lunes, octubre 29, 2012

Bosquejo histórico del voto de la mujer

Teresa Sosa

Palabra de Mujer En la antigua Atenas (Grecia) cuna de la Democracia, donde se expresó en toda su dimensión el mandato de la mayoría popular, que decidía directamente reunida en la plaza pública, los asuntos más importantes de gobierno, no se permitía la asistencia y participación de la mujer.

La democracia representativa, fue el ideal al que aspiraron los que llevaron a cabo la Revolución Francesa de 1789. Pero cuando se hablaba de reivindicación de derechos, contra el sistema absolutista, se pensaba en los varones, y así lo expresa el propio título de la Declaración emanada de la Asamblea Nacional revolucionaria francesa: “Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano”, hablando de hombre en el sentido literal del término.

Olimpia de Gouges, cuyo nombre real era Marie Gouze, en 1791, redactó en complemento a aquella declaración francesa la “Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana”, que no tuvo éxito práctico, y que terminó con su muerte en la guillotina, en 1793.

En 1792, en Inglaterra apareció un libro llamado “Reivindicación de los derechos de la mujer”, donde Mary Wollstonecraft, luchó por los derechos políticos de la mujer, por primera vez en el mundo.

Los miembros del parlamento, los políticos y la misma reina, Victoria I, se opusieron a los proyectos de leyes que tenían ese propósito. Tan sólo el cartismo, movimiento de reivindicación de los derechos para la clase trabajadora, y algunos intelectuales liberales, apoyaron tan “arriesgada” idea.

Fue en los albores del siglo XX (año 1903), cuando nuevamente Inglaterra surge como el centro promotor de esta revolución política. Se formó la WSPUI: Women Social and Political Union, que significa: Unión Social y Política de Mujeres. Para lograr sus objetivos, las mujeres que la integraban trataron de ejercer presión para obtener el derecho al voto.

Así efectuaron marchas de protestas y huelgas de hambre. Fueron salvajemente reprimidas y en 1903, una de ellas se arrojó al suelo cuando pasaba el rey con su caballo, en Derby, para llamar su atención, y murió aplastada por el animal. Este movimiento cesó su actuación cuando se produjo la Primera Guerra Mundial (1914).

En ese conflicto las mujeres demostraron su valor y entrega a su causa, lo que les valió el reconocimiento de sus derechos electorales. En 1918, se permitió que las mujeres inglesas mayores de 30 años pudieran votar, bajándose la edad a 21 años, en 1920. Fue también luego de la Primera Guerra Mundial, en 1919, cuando Alemania, cuyo gobierno estaba representado por la República de Weimar, consagró el voto de la mujer.

Hasta los días transcurridos del siglo XXI, existen algunos países donde las mujeres no tienen derecho al voto: Arabia Saudí, Bután, Brunei, entre otros. “La discriminación –denuncia Amnistía Internacional- está en las actitudes familiares, en la cultura y la religión, pero también en el propio Estado. Todavía hay leyes que discriminan a las mujeres frente a los hombres. Cuando es el Estado el que discrimina, las mujeres por ley no tienen derecho a opinar, a decidir, a trabajar o a obtener justicia en pie de igualdad”.

Continente Americano

Los primeros países en poseer este derecho, fueron Canadá (1918) salvo la provincia de Québec (1952) y Estados Unidos (1920). En este último país ya se luchaba por la consecución de este derecho desde los primeros años de su vida independiente. Merece que citemos hoy, como luchadora destacada, Margaret Brent, quien ya en 1647, desde su hacienda ubicada en Maryland, abogó por un lugar en la legislatura.

Ecuador en 1929, y en 1932, Brasil y Uruguay posibilitaron a la mujer la llegada a las urnas. En Guatemala se estableció para ellas un voto restringido, excluyendo a las analfabetas, en 1945, quienes pudieron sufragar veinte años más tarde.

El voto de la mujer en Argentina, se inauguró en 1947, durante la Presidencia de Perón, bajo la gestión de su esposa, Eva Duarte, a cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, quien solicitó su inclusión, en cumplimiento de lo acordado en las Actas de Chapultepec. Impulsada por esta líder política, se realizó una gran propaganda que consiguió que muchas mujeres salieran de su silencio, y expresaran el reclamo por sus derechos.

La Plaza de Mayo, el 23 de septiembre fue el marco del acto donde las mujeres celebraron la promulgación de la ley 13010. Ese mismo año lo obtuvo Venezuela. En 1949, fue el turno de Chile y Costa Rica. En México, en 1953, se consagró esta posibilidad por la que venían luchando desde hacía mucho tiempo, habiéndose formado en 1935, el Frente Único Pro Derechos de la Mujer. En 1961, Paraguay consagró el voto de la mujer.

Venezuela

Las protestas estudiantiles del año 28 y la consiguiente represión sacaron a las mujeres a las calles, dando origen a la Sociedad Patriótica de Venezuela. Hacia finales de 1935 crearon una primera organización popular, la Agrupación Cultural Femenina, ACF, con un claro sentido de los problemas específicos de las mujeres.

Reivindicó sus derechos políticos y sociales y la necesidad de formación y capacitación de las mujeres para asegurar su desarrollo personal. Dictó charlas, creó un dispensario popular, una Casa de la Mujer Obrera e inauguró las escuelas nocturnas para mujeres.

Las Asociaciones Unidas Pro-Reforma del Código Civil de 1936 y el capítulo venezolano de la Unión de Mujeres Americanas convocaron en 1940 a un Primer Congreso Femenino Venezolano, en el que discutieron la situación de la mujer y sus demandas: el derecho a voto y la reforma del Código Civil. Juntaron entonces 12 mil firmas que entregaron al Parlamento, pidiendo la modificación de dicho Código. En 1942 fue promulgado un nuevo Código Civil que, si bien no recogió todas las propuestas presentadas, representó avances sustantivos.

En 1944 surgieron el Comité Pro-Sufragio Femenino y la Acción Femenina, AF, con el propósito específico de lograr el voto universal. A mediados de 1945 las mujeres obtuvieron el derecho a voto a nivel municipal. La AF editó entonces el “Correo Cívico Femenino” para vincular, informar y orientar a las venezolanas.

La acción de las mujeres electas -mediante ley especial- a la Asamblea Constituyente de 1946 fue definitoria en la consagración del derecho de la mujer venezolana a votar en 1947..

FUENTES: 1- Ana Trujillo, Amnistía Internacional, Venezuela/ 2-- FLACSO, Venezuela

Foro Regional “Pueblos y mujeres indígenas y su derecho a la consulta previa: retos y desafíos a nivel regional (Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia)”


UNIFEM Andina El 18 de octubre 2012, el Programa Regional Indígena de ONU MUJERES Región Andina organizó en Quito en el Hotel Embassy, un Foro Regional sobre derecho a la Consulta Previa con la participación de organizaciones indígenas de tierras altas y bajas de Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, así como de expertos/as académicos/as, abogados/as, magistrados/as y representantes de organizaciones internacionales como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y del Programa de Promoción y Aplicación de los Derechos de los Pueblos Indígenas en América Latina PRO 169 de la OIT.

En la sesión de apertura estuvieron presentes: Diego Zorrilla, Coordinador Residente del SNU-Ecuador (ONU), Nidya Pesantez, Oficial Encargada de ONU Mujeres Región Andina (ONU), María Andrade, Programa Regional Indígena -ONU Mujeres Región Andina, Carlos Mamani, ex presidente del Foro Permanente de Cuestiones Indígenas, Guillermo Fernández, Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (OACDH Ecuador), Liliam Landeo, PRO 169-OIT, y Daniel Cerqueira, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

La Consulta Previa es un importante Derecho Colectivo de los Pueblos Indígenas y es un medio para hacer efectivos el conjunto de derechos colectivos reconocidos en el marco internacional (Convenio 169 de la OIT, Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas de Naciones Unidas) y en los marcos nacionales de algunos países de la región, existiendo una importante jurisprudencia al respecto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos con pronunciamientos claves en la materia.

El tema de la consulta previa tiene relevancia en la coyuntura actual sobre la relación entre pueblos indígenas y Estado, en la definición de los modelos de desarrollo. En países como Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, se han expedido recientemente leyes secundarias o reglamentos para viabilizar su implementación. En el caso del Perú, en el 2011 una Ley de Consulta Previa fue expedida, y en lo posterior una propuesta de Reglamento de la Ley de consulta fue debatida con las organizaciones de pueblos y mujeres indígenas. En Bolivia, se han expedido leyes de Consulta Previa para específicas regiones como el Tipnis. En el Ecuador está en proceso la consulta pre-legislativa sobre importantes leyes que repercuten en las condiciones de vida de los pueblos indígenas, y así mismo desde la Subsecretaría de Hidrocarburos se están efectuando consultas en el Marco de la XI Ronda Petrolera.

