y ausencia de mujeres en los cargos de decisión y entre las y los accionistas.

En relación a los puestos ocupados, la mayor cantidad de mujeres y varones periodistas se desempeñan en dos categorías: profesional 'senior' (edición, investigación, reportería, corresponsalías, entre otras ocupaciones) y profesional 'junior' (asistencia, producción, sub-edición, entre otras). Los puestos donde las mujeres están menos representadas es entre quienes dirigen las empresas ('governance'): 21.5%; en el diseño gráfico y producción televisiva, 23%; y como técnicas, 24,7%. También son menos de un tercio en los altos cargos de dirección periodística (30,4%).

Sin embargo, la situación varía por país desde sólo un 8,6% de mujeres al frente de las empresas en Chile, al 37,5% en Costa Rica. Lo mismo sucede con los cargos periodísticos directivos: mientras en Argentina los ocupan sólo el 21,4% de las mujeres, en Venezuela llegan al 43,5%.

En relación a los salarios, muchas compañías no suministraron información, con lo cual las autoras del informe consideran que los resultados obtenidos en esta área son tentativos. Las mayores inequidades aparecieron en los cargos de dirección de las empresas, donde los sueldos de los varones duplican a los de las mujeres; entre quienes dirigen los medios, las mujeres parecieran ganar algo más que los varones entre los salarios más bajos de esta categoría, pero muchísimo menos entre los salarios más altos.

Si bien la mayoría de las y los periodistas del continente trabajan a tiempo completo, hay más cantidad de varones en este tipo de empleo en relación de dependencia (60,9%), y lo mismo entre las personas contratadas a tiempo completo (58,9%) y entre las free-lance (82,3%). Las mujeres en cambio, predominan entre las contratadas de medio tiempo (70,7%) y entre quienes trabajan también medio tiempo pero en forma regular (55.8%).

Otra de las conclusiones de la investigación es que las compañías periodísticas del continente no poseen políticas de equidad fuertes, sólo el 38%; y menos de la mitad (48%) posee medidas en relación al acoso sexual. Apenas el 35% tienen algún tipo de asistencia para las y los hijos del staff periodístico y sólo algo más de la mitad (57%) dispone de licencias de paternidad. La licencia por maternidad, en cambio, es un derecho generalizado (93%) y casi el 90% dijo ofrecer capacitaciones a sus empleadas y empleados.

Argentina: El CDH-ONU falla contra Estado argentino en caso de aborto no punible

Norma Loto
(SEMlac).-
El reciente fallo del Comité de Derechos Humanos (CDH-ONU) a favor de una mujer y en contra del Estado argentino, marca un antes y un después respecto al acceso de ellas a los abortos no punibles.

El organismo internacional no sólo ordenó el reconocimiento y la reparación de la víctima, sino que exigió al Estado la adopción de "garantías de no repetición", lo cual implica que todo lo vivido por LMR y su familia, no suceda nunca más.

LMR es una joven que hoy tiene 20 años, pero su desarrollo mental corresponde a una niña de 10. En 2006, se encontraba embarazada producto del abuso de un tío y, ante esta situación, su madre solicitó en el Hospital de la localidad de Garnica, ubicada en el sur bonaerense, que se le practicara el aborto.


A pesar de que ese nosocomio pudo haberle realizado esa intervención, la derivó al Hospital de La Plata, en la capital bonaerense, donde se le exigió la denuncia policial por violación, pese a que para entonces LMR ya pasaba por las 14 semanas de gestación.

Luego intervino un Comité de Bioética y después una jueza de menores exigió interrumpir todos los procedimientos médicos sobre la niña, con lo cual a LMR se le negó el acceso a la interrupción de un embarazo, aunque se trataba de un caso previsto por el artículo 86, inciso dos, del Código Penal.

El caso pasó por todas las instancias judiciales hasta que la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires resolvió que el mencionado artículo, que permitía a la joven interrumpir la gestación, era constitucional y, por lo tanto, podía practicarse el aborto.

Sin embargo, de nada valió y LMR pudo abortar en una clínica privada. A partir de esto, se interpuso en 2007 una demanda contra el Estado argentino ante el CDH, que contó con el patrocinio del capítulo argentino del Comité de América Latina y el Caribe para la defensa de los derechos de la mujer (CLADEM), el Instituto de Género, Derecho y Desarrollo (INSGENAR) y Católicas por el Derecho a Decidir de Argentina.

El reciente dictamen del organismo de la ONU es un gesto que sienta jurisprudencia sobre la aplicación del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en relación con los casos de aborto no punible.