Los objetivos del Foro se centraron en fortalecer los conocimientos por parte de líderes y lideresas indígenas sobre el marco normativo internacional referente al Derecho de la Consulta Previa, y al Consentimiento libre, previo e informado; conocer mecanismos para la exigibilidad de este derecho y su implementación conforme los estándares internacionales.

El Foro permitió generar un espacio de intercambio de experiencias en relación a la normatización /reglamentación e implementación de la Consulta Previa en los países de la región andina, y los avances, nudos críticos y retos en la interlocución entre pueblos indígenas y Estado. También se reflexionó sobre el nivel de participación de las mujeres indígenas en los procesos de Consulta Previa y reforzar la relación entre organizaciones indígenas y el Sistema de Naciones Unidas para reafirmar el mandato hacia el cumplimiento de los derechos humanos colectivos e individuales de los pueblos indígenas por parte de los Estados.

Con el Foro, se quiere subrayar la importancia de la participación de las mujeres indígenas en la toma de decisiones sobre medidas administrativas, legales y sobre las políticas de desarrollo en su repercusión sobre sus condiciones de vida, territorios y recursos naturales. Las mujeres indígenas frecuentemente han sido excluidas por parte de los actores del desarrollo a pesar de su rol protagónico en la defensa de la vida, siendo clave su empoderamiento sobre la base del conocimiento de sus derechos.

sábado, octubre 27, 2012

Uruguay: aquí no termina la pelea

Colectivo Cotidiano de Mujer

En el año 1988 lanzamos desde Cotidiano Mujer una campaña por la legalización del aborto y éramos entonces apenas un puñado de feministas. A pesar de ello sentíamos que en nuestras voces públicas se expresaban las experiencias e historias de miles de mujeres uruguayas que a pesar de la prohibición abortaban cada año y la de otras miles que ayudaban y acompañaban, solidarias y cómplices.

A más de 20 años de aquel “Yo aborto, tu abortas: todos callamos”, el 17 de octubre el Senado le dio aprobación a un proyecto que habilita la práctica del aborto en el sistema de salud en los casos en que las mujeres expongan frente a un equipo interdisciplinario las causas de su decisión. El artículo 3 establece que “la mujer deberá acudir a consulta médica ante la institución del Sistema Nacional Integrado de Salud a efectos de poner en conocimiento del médico las circunstancias derivadas de las condiciones en que ha sobrevenido la concepción, situación de penuria económica, sociales o familiares o etarias que a su criterio le impiden continuar con el embarazo en curso”.

Sin entrar a profundizar en lo que simboliza para un país laico en pleno gobierno progresista, la referencia a la "concepción", en la vida real de las mujeres reales, hablar con un equipo de tres personas sobre la decisión de interrumpir un embarazo significa someter su privacidad y raciocinio a profesionales que tienen en su cometido “informar a la mujer de las características y riesgos de la interrupción del embarazo y de las alternativas al aborto incluyendo los programas disponibles de apoyo social y económico y las posibilidades de dar a su hijo en adopción”.

Pese a eso, si se considera el contexto de criminalización que en América Latina y el Caribe condena a la clandestinidad a millones de mujeres en el momento de decidir sobre su cuerpo, esta ley es un avance.

Esperamos que su reglamentación e instrumentación llegue a cada una, incluso a aquellas que viven en los lugares más recónditos de Uruguay.

Pero aquí no terminamos la pelea. Seguiremos luchando para que se garantice plenamente el derecho de todas las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.

Donjuanes no, depredadores sexuales

Juana Gallego

Eva devuelve la costilla Yo dale que te pego con el mismo tema, dirán ustedes. Pero es que como sabemos muy bien las personas que nos dedicamos al estudio de la comunicación, de lo que no se habla es como si no existiera. Y yo quiero, al menos desde mi humilde blog, que circule la idea de que en la dominación masculina está casi siempre presente la componente de acoso o abuso sexual. Y la indulgencia con que se ha observado esta realidad por parte de la mayor parte de los estamentos sociales: iglesia, gobiernos, policía, justicia, medios de comunicación… El abuso sexual, disfrazado en ocasiones de enamoramiento, de conquista, de obsesión, de pulsion pasional ha sido jaleado, promovido, inducido, tolerado e incluso envidiado No hay más que ver la admiración que siempre ha despertado la figura del Donjuán. ¡Como mola vanagloriarse de haber accedido carnalmente con una niña de 13 años! (Polanski), ¡qué machote pretender hasta la humillación a las actrices a las que diriges! (Hitchcock), ¡qué guay casarte con una muchacha de 16 años tras un largo acoso! (Charlot), ¡qué satisfacción yacer con la sobrina adolescente de tu mujer! (Bioy Casares)… y no sigo, porque la lista es interminable. Depredadores sexuales, cazadores de mujeres, a las que unas veces consiguen con el consentimiento de ellas y otras veces a la fuerza. Los depredadores sexuales apareciendo como seductores irresistibles (Straus Kahn), todo el mundo riéndole las gracias. Leo estupefacta cómo la gran estrella de la BBC, Jimmy Savile, abusó durante años de cientos de menores (niñas y algunos niños) mientras todo el mundo hacía la vista gorda… ja, ja, qué risa. La estrella de televisión, escudado en su fama, arropado por sus millones violaba a placer mientras repartía dinero o prebendas para tapar sus tropelías. Y las víctimas a callar. Eso es lo peor del abuso sexual, que las víctimas no pueden hablar, porque nadie las cree, porque es humillante para ellas y para sus familias, porque encima te van a echar la culpa de haber provocado tu propia violación, porque eres una mentirosa y tienes mucha imaginación. Porque sientes vergüenza de ti y crees que eres culpable. Porque mientras la víctima se hunde en la desesperación del silencio, el depredador se pasea impunemente admirado por todos, ya que a veces son escritores famosos, directores de cine geniales, estrellas de la televisión, gobernantes reconocidos o incluso Premios Nobel de la Paz. Basta ya de donjuanes. Hay que desenmascararlos y llamarlos como lo que son. Hay que acabar con la indulgencia para el depredador sexual.

viernes, octubre 26, 2012

Mujeres cuidadoras: entre la obligación y la satisfacción

Marcela Lagarde

e-mujeres.net Así, son las mujeres quienes cuidan vitalmente a los otros (hombres, familias, hijas e hijos, parientes, comunidades, escolares, pacientes, personas enfermas y con necesidades especiales, al electorado, al medio ambiente y a diversos sujetos políticos y sus causas). Cuidan su desarrollo, su progreso, su bienestar, su vida y su muerte. De forma similar, mujeres y hombres campesinos cuidan la producción y la tierra y las y los obreros la producción y la industria, la burguesía cuida sus empresas y sus ganancias, el libre mercado y hasta la democracia exportada a países ignorantes.

La condición de cuidadoras gratifica a las mujeres afectiva y simbólicamente en un mundo gobernado por el dinero y la valoración económica del trabajo y por el poder político. Dinero, valor y poder son conculcados a las cuidadoras. Los poderes del cuidado, conceptualizados en conjunto como maternazgo, por estar asociados a la maternidad, no sirven a las mujeres para su desarrollo individual y moderno y tampoco pueden ser trasladados del ámbito familiar y doméstico al ámbito del poder político institucional.

La fórmula enajenante asocia a las mujeres cuidadoras otra clave política: el descuido para lograr el cuido. Es decir, el uso del tiempo principal de las mujeres, de sus mejores energías vitales, sean afectivas, eróticas, intelectuales o espirituales, y la inversión de sus bienes y recursos, cuyos principales destinatarios son los otros. Por eso, las mujeres desarrollamos una subjetividad alerta a las necesidades de los otros, de ahí la famosa solidaridad femenina y la abnegación relativa de las mujeres. Para completar el cuadro enajenante, la organización genérica hace que las mujeres estén políticamente subsumidas y subordinadas a los otros, y jerárquicamente en posición de inferioridad en relación a la supremacía de los otros sobre ellas.

Las transformaciones del siglo XX reforzaron para millones de mujeres en el mundo un sincretismo de género: cuidar a los otros a la manera tradicional y, a la vez, lograr su desarrollo individual para formar parte del mundo moderno, a través del éxito y la competencia. El resultado son millones de mujeres tradicionales-modernas a la vez. Mujeres Atrapadas en una relación inequitativa entre cuidar y desarrollarse.
La cultura patriarcal que construye el sincretismo de género fomenta en las mujeres la satisfacción del deber de cuidar, convertido en deber ser ahistórico natural de las mujeres y, por tanto, deseo propio y, al mismo tiempo, la necesidad social y económica de participar en procesos educativos, laborales y políticos para sobrevivir en la sociedad patriarcal del capitalismo salvaje.

Así, el deseo de las mujeres es contradictorio: lo configura tal sincretismo.

Los hombres contemporáneos no han cambiado lo suficiente como para modificar ni su relación con las mujeres, ni su posicionamiento en los espacios domésticos, laborales e institucionales. No consideran valioso cuidar porque, de acuerdo con el modelo predominante, significa descuidarse: Usar su tiempo en la relación cuerpo a cuerpo, subjetividad a subjetividad con los otros. Dejar sus intereses, usar sus recursos subjetivos y bienes y dinero, en los otros y, no aceptan sobretodo dos cosas: dejar de ser el centro de su vida, ceder ese espacio a los otros y colocarse en posición subordinada frente a los otros. Todo ello porque en la organización social hegemónica cuidar es ser inferior.

Algunas tendencias minoritarias se abren paso pero incluso hombres que se pronuncian por relaciones equitativas están más dispuestos a ser amables con las mujeres o sumarse al algunas de las causas políticas del feminismo, que a hacer política feminista.

El cuidado pues está en el centro de las contradicciones de género entre mujeres y hombres y, en la sociedad en la organización antagónica entre sus espacios. El cuidado como deber de género es uno de los mayores obstáculos en el camino a la igualdad por su inequidad. De ahí que, si queremos enfrentar el capitalismo salvaje y su patriarcalismo global, debemos romper con la naturalidad del cuidado por género, etnia, clase, nación o posición relativa en la globalización.

El feminismo del siglo XX ha realizado la crítica del modelo “superwoman” y ha denunciado la explotación de las mujeres a través del trabajo invisible y de la desvalorización de muchas de sus actividades, incluso del trabajo asalariado, de la relativa exclusión de la política y de la ampliación de una cultura misógina simbólica e imaginaria. Ha logrado llevar a la agenda de las necesidades sociales, la violencia contra las mujeres y ha realizado pequeñas modificaciones jurídicas y legislativas en el Estado. Algunas corrientes contemporáneas ya no reiteran la desigualdad ni la violencia de género y, en cambio acuerdan con la igualdad entre mujeres y hombres y por un mundo equitativo.

Sin embargo, nos queda por desmontar el deber ser, el deber ser cuidadoras de las mujeres, la doble jornada y la doble vida resultante. Y eso significa realizar cambios profundas en la organización socioeconómica: en la división del trabajo, en la división de los espacios, en el monopolio masculino del dinero, los bienes económicos, y en la organización de la economía, de la sociedad y del Estado. El panorama se vuelve complejo si se traslada el análisis con perspectiva de género a las relaciones entre clases sociales y entre países, por ejemplo entre países del norte y del sur, entre los 21 y los otros, etcétera.

Se requieren a la vez, cambios profundos en las mentalidades. Es extraordinario observar cómo la mayoría de las mujeres, aún las escolarizadas y modernas, las políticas y participativas, las mujeres que generan ingresos o tienen poderes sociales diversos, aceptan como un destino, con sus modalidades, la superwomen– empresarial, indígena, migrante, trabajadora, obrera-.

Con esa subjetividad de las mujeres subordinada a la organización social, a las instituciones como la familia, la iglesia y el Estado, y a los hombres, no estaremos en condiciones de desmontar la estructura sincrética de la condición de la mujer, imprescindible para eliminar las causas de la enajenación cuidadora y dar paso a las gratificaciones posibles del cuidado.

La vía imaginada por las feministas y las socialistas utópicas desde el siglo XIX y puesta en marcha parcialmente en algunas sociedades tanto capitalistas como socialistas y tanto en países del primer y del tercer mundo, ha sido la socialización de los cuidados, conceptualizada como la socialización del trabajo doméstico y de la transformación de algunas actividades domésticas, familiares y privadas en públicas.

Haberlo hecho ha significado mejoría para la vida de las mujeres, liberación de tiempo para el desarrollo personal, la formación, el arte, el amor y las pasiones, la amistad, la política, el ocio, la diversión, el deporte y el autocuidado, incluso, una mejoría en la calidad de vida y en la autoestima. Es evidente el desarrollo social, cultural y político de las sociedades que así se han estructurado.

Una de las mayores pérdidas de las mujeres de los países que antes fueron socialistas y se han convertido de manera drástica al capitalismo en tiempos neoliberales ha sido la de el sustento social que significaba el Estado social para sus vidas. En la actualidad han vuelto a ser su responsabilidad un conjunto de actividades que la transformación socioeconómica ha tornado domésticas, privadas y femeninas. Y lo mismo está sucediendo aún en países capitalistas de alto y medio desarrollo en los cuales se ha adelgazado al Estado de una manera violatoria de los derechos sociales construidos con muchos esfuerzos en gran medida por los movimientos socialistas, obrero y feminista.

La alternativa feminista contemporánea que se abre paso en gran parte del mundo en el siglo XXI tiene sus ojos puestos en la crítica política de la globalización dominada por el neoliberalismo patriarcal de base capitalista depredadora. La opción que busca avanzar en el desarrollo de un nuevo paradigma histórico cuya base sea un tejido social y un modelo económico que sustente el bienestar de las mayorías, hoy excluidas, marginadas, expropiadas, explotadas y violentadas.

Pensamos que sólo una alternativa de este tipo será benéfica para la mayoría de las mujeres, sus otros próximos, sus comunidades y las regiones y los países en que viven.

Estas transformaciones de género están circunscritas e íntimamente ligadas a transformaciones equitativas de clase, étnicas y nacionales, enmarcadas en la construcción de naciones con derecho al desarrollo sustentable y en una globalización solidaria y democrática.

De no articularse las transformaciones de género con estas últimas pueden observarse distorsiones significativas como las que se dan en la actualidad: mujeres dotadas de recursos y derechos de género que son ciudadanas de naciones hegemónicas, militaristas y depredadoras de otras naciones y pueblos donde habitan mujeres con las que se identifican en la construcción de sus derechos y oportunidades.

También hay hombres cuya identidad es la de ser avanzados, democráticos y progresistas que no consideran importante la emancipación de las mujeres. Estados que colocan a las mujeres entre los grupos vulnerables y no las miran como sujetos políticos. Países en los que, a través de las acciones afirmativas, por ejemplo las cuotas, todavía negociamos el grado de exclusión política de las mujeres, y se consideran democráticos. Mujeres que piensan que ya lograron todas las metas de transformación de género y no se percatan que “el género” es su categoría social y a ella pertenece la mayoría pobre y cuidadora del mundo: las mujeres.

Por eso, la otra dimensión de esta alternativa feminista es el empoderamiento de las mujeres como producto de la construcción de un nuevo paradigma histórico. El empoderamiento es el conjunto de cambios de las mujeres en pos de la eliminación de las causas de la opresión, tanto en la sociedad como, sobre todo, en sus propias vidas.

Dichos cambios que abarcan desde la subjetividad y la conciencia, hasta el ingreso y la salud, la ciudadanía y los derechos humanos, generan poderes positivos, poderes personales y colectivos. Se trata de poderes vitales que permiten a las mujeres hacer uso de los bienes y recursos de la modernidad indispensables para el desarrollo personal y colectivo de género en el siglo XXI.

Todos esos poderes se originan en el acceso a oportunidades, a recursos y bienes que mejoran la calidad de vida de las mujeres, conducen al despliegue de sus libertades y se acompañan de la solidaridad social con las mujeres. La participación directa de las mujeres en la transformación de su mundo y de sus vidas es fundamental y conduce también a la construcción de un mayor poder político y cultural de las mujeres que crean vías democratizadoras para la convivencia social.

El cuidado, ha dejado de ser para otros y se ha centrado en las mujeres mismas. La sociedad, en un compromiso inédito cuida a las mujeres, es decir, impulsa su desarrollo y acepta y protege su autonomía y sus libertades vitales. En ellas va incluida la libertad de elecciones vitales, de actividades, dedicación e identidad: Es el fin del cuidado como deber ser, como identidad.