El fallo de esa instancia admite que hubo violación del artículo siete del mencionado Pacto, que en su texto dice: "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. En particular, nadie será sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o científicos".

El Comité entiende que "la omisión del Estado al no garantizar a LMR el derecho a la interrupción del embarazo conforme a lo previsto en el artículo 86, inciso dos, del Código Penal, causó a la joven un sufrimiento físico y moral contrario al artículo siete del Pacto, tanto más grave cuanto se trataba de una joven con discapacidad".

A la vez, el organismo de Naciones Unidas plantea que los casos de aborto no punible deben resolverse entre la paciente y su médico, sin la injerencia del Estado, ya que esta intromisión viola el derecho a la privacidad establecido en el Artículo 17 del Pacto.

Asimismo, señala que el no disponer de mecanismos que le permitan interrumpir el embarazo hace al Estado responsable por la violación al derecho a la garantía y respeto de los derechos a la igualdad y no discriminación, al derecho a estar libre de torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes y al derecho a la intimidad.

Estela Díaz es coordinadora de la Secretaría de Género de la Central de Trabajadores de la Argentina y activista de la Campaña por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito. Ella acompañó a LMR y a su familia en todo el proceso.

En conferencia de prensa, realizada el jueves 19 de mayo, Díaz manifestó la satisfacción de LMR y su familia con la decisión del Comité, y se refirió a las secuelas que el hecho dejó en esas personas por tratarse de un abuso sexual en el ámbito familiar.

"Esa situación generó en la familia un trauma que lo llevará de por vida", precisó la activista, quien consideró el dictamen del Comité como un gesto "muy reparador, porque se trata de un fallo internacional que les dice a LMR y a su familia: ´Ustedes tienen razón´".

Representantes de CLADEM Argentina, INSGENAR y Católicas por el Derecho a Decidir, manifestaron a la prensa que valoraban altamente el dictamen por la importancia que tendrá en la vida de la joven y su familia.

"Nos alegra sobremanera que el Comité haya receptado el pedido de garantías de no repetición, formulada en la Comunicación inicial del caso, al señalar que "El Estado tiene también la obligación de tomar medidas para evitar que se cometan violaciones similares en el futuro" y al solicitarle que en un plazo de 180 días informe al Comité sobre las medidas que haya adoptado para aplicar su dictamen".

sábado, mayo 28, 2011

La resignificación feminista de la sexualidad patriarcal: Una propuesta política.


Macarena Trujillo Cristoffanini / Asamblea Feminista iqq
La sexualidad no es ahistórica o un aspecto natural de nosotras/os, más bien es una construcción social y, como tal, afecta y se refleja continuamente en la vida diaria de mujeres y hombres. Pero esta construcción no es neutra, ni tampoco nace de consensos, sino que afecta a las mujeres de manera diferenciada de la de los varones, ya que para nosotras es algo que se nos impone de manera violenta y que nos asigna desde manos, ojos y voces masculinas, desde donde la “sexualidad femenina o de la mujer” no es más que una heterodesignación; entendiendo heterodesignación como una construcción de la sexualidad donde el sujeto de discurso es el varón. Y al serlo, la mujeres quedamos relegadas a la posición de objeto, no somos más que el agregado pasivo de una frase que busca dejarnos mudas. Y si alguna de nosotras no quiere resignarse a esta posición pasiva y heterodesignada, como estrategia de control, entre otras, lo que se hace es ubicarnos al otro extremo del discurso, ubicación también asignada desde el sujeto masculino, y es entonces cuando dejamos de ser mujeres buenas y pasamos a ser las locas, las putas, las cualquiera, las frustradas….

Quisiera proponer que las mujeres que buscan pautas propias para nombrarse y sentirse así mismas y a las/os otras/os fuera de la heterodesignación son prácticas no normativas, sexualidades disruptivas, y que por diversas que estas sean de una u otra manera cuestionan al sistema patriarcal.

Así, muchas mujeres se han alejado de los patrones tradicionales impuestos en las diferentes épocas y han cuestionado la norma de una sexualidad que podemos caracterizar como sexista, androcéntrica, coitocentrista, misógina, explotadora, etc., la cual busca negarnos nuestra autonomía y autoridad a la hora de plantearnos y situarnos en la enunciación y construcción de nuestra propia sexualidad.


Cuando hablamos de sexualidad, no hablamos sólo de prácticas sexuales ni de genitalidad, sino que hablamos de constructos sociales, de entramados complejos, donde diferentes fuerzas y poderes atraviesan nuestras vidas y nuestros cuerpos. La manera en que se concibe la sexualidad varía en relación a la cultura, al contexto histórico, social y político. Esto significa asumir la existencia de pautas y normas que incentivan y controlan ciertas prácticas y saberes en relación a la sexualidad con el objetivo de excluir a cualquier otra conducta que no se apegue a los cánones establecidos; lo que da como resultado la censura, marginalización, negación, castigo, represión, etc. de las prácticas que no se manifiesten dentro de ese orden.