En el siglo XXI ha de cambiar el sentido del cuidado. Hemos afirmado muchas veces que se trata de maternizar a la sociedad y desmaternizar a las mujeres. Pero ese cambio no significará casi nada si no se apoya en la transformación política más profunda: la eliminación de los poderes de dominio de los hombres sobre las mujeres y de la violencia de género, así como de la subordinación de las mujeres a los hombres y a las instituciones. Es decir, el empoderamiento de las mujeres es un mecanismo de equidad que debe acompañarse con la eliminación de la supremacía de género de los hombres, la construcción de la equidad social y la transformación democrática del Estado con perspectiva de género.
Para la mayor parte de las corrientes feministas contemporáneas la articulación de lo personal con lo social, lo local y lo global conforma la complejidad de nuestro esfuerzo.

La idea fuerza en torno al cuidado es la valoración de la dimensión empática y solidaria del cuidado que no conduce al descuido ni está articulado a la opresión.

De ahí la contribución de las feministas: primero, al visibilizar y valorar el aporte del cuidado de las mujeres al desarrollo y el bienestar de los otros; segundo, con la propuesta del reparto equitativo del cuidado en la comunidad, en particular entre mujeres y hombres, y entre sociedad y Estado. Y, tercero, la resignificación del contenido del cuidado como el conjunto de actividades y el uso de recursos para lograrque la vida de cada persona, de cada mujer, esté basada en la vigencia de sus derechos humanos. En primer término, el derecho a la vida en primera persona.

Sabor a poco en primeras elecciones con cuotas de género

Fabiana Frayssinet

(IPS) - La cuota de 30 por ciento de candidaturas femeninas estrenada en los últimos comicios municipales de Brasil no reflejó totalmente ese avance. Si bien se registró un aumento de alcaldesas elegidas, los parlamentos locales fueron más esquivos para las mujeres.

"El mayor avance es el hecho de que por primera vez en la historia del país representamos más de 30 por ciento de las candidaturas para un cargo electivo", sostuvo en entrevista con IPS la profesora de ciencias políticas Patricia Rangel, de la Pontificia Universidad Católica de Goiás.

Los brasileños acudieron a las urnas el domingo 7 para escoger alcaldes y concejales en 5.568 municipios. Instancia que tendrá un segundo turno para el cargo ejecutivo el 28 de este mes en 50 ciudades, entre ellas 26 capitales estaduales, por no haber alcanzado el ganador la mayoría necesaria para ser impuesto de modo directo.

A pesar de las dudas previas, el izquierdista Partido de los Trabajadores, de la presidenta Dilma Rousseff, obtuvo 14 por ciento más alcaldías que en los comicios de 2008, al totalizar 628, que lo ubicaron en tercer lugar, mientras que su aliado en el gobierno nacional, el Partido de Movimiento Democrático, logró 1.025, y la opositora Social Democracia Brasileña 693.

Promulgada en 2009 y aplicada efectivamente por primera vez en estas elecciones municipales, la legislación de cuotas estableció "un mínimo de 30 por ciento y un máximo de 70 por ciento de candidaturas para cada sexo en las listas respectivas".

La nueva legislación termina con las deficiencias e ineficacia de la normativa de cuotas aprobada en 1997, que solo disponía que los partidos políticos debían reservar para las mujeres hasta 30 por ciento de lugares de las listas de postulantes. Un mecanismo que, además, no establecía sanciones ante incumplimientos. La gran participación de candidatas garantizó esta vez el triunfo de un número también histórico de alcaldesas. Las 663 electas entre 2025 postulantes equivalen a 11,8 por ciento de los cargos a cubrir.

Un estudio del demógrafo José Eustaquio Diniz, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, compara la cantidad de alcaldesas elegidas ahora con las 317 que triunfaron en 2000, que representó entonces apenas 5,5 por ciento del total, las 404 de 2004, y las 504 de 2008.

"Podemos concluir que este año, en que se celebra el 80 aniversario del voto femenino en Brasil, las mujeres dieron un paso adelante en la participación política municipal", señaló Diniz a IPS.

Por su parte, Clara Araújo, coordinadora del Núcleo de Estudios sobre Desigualdad y Relaciones de Género de la Universidad Estadual de Río de Janeiro, atribuyó el aumento de alcaldesas electas a la característica de esos cargos, que requieren un trato más directo con los ciudadanos y deben abordar asuntos inmediatos y cotidianos.

Además, el cargo ejecutivo en las alcaldías permite a las mujeres estar más cerca de su casa, sin necesidad de trasladarse de su ciudad, a diferencia de los casos que llegan a los parlamentos, ya sean nacionales o municipales, añadió.

Un dato que llama la atención es que la mayoría de las alcaldesas electas son de ciudades de menos de 200.000 votantes.

Araújo vincula esto con el hecho de que en esos distritos menores se necesitan menos recursos financieros y la campaña se realiza en las cercanías del domicilio de los postulantes, dos elementos que "favorecen la presencia de mujeres".

Concejos más remisos con mujeres

Contrastando con el éxito en la puja por las alcaldías, el desempeño femenino en la competencia para los concejos municipales fue menos auspicioso.

Diniz indicó que las 7.648 concejalas elegidas el domingo, que equivalen a 13,3 por ciento del total de cargos que había en disputa, aunque representan también un récord histórico, aún es considerado insuficiente para las expectativas que había ante la exigencia del cupo mínimo de 30 por ciento de candidaturas femeninas.

En las elecciones de 2000 fueron elegidas 7.001 concejalas, en 2004 se bajó a 6.555 y en 2008 se estancaron en 6.512, que representó 12,5 por ciento del total.

Rangel entiende que "el mayor retroceso fue el hecho de que el incremento en candidaturas no se tradujo en más concejalas, sino que apenas crecieron de 12,5 por ciento a poco más de 13 por ciento", mientras que a Araújo no le sorprendió el resultado.

Es que los estudios cuantitativos y cualitativos sobre el tema "constataron que el aumento de cuotas no tiene que ver con el aumento de mujeres electas", apuntó la académica carioca.

Eso, según Rangel, se explica principalmente por el "carácter individualista electoral que causa el sistema de listas abiertas, que incentiva la competencia entre candidatos inclusive dentro de un mismo partido o coalición y los lanza en busca de recursos propios".

En ese contexto, las mujeres suelen tener menos recursos financieros y escaso apoyo de sus "redes partidarias", acotó Araújo, para luego precisar que "lo que existe son condiciones de desigualdad en la estructura partidaria que lleva a que en el momento de la candidatura las mujeres tengan condiciones desventajosas".

Araújo está de acuerdo con las cuotas de candidaturas por género, "como auxiliares de un proceso más amplio".

Menciona tres factores a mejorar: el apoyo de un financiamiento público de campaña electoral, una distribución más democrática del tiempo de espacios electorales en la televisión, y el fortalecimiento y la formación de la participación de las mujeres dentro de los partidos.

Pero Rangel advierte que para lograr lo que plantea Araújo es necesario promover cambios culturales. "El sistema político y electoral brasileño es elitista, racista, personalista y sexista, además de favorecer a personas que tienen más recursos financieros e influencias políticas", aseguró.

"La selección de candidatos se hace en el ‘jardín secreto de las decisiones de las elites partidarias’, y allí mandan los hombres", ilustró.

El reclamo de muchos partidos es que fue difícil cumplir con las cuotas de género por no haber suficientes candidatas mujeres. Eso provocó distorsiones, como el surgimiento de candidatas apenas para cumplir la cuota y que, por ello, ni hicieron campaña y consecuentemente casi no obtuvieron votos.

Rangel consideró que, aunque no fue generalizada, esa siempre fue una preocupación del movimiento feminista.

"Infelizmente, las cuotas no fueron un estímulo para que los partidos invirtieran en capital financiero y político en postulantes mujeres", opinó. Como instituciones "conservadoras y machistas que son", las agrupaciones partidarias brasileñas prefirieron candidaturas femeninas casi fantasmas "para continuar repitiendo el mantra de que las mujeres no se interesan por la política", analizó.

Diniz cuestionó, empero, ese análisis, afirmando que "el argumento de la falta de mujeres" no es verdadero. Explicó que en 2012 hubo 133.868 candidatas para ocupar 57.353 a concejalías municipales en todo el país, "por lo tanto hubo más de dos mujeres para cada escaño disponible". "El problema sí, es que los partidos no invierten en la formación política de las mujeres ni en sus candidaturas, porque están controlados históricamente por hombres y ellos se resisten a abrir espacios", coincidió.

Un grupo de mujeres desafía el machismo en Palestina

Público Maysun Qawasmi quiere hacer historia. Aunque, en parte, ya lo ha hecho. Junto a ella, diez mujeres más conforman la primera lista femenina árabe que participa en unas elecciones municipales en Palestina.