Como señalan Osborne y Guasch la sexualidad es universal porque en todas las sociedades de todos los tiempos hay normas, implícitas o explícitas, para gestionar el deseo. De este modo podemos afirmar que han existido y existen infinidades de ideas y prácticas respecto a la sexualidad como culturas y sociedades. Así, la diferencia entre lo que se considera correcto o incorrecto, lo que se promueve o se sanciona varía enormemente de lugar a lugar y de tiempo a tiempo.

Si bien podemos decir que la construcción de la sexualidad es universal, las diferentes sociedades han desarrollado estrategias y mecanismos de control sobre la población, estas estrategias se manifiestan por medio de relatos, los cuales son hacedores de realidad y de verdad y desde donde surgen arbitrariamente patrones y conductas consideradas normales o correctas que construyen y alimentan un imaginario acerca de la sexualidad. Estos relatos o discursos se hacen presentes en todos los ámbitos y se materializan en todas las instituciones, si pensamos en nuestro entorno podemos observar que estamos rodeados/as de sexualidad, aunque no se hable directamente de ella; en la familia tradicional se reproducen los patrones del modelo heterosexual y de las conductas, identidades y deseos asociados a mujeres y varones ( asimismo se ensalza la maternidad como parte de la identidad femenina) para luego ser reforzadas tanto en la escuela como en los medios de comunicación. Por otro lado, y por medio de una institucionalización más formal de estos discursos, el estado legitima la política sexual dominante por medio de mecanismos que son normativas (políticas públicas por ejemplo), tanto como sancionadoras (leyes).

La construcción de la sexualidad no recae con la misma fuerza ni de igual manera a mujeres y a hombres, sino que constriñe con mayor dureza el cuerpo de las mujeres.

Para argumentar esta afirmación sería interesante analizar lo que Carole Pateman, denomina como “Contrato Sexual”; contrato entre hombres, o entre algunos hombres, sobre el cuerpo de las mujeres, un acuerdo desigual, no pacífico y no libre. Para Pateman el contrato sexual es previo al contrato social en las sociedades patriarcales, por lo mismo es también previo a las desigualdades de los medios de producción que determinan la pertenencia a una clase. Así las mujeres siempre que se incorporen a la sociedad, desde cualquier clase social lo hacen en una situación de desventaja, subordinación en “razón de sexo”. (Rivera: 2003).

Este planteamiento es importante fundamentalmente porque aporta dos elementos muy significativos a la hora de considerar la mayor fuerza conque recae el dispositivo de la sexualidad [1] en las mujeres. Lo primero que señala es la apropiación del cuerpo (y de los deseos) de las mujeres por parte de los hombres, y podríamos agregar, de los mecanismos de control. Por otra parte, señala que esta apropiación se da por medio de un “contrato” que es previo a cualquier otro tipo de relaciones sociales, el cual es un acuerdo no pacífico y no libre.

Al ser un contrato previo, podemos afirmar que precede a cualquier forma de organización y estratificación de los cuerpos humanos como cuerpos sociales. Antes que seres sociales somos seres sexuados y entramos así mismo, mujeres y hombres, en diferenciada relación con la sociedad y su estructura. Pero no somos sexuados solo por nuestros genitales, somos sexuados por el dispositivo de la sexualidad construye un relato simbólico de saberes y enunciados alrededor de ese suceso, donde nuestro cuerpo se carga de valor simbólico y además nuestra subjetividad e identidad quedan marcadas profundamente por esta valoración.

Para María Milagros Rivera el contrato sexual se fundamenta en lo que Adrienne Rich denomina como heterosexualidad obligatoria y ambos estarían íntimamente relacionados. La heterosexualidad obligatoria afecta a hombres y mujeres en cuanto a la limitación de los contenidos de su sexualidad. Como consecuencia, en las mujeres significa aceptar un modelo de sexualidad reproductiva como único modelo para conocer y practicar. Esta definición conforma al cuerpo femenino como un cuerpo violable, un cuerpo idealmente siempre accesible para los hombres (Rivera: 2003).

Los discursos que se desprenden del dispositivo de la sexualidad, se materializan como prácticas que acompañan a los saberes acerca de cuál y cómo es la “sexualidad femenina”. Desde aquí se construye un imaginario acerca de la sexualidad femenina, imaginario social que incentiva ciertas pautas y penaliza otras en profunda relación con sus necesidades y con las relaciones de poder.

Este imaginario de la sexualidad femenina conlleva a la visión y relación del cuerpo de las mujeres como si fuera un objeto, un objeto hecho a la medida del deseo masculino, donde tal como plantea Rich, se concibe como un cuerpo siempre accesible a los hombres; así el cuerpo de las mujeres se forja como una pertenencia masculina, y al ser propiedad de otro el cuerpo de las mujeres es completamente anulado.

La construcción social de la sexualidad femenina se construye alrededor de la sexualidad masculina, en cambio la sexualidad masculina se construye en relación así misma. Al ser el cuerpo de las mujeres una propiedad masculina, es ocupado a gusto o cuando es conveniente, así el cuerpo de las mujeres es expuesto y utilizado de acuerdo a las necesidades, si hay que poner un desnudo en la televisión para subir la audiencia se pone un cuerpo de mujer, si hay que estudiar el cuerpo humano se hace con el cuerpo de un hombre. Al ser masculino el sujeto que enuncia la sexualidad femenina, se plantea el deseo femenino como naturalmente heterosexual, el orgasmo femenino como vaginal.

Victoria Sau expone que algunos relatos han ayudado a fomentar conceptos falsos o equivocados acerca de la sexualidad de las mujeres, como el caso del psicoanálisis, el cual construyó la sexualidad femenina alrededor del pene. Freud señala como crucial en la constitución del deseo femenino, el complejo de castración o envidia al pene, el cual para Freud es cuando la niña observa que su padre, hermano o el varón que sea de la familia tiene un pene y ella no, en este momento la niña piensa que lo ha tenido alguna vez y le ha sido quitado, probablemente como castigo a no sabe qué; a partir de ese momento empieza a envidiarle con todas sus fuerzas hasta que, con el tiempo sustituye dicha envidia por el deseo de tener un hijo, sustitución con que la niña se conforma si es “normal” (Sau:2000). Pero Sau no sólo se queda en denunciar como el psicoanálisis construye de manera androcéntrica la sexualidad femenina, si no que además señala que la envidia al pene tendría su contrapartida en los varones en la envidia al parto, envidia al parto porque este sería el símbolo de poder reproductor que detentaríamos las mujeres. Los hombres serían siempre hijos de mujeres. Esto se vería representado antropológicamente por las couvades, los cuales serían rituales practicados por diversas sociedades y en distintas partes del mundo, donde los varones emulaban el parto y hacían como que ellos hubiesen sido los que acababan de parir. Estos rituales incluían muchas veces que el hombre imitara los dolores del parto y guardara cama recibiendo los cuidados y atenciones de la parturienta como si fuera esta. El couvade se utiliza como una forma de apropiarse de la maternidad, para Sau, se sigue manifestando en la actualidad aunque enmascarada bajo sutiles disfraces (un ejemplo de la legitimación formal del couvade como forma de apropiarse de la descendencia, está en que los hijos legalmente lleven el apellido paterno como el principal y/o único)
Celia Amorós, en una charla realizada el 5 marzo de 2005, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, planteaba que el sistema patriarcal funciona en base de prestigio; con lo que el sistema patriarcal premia a los hombres es con gracia y mérito. Si eres buena chica, buena mujer, buena madre tienes valor y reconocimiento, si te sales de los márgenes se te quita prestigio y mérito. Pienso que para la infravaloración de las mujeres que no responden a los cánones tradicionales, generalmente se les infravaloriza por medio de dos métodos( entre otros); o se les hipersexualiza (esto se hace repetidamente con la imagen de las lesbianas o de las prostitutas)o se les neutraliza sexualmente (como a las solteras, a las mujeres que acceden a las esferas de poder y de toma de decisiones, las mujeres que entran en áreas tradicionalmente masculinas, a las feministas que se les pone como a unas brujas amargadas, frígidas….es que les falta un hombre por eso son así, se escucha decir por ahí.) En el mundo de las idénticas no hay espacios para salirse de los márgenes, y para ellas no hay representación ni correlato que no sea desde una óptica masculina, no existen, siempre subordinadas al protagonismo masculino, porque el imaginario acerca de la sexualidad femenina se construye en torno a algo o a alguien, pero nunca en torno a nosotras mismas, se enuncia desde la anulación del clítoris, desde la apropiación de nuestros cuerpos para ser vistos como material para la procreación o como para ser tocados, y nunca fuente de placer para nosotras, si no para otros.