Qawasmi, 43 años, periodista y madre de cinco hijos, encabeza Participando Podemos, formación que concurre a los comicios que se celebran este sábado en la ciudad cisjordana de Hebrón, la ciudad palestina más grande y además también la más conservadora.

"Las mujeres no deben conformarse con lo que los hombres decidan sobre ellas", declara la líder de esta formación única en el mundo árabe. "Soy un miembro activo en mi sociedad que desea servir al pueblo. Por tanto, debo contar con las mismas oportunidades de poder hacerlo a través de las elecciones municipales", expresa con confianza durante una entrevista con Efe.

Las once mujeres de Participando Podemos aspiran a conseguir al menos tres de los quince asientos del Consejo Municipal de Hebrón, que acude a las urnas por primera desde 1976. "Necesitamos al menos cinco escaños en el concejo para poder lograr un cambio. Me encantaría convertirme en alcaldesa, pero llegados a este punto me contentaría si logramos un escaño alguna de nosotras", sostiene Qawasmi.

Y eso, en un entorno donde el hombre ejerce una posición totalmente dominante, supone un reto aún mayor. No sólo por presentarse como una formación exclusivamente femenina que se rebela contra el machismo histórico de la sociedad palestina y árabe, sino también por intentar cambiar una realidad a través de una candidatura independiente sin el respaldo de Al Fatah y Hamás, dominantes de la vida política de los territorios ocupados.

Escasa representación femenina

Una de las metas de Participando Podemos es romper la barrera del 20% de escaños que la Ley Básica palestina reserva a las mujeres y por la que ostentan seis cargos de ministro en el Gobierno de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania y ocupan 17 de los 132 asientos en el Parlamento. "Vemos cómo las que fueron elegidas a través del sistema de cuotas nunca han sido capaces de tener un impacto en su comunidad", lamenta Qawasmi.

A pesar de ese sistema de asignación de asientos y de que la Declaración de Independencia del Estado de Palestina habla de principios de igualdad y de no discriminación por razón de sexo, el escenario es bien diferente en la práctica. Las mujeres palestinas no tienen el mismo acceso a la Justicia que los hombres y, entre otras cosas, no son tratadas igual por el Código Penal, según denuncia el informe Derechos de las mujeres en Oriente Medio y el Norte de África: una desventaja profunda de la organización Freedom House.

El texto critica que en los territorios palestinos no existen leyes que castiguen específicamente la violencia doméstica. La representación femenina en el poder judicial y en los tribunales sigue siendo baja: el número de cargos en la alta administración ocupados por mujeres es ínfimo y de los 3.081 representantes de los gobiernos locales sólo ocupan 30 puestos, según los datos del informe. La organización señala asimismo que apenas un 7% de las mujeres cuenta con una propiedad en su nombre y que sólo el 10% de los hogares palestinos tiene como cabeza de familia a un representante femenino.

Ocupación de Israel

La organización hace especial hincapié en las consecuencias para el total de la sociedad palestina derivadas de la ocupación de Israel. El informe señala que, debido al continuo sentimiento de resistencia contra la colonización, la reivindicación de los derechos de las mujeres quedaron en un segundo plano. Entre otras cosas, las palestinas no pueden acudir a la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de Naciones Unidas (CEDAW, por sus siglas en inglés) porque Palestina no está reconocida como un Estado independiente.

Dentro de la población árabe sometida a las leyes israelíes, las diferencias de oportunidades entre comunidades son evidentes. El 70% de la población no judía es pobre, uno de cada tres niños pasa hambre, el paro asciende al 25% y sólo el 17% de las mujeres árabes trabaja, frente al 52% de las hebreas, según informes de Mossawa, ONG de defensa de los derechos civiles de los árabes reconocida por la Comisión Europea.

El porcentaje de mujeres trabajadoras es incluso menor en Hebrón, donde baja hasta el 10%. Una de las iniciativas surgidas para reducir estas diferencias es Sindyanna of Galilee. Se trata de una cooperativa de comercio justo nacida en 1996 como herramienta de superación del conflicto entre la población palestina y la judío-israelí y promoción del papel de la mujer en la mayoría de las familias árabes que siguen marcadas por la autoridad del hombre. Entre sus formas de actuación buscan empleo y sueldo digno a las mujeres. Esther Lilfsitz-Erlich, una de sus trabajadoras, explica que el objetivo es "impulsar a la mujer a través del trabajo, que es la herramienta fundamental para su desarrollo y para escapar de ese papel de mera ama de casa".

En la actualidad, más de 200 mujeres trabajan en Sindyanna. Es una de tantas ONG que, mientras las fuerzas políticas tenían como prioridad su guerra contra Israel, han peleado por su cuenta por el derecho de las mujeres. A ellas ha dedicado parte de su campaña Qawasmi, que compagina su papel de madre con el de emprendedora y redactora de Wafa, la agencia oficial de la ANP, y con las que ha mantenido multitud de reuniones para reforzar el liderazgo de la mujer palestina en Cisjordania.

Pero su programa electoral no sólo se queda ahí. Qawasmi reconoce que no cuenta con una varita mágica para "acabar con la ocupación ni echar a los colonos del centro de Hebrón", pero sí aspira a que los todos niños puedan estudiar al mismo tiempo en las escuelas y acabar con la actual saturación de alumnos que obligaba a muchos centros a impartir clases en distintos turnos durante la jornada. Otra de sus promesas es dialogar con todas las partes competentes para que todos los vecinos tengan acceso a agua corriente. "Algunos alcaldes prefieren permanecer sentados en sus sillones e ignorar a la gente de la calle", critica.

En Hebrón hay 59.000 votantes registrados, de los que Participando Podemos aspira a obtener la confianza de 20.000. ¿Cómo conseguirlo? Qawasmi confía en que el electorado esté cansado de la división interna entre Al Fatah y Hamás y, quien sabe, pueda ver a su formación como la alternativa para un cambio necesario.

Inmigrantes atrapadas en comercio sexual europeo

A.D. McKenzie

(IPS) - La policía francesa desbarató a una red de tráfico y trata de personas que obligaba a jóvenes inmigrantes a prostituirse. El caso arrojó luz sobre un flagelo considerado ya una forma de "esclavitud moderna".

Tras la operación realizada en septiembre, la policía informó que la red delictiva traficaba jóvenes nigerianas que traía a Francia desde Italia, y las obligaba a prostituirse, con el argumento de que así pagaban los miles de euros que debían a quienes las trasladaban a Europa.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que hay 1,5 millones de víctimas de tráfico humano en los países de la Unión Europea (UE) y en otros igualmente ricos.

El total mundial de víctimas de este tráfico son 21 millones.

Según organizaciones de la sociedad civil, la cantidad de personas en esta situación aumenta debido a la crisis económica global actual y a los conflictos en distintas regiones del mundo

El Lobby Europeo de Mujeres (LEF, por sus siglas en francés), con sede en Bruselas, lanzó una gran campaña contra la trata humana con motivo de los Juegos Olímpicos celebrados en Londres en julio y agosto.

También pidió a los miembros del Parlamento Europeo que condenaran la prostitución.

"Miles de adolescentes y mujeres jóvenes están en peligro de ser traficadas y explotadas sexualmente para satisfacer la demanda de prostitución", como pasó este año con los Juegos Olímpicos de Londres y el campeonato de selecciones de fútbol de Europa, realizado en Polonia y Ucrania, planteó el LEF.

"Entre las muchas formas de violencia contra las mujeres, la prostitución sigue siendo un área clave en el que sus derechos son violados de forma generalizada", dijo a IPS la coordinadora de proyectos y encargada de políticas del LEF, Pierrette Pape.

La organización lanzó la campaña "Juntos por una Europa Libre de Prostitución" por primera vez en 2010. Al reunir a una gran cantidad de asociaciones de mujeres recibió aportes y apoyo de varios grupos que participarán en la conferencia continental sobre prostitución que el LEF realizará el 4 de diciembre en Bruselas.

"La prostitución constituye una violación fundamental de los derechos humanos de las mujeres y es una forma de violencia masculina", observó Anna Hedh, europarlamentaria sueca que apoya la campaña del LEF.

"Además, también es un elemento importante de la esclavitud moderna en Europa, el tráfico humano. Si logramos una sociedad libre de prostitución y de explotación sexual de mujeres y niñas, nos libraremos también de una gran parte del tráfico humano en la UE", añadió.

Nusha Yonkova, coordinadora contra el tráfico humano del Consejo para Inmigrantes de Irlanda, un grupo asociado al LEF, dijo a IPS que las inmigrantes que se involucran en el comercio sexual sufren múltiples problemas.