Lo que me propuse plantear en este ensayo, es el hecho de que las mujeres cuando nos salimos de los márgenes que se nos han asignado desde el discurso patriarcal y androcéntrico, estamos cuestionando el orden tradicional, la apropiación de nuestro cuerpo, de nuestros placeres es ya una sexualidad no normativa, alejándonos así de los mitos difundidos por el patriarcado y por la heterorrealidad.

Las mujeres que se plantean en un lugar propio de enunciación ante la heterodesiganación y pienso en todas aquellas, no sé, se me ocurren montón de ejemplos, desde la mujer de 80 años que decide volver a tener relaciones sexuales, la mujer que se acuesta con un hombre distinto cada noche, la mujer que es lesbiana, la mujer que le gusta practicar S/M, la heterosexual que se plantea relaciones no marcadas por la heterosesignacion, las que practican femme /butch, la que no se acuesta con nadie, la que se masturba diariamente, la que practica sexo múltiple, las que deciden criar un hija/o juntas, la que decide criar un hija/o sola, las que se imponen ante la violencia, las que crean representaciones nuevas, todas las que no encajan son las que se plantean ser sujeta activa de su propia sexualidad, y son las mujeres que me parecen disruptivas y que cuestionan el orden tradicional y machista, si se plantea como una práctica reflexiva donde se construyan discursos, donde una es la agenta de su sexualidad y de sus deseos. Pero no encajar está bajo el riesgo de encontrarse fuera de la norma lo que puede ser marginalizado o castigado. La violencia contra las mujeres que no se encuentran dentro de lo que se exige a su sexualidad, y a los roles relacionados con esta, se encuentran bajo una violencia cotidiana y que se manifiesta de manera tan brutal como en las mujeres maltratadas, en las asesinadas, en la lesbofobia incluida la violencia física a lesbianas; y de manera silenciosa como en la representación que se hace de las mujeres en los medios de comunicación, en las leyes que protegen e incentivan cierto tipo de sexualidad y así.

El desafío es recorrer nuestra sexualidad, cuestionarla, jugar con ella, pasar de la idea de la “sexualidad femenina” a la “sexualidad de las mujeres” y con sexualidad de las mujeres no me refiero a algo cerrado, concreto, al contrario, me refiero a un espacio abierto, donde descolonicemos y nos apropiemos de nuestra sexualidad, me refiero a ser sujetas activas de nuestro propio discurso, desnaturalizarla para volverla a construir desde una nueva perspectiva y bajo los imperativos de nuestros propios deseos, dotarla de contenido, resignificarla para hacerla política, realizar una composición libre de enunciación como un territorio no codificado donde la sexualidad se nos presente como un territorio donde transitar, donde sea un lugar propio que no tiene que encajar en nada, con nada….

Bibliografía

Rivera Garretas, María Milagros: Nombrar el mundo en femenino. Pensamiento de las mujeres y teoría feminista. Editorial Icaria, Barcelona, España, 2003.

Guasch, Oscar y Osborne Raquel: Sociología de la sexualidad. CIS España, 2003.

Rich, Adrienne: Heterosexualidad Obligatoria y Existencia Lesbiana, en Sexualidades, género y roles sexuales. M. Navarro y C Stimpson (comp.). Fondo de cultura económica, Argentina, 1999.

Sau, Sánchez, Victoria: Reflexiones Feministas Para Principios de Siglo. Cuadernos inacabables Nº 34. Edición horas y HORAS, Madrid, 2000.

* La reflexión acerca del dispositivo de la sexualidad, lo tomé de un ensayo que había realizado con anterioridad, y se remite a una lectura de Foucault basada en la “Historia de la Sexualidad: La voluntad del Saber”.Editorial siglo XXI, 2005, España.
[1] * Con esto me refiero al concepto desarrollado por Foucault. El dispositivo de la sexualidad serían las estrategias en cuanto a cómo la sociedad gestiona la sexualidad; y su centralidad radicaría en que nos encontramos en una sociedad donde el poder se dirige al cuerpo, en una “sociedad del sexo” o de “sexualidad” donde los mecanismos del poder se dirigen al cuerpo, a la vida, a lo que hace proliferar, a lo que refuerza la especie, su vigor, su capacidad de dominar. El poder habla de la sexualidad y a la sexualidad; entonces esta no es solo una marca o un símbolo, si no que es objeto y blanco. (Claro está que el concepto de dispositivo de la sexualidad es mucho más complejo y se enmarca en una teoría social que desarrollo Foucault a lo largo de toda su vida que es muy difícil de sintetizar e incluso de abarcar, pero aquí lo tomé para tener un punto de referencia teórico cuando me refiera a dispositivo de la sexualidad)