Las dificultades incluyen, indicó, la "inseguridad por su estatus legal, pues pueden estar violando leyes nacionales, además de las vinculadas a la prostitución, criminalización por parte del Estado, aislamiento y falta de amistades, desorientación por el continuo movimiento entre burdeles de distintas ciudades, vulnerabilidad a la extorsión y al chantaje".

Sin olvidar la fragilidad "frente al control de los proxenetas y la falta de atención médica", salvo por algunas clínicas para enfermedades de transmisión sexual, especificó.

Tampoco pueden "integrarse en forma efectiva" al mercado laboral, apunta el LEF. "Va más allá de encontrar empleo, tiene que ver con conseguir un trabajo que requiera y valore sus calificaciones y capacidades", explica.

Las mujeres "suelen encontrar trabajo en áreas tradicionalmente consideradas femeninas, que implican muchas horas por un salario bajo y corren el riesgo de sufrir graves formas de explotación, en especial si realizan tareas domésticas", indica el LEF.

En la UE, muchas personas, mujeres y hombres inmigrantes, no tienen permiso de trabajo porque carecen de estatus legal de solicitantes de asilo, de acompañante de su cónyuge o de indocumentada, apuntó.

"Largos periodos sin derecho a trabajar, como pasa con los solicitantes de asilo, resulta ser un enorme obstáculo para su futura integración en el mercado laboral", añade.

En Irlanda, país de emigración por varias generaciones, las inmigrantes están una situación "muy precaria", según Yonkova.

"El permiso de trabajo es caro y casi imposible de obtener porque los ciudadanos que no son de la UE no tienen derecho a aspirar a casi ninguna de las categorías de empleo", dijo Yonkova a IPS.

En la prostitución, "las mujeres tratan de mantener el estatus de estudiantes en Irlanda, pero también es difícil porque los cursos son caros y la renovación requiere asistencia, que ellas no suelen poder demostrar", indicó.

Así "se convierten en presa de los ‘asesores de inmigración’, quienes tratan de conseguirles credenciales y certificados universitarios falsos", añadió.

"Estimamos que 1.000 mujeres trabajan en la industria del sexo a diario en Irlanda", indicó el Consejo para Inmigrantes.

Pero la organización no puede decir "cuántas deciden prostituirse, cuántas lo hacen obligadas por terceros, son chantajeadas o amenazadas ni cuántas son menores", lo que es muy común, añadió.

"Queremos señalar que las organizaciones irlandesas de ayuda a los inmigrantes no aceptan la prostitución como forma de sustento", observó Yonkova.

"Deploramos a quienes defienden el derecho de las inmigrantes pobres a venderse para ganarse la vida, sin ofrecerles ninguna posibilidad real de empleo. Es un enfoque intrínsecamente racista", subrayó.

Las inmigrantes involucradas en el comercio sexual europeo tienen distintos orígenes. En Irlanda proceden de América Latina y de los "países del este (europeo) más pobres" como Rumania, pero también de Nigeria, según el Consejo para Inmigrantes.

En Bélgica, las prostitutas principalmente proceden de Albania, Bulgaria y Rumania. Pero también hay de "Hungría, Italia y Grecia, lo que muestra cómo el sistema explota a las más vulnerables", indicó la organización.

Italia y Grecia son dos países sumidos en graves crisis económicas y con medidas de austeridad sin precedentes.

En Francia, alrededor de 70 por ciento de las 20.000 mujeres que se estima que trabajan en la prostitución, son extranjeras y originarias de países de Europa central y oriental, así como de África subsahariana.

En este país la prostitución no es una actividad ilegal, pero sí lo es ser proxeneta o propietario de un burdel.

Numerosos legisladores franceses han tratado de prohibir la prostitución, una medida a la que se han opuesto las propias trabajadoras sexuales.

De hecho, activistas y trabajadoras sexuales protestaron en julio en las calles de París y de otras ciudades francesas en contra de la propuesta de la ministra de los Derechos de las Mujeres, Najat Vallaud-Belkacem, de penalizar a quienes fueran descubiertos solicitando prostitutas en la calle.

Alegan que criminalizar la prostitución no hará más que condenarlas al ostracismo y quitarles su sustento.(FIN/2012)

miércoles, octubre 24, 2012

Mujeres: Cirugía Estética, Polímeros o Vida

Iraida Vargas Arenas

Aporrea Por fin los medios públicos nacionales han comenzado a hacerse eco de la terrible y triste situación que confrontan cientos, si no miles, de mujeres venezolanas que incautamente, como exponemos en nuestra obra Mujeres en tiempo de Cambio, creen en la publicidad capitalista que dice que para que una mujer tenga éxito en la vida su cuerpo debe ajustarse a un determinado modelo estético.

En los últimos 20 años han proliferado en el país, hasta límites inimaginables, gimnasios, spa, salones de belleza, cosméticos adelgazantes, cremas y locines contra el envejecimiento, contra la celulitis, inyecciones para lograr modificaciones celulares, etc, etc. Asimismo, no hay revista para mujeres que se precie que no ofrezca en cada número uno o varios artículos dedicados a aconsejar "cómo debe vestirse una mujer de éxito", "cómo atrapar a tu hombre", cúal imagen garantiza a la mujer el éxito en su trabajo", "cómo seducir a tu jefe", etc. etc. Todos esos establecimientos y enfoques dan cuenta del increiblemente rentable y lucrativo negocio que supone estimular la vanidad femenina a través de la manipulación de su sexualidad.

Dentro de esta avalancha de establecimientos destacan, de manera preponderante, las clínicas de cirugía estética, en donde cualquier mujer que tenga los recursos suficientes para pagar esos servicios puede modificarse la mandíbula y los dientes, operarse la nariz, las orejas, la cintura, los senos, los glúteos y cualquier otra parte del cuerpo con la cual nació.

En la lucha sin cuartel para lograr el modelo estético que ha llegado a ser dominante, las clínicas y los médicos/as, y también como hemos visto recientemente cualquier enfermero, emplean sustancias que van desde silicona hasta bio polímeros, pasando por cualquier otra que garantice la obtención de la modificación deseada. Como sucede siempre en el capitalismo, poco importa si esa sustancia es dañina para la salud hasta el punto de ser mortal. Lo que importa es el lucro.

¿Por qué mujeres inteligentes, bellas, jóvenes y exitosas como algunas recientemente fallecidas se autodestruyen con la cirugía estética?

Ellas, como sucede con miles, se hacen eco "de los ¡!!consejos médicos!!! sobre los tratamientos de belleza" y del discurso seductor y vistoso de la publicidad. Esta última transmite valores y actitudes culturales y por lo tanto influye decisivamente en la educación ética y estética de la ciudadanía, más aun cuando se trata de una ciudadanía como la venezolana que sufre y padece cotidianamente de una cultura creada gracias a la emisión de telenovelas. La publicidad exhibe en diversos espacios un oasis de perfección absoluta, totalmente ajeno a los conflictos que existen en la vida, a la injusticia, a las luchas sociales, al dolor y a la muerte. De esa manera, los anuncios publicitarios convierten la vida en un espectáculo ilusorio que es capaz de entretener, crear y reforzar estereotipos, prejuicios, formas determinadas de comportamientos, y, sobre todo, dan la pauta a los individuos de la idea que deben tener de sí mismos. Esto se debe a que la publicidad es, sin duda, un aparato ideológico.

Hay publicidades para mujeres y hay publicidades con mujeres, en las que ellas ceden su cuerpo para la connotación de los productos. Esto se traduce en un atentado latente a la salud y al respeto del género femenino, toda vez que las mujeres somos el punto central del sexismo publicitario. De una forma sutil, subliminal y hasta agradable en algunas ocasiones, muchas mujeres son inducidas a adoptar una imagen específica ya que es precisamente la publicidad la que les otorga un determinado valor y a lo que hacen las mujeres que corresponde al cumplimiento de cánones impuestos: de belleza, de juventud, de maternidad, de amor, de esposa, de dedicación familiar, todos ellos concepciones convencionales de la feminidad,

Esos cánones se expresan en imágenes-símbolos al alcance de todas que buscan y lo han logrado inmediatas respuestas emocionales sobre las maneras femeninas de concebir y de ver al mundo, muchas de las cuales presentan, por diversas razones, importantes carencias precisamente emocionales.

La alienación simbólica que viven las mujeres en el capitalismo ha convertido a muchas en objetos simbólicos, lo que ha condicionado sus propias percepciones sobre sus cuerpos; ello crea la aceptación social de imágenes utilizadas como arquetipos de lo debe ser una mujer y de esa manera constituyen representaciones de su sexualidad, la cual es cosificada haciéndola equivalente a una mercancía a ser consumida. Las imágenes privilegian cuerpos femeninos juveniles que entran en el mercado de la oferta y la demanda, devienen objetos del deseo, son codiciadas. Es por lo anterior que las imágenes destacan la postura y las proporciones del cuerpo, para hacer de las jóvenes mostradas, figuras incitantes, eróticas y seductoras. En realidad, se representa a la feminidad, dentro de ella a la sexualidad y ésta es reducida solamente a la capacidad de seducción.

La feminidad es representada a través de un estereotipo caracterizado por la blancura de la piel, la delgadez, la juventud, la altura, los senos prominentes y lo longilíneo de piernas y brazos, a despecho de las diferencias étnicas que puedan existir entre ellas en la realidad, donde esas características corporales no existen o son poco frecuentes, provocando una adecuación en la subjetividad femenina -sobre todo dentro de la mayoría de las jóvenes-- entre esas imágenes y la idea de libertad y de requisito para el éxito social así como medio ideal para acceder al poder masculino. Al regirse por el patrón estético impuesto por el mercado muchas jóvenes han abrazado sin cautela la homogeneización estética, incluso si para lograrla ponen en riesgo sus propias vidas. La mayoría de ellas no visualizan cómo la publicidad despliega ideas sobre la feminidad y lo femenino persiguiendo siempre su conversión en consumidoras de cosméticos, de cirugía estética, de modas en el vestir, de dietas, de gimnasios, etc.

La identidad personal se realiza entonces para muchas jóvenes, a través de la asimilación de esa representación publicitaria con su propia sexualidad y el modelo estético que la encarna y la sensación de poder ello les confiere.

La mercantilización del cuerpo femenino se manifiesta meridianamente en la publicidad en los medios de comunicación masiva, en vallas publicitarias, en las exhibiciones de los museos y galerías de arte, en murales callejeros, en los libros de autoayuda, en las letras de canciones, en los ritmos y los bailes que los acompañan. La aceptación de esos modelos por parte de una importante cantidad de mujeres -sobre todo las más jóvenes-las hace sentirse gratificadas y satisfechas al halagar a los hombres con su sexualidad, la cual deviene un objeto de consumo público, un objeto que entra en un ritual diario de gozo, entretenimiento y a veces de deferencia masculina.

Sin embargo, no todas las mujeres somos sujetas pasivas ante la publicidad. Ésta invoca modelos que podemos rechazar. Las condiciones sociales en las cuales vivimos condicionan nuestra aceptación o rechazo; no obstante, la permanente "contaminación" que sufrimos con esas imágenes-símbolos, con los significados que transmiten, con los propósitos a los que obedecen las representaciones de nosotras mismas y de nuestra sexualidad pueden yuxtaponerse a esas condiciones. Combatir esa contaminación con una acción subjetivamente pensada es una tarea por demás esencial para trascender la alienación que produce la publicidad dentro del sistema capitalista. Ese combate es todavía más imperioso para aquellas mujeres que somos o nos decimos revolucionarias.

iraida.vargas@gmail.com

Explotación por Catálogo

Susana Gómez Ruiz

Insumisas El capitalismo tiene modos de explotar a las mujeres muy directos y brutales, pero algunas veces utiliza formas muy sutiles, que son difíciles de percibir y atacar, como la que se camufla detrás de esa supuesta “manera fácil de obtener ingresos, siendo más boniiiiita todavía”.

Nos referimos a esas cadenas de ventas, que bajo la forma de “franquicias” de venta por catalogo de productos de belleza, limpieza, ropa, bisutería,… terminan embaucándonos, super-explotando nuestro trabajo, transforman nuestros vínculos de amistad, familiaridad y solidaridad en relaciones mercantiles, y que, al contrario que incrementar los ingresos familiares, los reducen y trasladan a empresas multinacionales que los sacan del país. Estas empresas, que funcionan a manera de sectas, comienzan estafando a algunas mujeres que serán en adelante las encargadas de perpetuar su propio embaucamiento e incluir a muchas más en la trampa, ya sea como clientas o como nuevas vendedoras.

Empresas capitalistas tipo Ebel, Avón, Jade …. no pagan salarios fijos, ni la hora trabajada, ni seguros sociales, no incurren en ningún tipo de inversión física y ni siquiera cubren los gastos de desplazamiento de sus vendedoras. Mientras, las mujeres atrapadas por estas “redes de estafa masiva” trabajan sin horario fijo, obligadas a “captar” a sus círculos familiares, laborales y de amistades más íntimos para provecho de este circuito mercantil informal.

Las mujeres que se dedican, o alguna vez se han dedicado, a estas ventas por catálogo pueden hacer la prueba de lo que realmente significa este trabajo en cuanto a incremento de ingresos y, peor aún, en cuanto a retribución por hora trabajada. Si a los reducidos ingresos que estas ventas aportan al mes, les restamos los gastos de desplazamiento y las ventas cuyo ingreso nunca se hizo efectivo, ya que aquella prima o amiga nunca terminó de pagarnos lo que nos había pedido; y después lo dividimos ente las horas que empleamos en entregar los catálogos, tomar el café, recoger los catálogos y visitar una y otra vez a las clientas (que antes de que estas empresas entraran en nuestras vidas eran simplemente hermanas o amigas) para intentar cobrarles lo que nos deben, ¿en cuánto realmente están pagando la hora trabajada estas “empresas de rapiña”?

Si además tenemos en cuenta que todo el riesgo por robo o pérdida de los artículos los tiene que asumir la vendedora y que, como contrapartida, ella también tiene que comprar otros artículos a precios altos a sus otras amigas o familiares que también se dedican a la venta por catálogo de otros productos (yo te compro, si tú me compras), el ingreso casi siempre se convierte en pérdida. Y a lo mucho, lo poco que un mes ganamos, lo perdemos los dos siguientes…

Claro que ahí no termina el problema, porque hasta aquí hemos analizado sólo el efecto en el ingreso individual de la persona que vende. Cuando tenemos en cuenta además la variación en el ingreso del círculo familiar y de amistades que rodean a la compradora, es cuando nos aparece con más claridad el talante de estafa que caracteriza a estas empresas. Si supusiéramos, lo cual no debe estar lejos de la realidad, que las familias venezolanas gastan el 5% de su ingreso mensual en estas redes, tendríamos que estas empresas se embolsan cerca de 1.000 millones de bolívares fuertes mensuales, de lo cual ni un 8% revierte en las mujeres que trabajan para ellas. Si calculamos, de forma excesivamente generosa, que los costos de producción de los productos alcanzan el 20% del precio total, tenemos que estas empresas multinacionales sacan del país como ganancias netas 720 millones de bolívares fuertes mensuales sin ningún esfuerzo, ni riesgo. Para hacernos una idea, con este dinero, el gobierno bolivariano podría construir 3.600 viviendas de interés social al mes.

Las marcas en cuestión, no sólo utilizan a las vendedoras para convertir en mercado los dignos y escasos espacios de encuentro y amistad que nos quedan a las mujeres, sino que se aprovechan de esos lazos de amistad y afecto para colocar sus productos con importantes sobreprecios y a despecho de que compremos lo que realmente no necesitamos. De esta forma, estas mezquinas multinacionales hacen que lejos de buscarnos y encontrarnos como amigas, hermanas y compañeras, nos busquemos como vendedoras y compradoras, que vayamos transformando nuestras relaciones de afecto en interesadas relaciones de compra-venta. Y todo para engordar sus bolsillos y, al contrario de lo que promete el anuncio, “ser más pobres y explotadas todavía”.

Por supuesto, está en nuestras manos, a través de la organización y la lucha, desenmascarar y parar a estas empresas que, mercantilizando la solidaridad de las mujeres, se quedan con una parte importante de los ingresos de las familias venezolanas y explotan de la forma más embaucadora y tramposa a las mujeres que trabajan para ellas.

La ceguera social ante la violencia de género

Graciela Atencio

Feminicidio.net La violencia de género está tan arraigada y naturalizada en nuestra sociedad que puede ocupar la primera plana de periódicos, radio, televisión y redes sociales sin ser percibida ni reconocida por los propios medios de comunicación ni la mayoría de la gente. ¿Por qué a los medios les cuesta abordar las noticias de crímenes machistas desde un enfoque educativo de prevención y sensibilización?

El doble crimen de El Salobral, Albacete, cometido el sábado pasado por un hombre de 39 años, un mecánico desempleado, que mató a tiros a una niña de 13, con la que supuestamente había tenido una relación no permitida por la familia de la víctima; que también acabó con la vida de otro hombre con el que se cruzó en la línea de fuego e hirió a un tercero, vestido de Rambo -uniforme militar y cara teñida de negro- es un asesinato machista. Le dimos seguimiento a la cobertura de la noticia en cuatro periódicos on line: El País, El Mundo, ABC, La Razón y hasta anoche ninguno lo había considerado un crimen machista.

Es más: en todas las noticias publicadas se resaltó una relación trunca o prohibida entre el agresor y la niña y se destacaron con normalidad los rasgos más peligrosos de un maltratador. se apuntó con morbosidad la humillación a la que fue sometida la víctima por parte del victimario y sus alardes de machismo, publicado en uno de los artículos más leídos del día en El País.

Ayer lunes por la mañana, a la hora que el padre del agresor negociaba con la policía la entrega de su hijo, quien se había atrincherado con sus armas de caza en una finca familiar, el ABC titulaba en su noticia más importante de portada, declaraciones de la madre del asesino: “Esta mujer le volvía loco”. En la noticia acusa a la madre de la víctima a quien la considera responsable del asesinato de su hija.

El Mundo no se queda atrás en un titular: “Estaba deprimido por no ver a la cría”, también declaraciones de la madre del asesino. El artículo dice: “La historia de este extraño amor nos muestra a un hombre corriente, ‘el más normal de los tres hermanos que vivían con los padres’, con una familia ‘muy querida en el pueblo’, aficionado al tiro olímpico y obsesionado con las armas”.

La Razón, por su parte titula en su noticia de fondo: “Amor fatal con 26 años de diferencia” y el artículo comienza así: “Casi siempre que una mujer aparece asesinada, el móvil pasional aparece en la investigación policial como una de las más que posibles causas del crimen. Así sucede también en el caso de la muerte de Almudena Márquez, de 13 años. La joven falleció el pasado sábado a manos de Juan Carlos Alfaro Aparicio, de 39 años, en la pedanía albaceteña de El Salobral, en un crimen donde todo apunta a un amor fatal, o mejor dicho, a un desamor fatal”.

Culpabilizar a la víctima de su propio feminicidio es parte del imaginario patriarcal que reproducen los medios de comunicación. También forma parte de la propaganda misógina señalar que “ella lo volvió loco” y que la alienación de él era una consecuencia de la negativa de ella o de su familia a continuar con la relación.

En todas las noticias se abordó sin cuestionamientos o mayor profundidad su afición a la caza y su colección de armas: ¿cómo es posible que con esas características psicológicas, ese hombre haya obtenido un permiso para portar armas de fuego?

Y la pregunta de rigor, dirigida a los periódicos citados: ¿Cuándo van a incorporar un manual de estilo para el tratamiento de la violencia de género?

Enumero algunas de las características por las que considero a este caso un crimen machista, asesinato por violencia de género o feminicidio íntimo (asesinato cometido por un hombre con quien la víctima tenía o había tenido una relación o vínculo íntimo: marido, exmarido, novio, exnovio o amante. Se incluye el supuesto del amigo que asesina a una mujer -amiga o conocida- que rechazó entablar una relación íntima con este).

1. Cosificación y posesividad: el hombre estaba obsesionado con la niña y la consideraba “una cosa” que le pertenecía. Cosificación y posesión son dos rasgos machistas típicos: el agresor que acaba agrediendo y ultimando a su víctima no ve a una mujer-sujeto, mujer-individuo ni toma en cuenta su libertad de elegir, su autonomía o voluntad. Por otro lado, la posesión y posesividad reflejan su inseguridad y la necesidad de tener bajo control a una mujer.

2. Persecución, insultos y amenazas: el victimario no se resignaba a aceptar la relación y perseguía a la niña y a su familia. Según la cobertura del periódico El País y por declaración de testigos, hasta fue a buscarla a la salida de la escuela y delante de sus compañeros la trató de “puta” y “zorra” y advirtió a la madre de la niña que era francotirador: “Os mataré a todos para quedarme con ella”.

3. Manipulación de un pederasta: conoció a la niña cuando ella tenía 11 años. Se comportó como un pederasta, un perverso clásico en el patriarcado que escoge a una infante para desplegar su círculo de dominio y seducción sin que la otra parte pueda ofrecerle mayores resistencias en esa relación asimétrica.

4. La venganza: suele ser un elemento potenciador y disparador del asesinato por violencia de género. ¿De quién se venga? En este caso de la familia de la niña y de la niña misma, responde a un deseo representado públicamente: “Ahora se van a enterar, sino es mía, no será de nadie más”. Y lo que es peor, el mensaje dirigido a la familia y a seres queridos de la niña: “Por no dejarme poseerla, se las quitó para siempre porque de todas maneras es mía”.

5. Aniquilación femenina y autoaniquilación masculina: “Tengo tanto poder sobre ti, que hasta puedo ejercer el poder último de quitarte la vida”. Es un principio de la aniquilación machista ejercida por el agresor. En muchos casos, como en este, la planificación forma parte de esa decisión final y va acompañada del suicidio del victimario: si se acaba el objeto de manipulación, posesividad, persecución, amenazas y agresión, se termina aquello que le daba el poder de dominación. La autoaniquilación masculina forma parte de un círculo que se cierra, la inmolación del terrorista machista ante su último acto de entrega a sí mismo: la propia vida solo puede acabar con violencia.

6. La cacería de la niña: el cazador y el machista feminicida comparten rasgos similares cuando ejercen sobre otros seres la violencia asesina: control, persecución de su presa, en un escenario en el que llevan a cabo ese deseo con excitación y placer.

El Rambo de Albacete obtuvo su trofeo y nos lo ofreció. El terrorismo machista busca siempre manifestarse en un contexto de contemplación colectiva, provoca un estupor aleccionador, intenta justificar su representación como un hecho a la vez irremediable y normalizado, inexorable y trágico.

Este crimen patriarcal es horrendo. Pero doblemente horrendo es que no pueda verse como un crimen machista a través de la mirada de los medios de comunicación.

Así funciona la ceguera social ante la violencia de género

martes, octubre 23, 2012

El 83% de la población activa femenina europea está empleada en el sector servicios y ocupan los puestos de mayor precariedad

AmecoPress.- Una prolija resolución del Parlamento Europeo sobre las condiciones de trabajo de la mujer en el sector de los servicios se remitirá a la Comisión de Igualdad y a los Gobiernos de los Estados miembros. En esta resolución se ponen de manifiesto múltiples consideraciones, entre las que se encuentran las siguientes.

Muchos países han experimentado un proceso de terciarización de su economía, es decir, que el sector de los servicios acapara la mayor parte del empleo y es el mayor contribuyente al PIB de los países afectados, lo que representa más del 70 % de la actividad económica en la Unión Europea y un porcentaje similar y creciente del empleo total, y considerando que en 2010 en la UE el empleo en el sector de los servicios representó, en promedio, casi el 70 % del empleo total, mientras que el empleo en la industria representó el 25,4 % y el empleo en la agricultura el 5,2 %.

En estos momentos 9 de cada 10 puestos de trabajo se generan en el sector de los servicios y que los estudios demuestran que una mayor profundización en el mercado único de los servicios puede ayudar a desbloquear el importante potencial de empleo/puestos de trabajo que la UE necesita urgentemente en estos momentos de crisis.

El porcentaje de ocupación femenina es de 62,1 % en comparación con el 75,1 % de empleo masculino, lo que significa que el objetivo principal de la estrategia Europa 2020 de alcanzar un porcentaje de ocupación del 75 % antes de 2020 solo se podrá alcanzar si más mujeres tienen acceso al mercado laboral.

La mayor parte de la población activa femenina está empleada en el sector de los servicios y que en la UE en 2010 esta proporción registró una media del 83,1 % frente al 58,1 % de la población activa masculina.

Las mujeres están desproporcionadamente representadas en el mercado del empleo flexible y a tiempo parcial, en parte a causa de los estereotipos de género aún vigentes en nuestra sociedad que reflejan una imagen de las mujeres en la que su responsabilidad primera es ocuparse de la familia y, por tanto, se las considera más aptas que los hombres para los trabajos temporales, intermitentes o con horarios reducidos o para trabajar desde el hogar; considerando que las medidas de flexibilidad horaria, incluidos el teletrabajo, el trabajo a tiempo parcial o el trabajo desde el hogar, siguen considerándose en gran medida como un estilo «femenino» de organizar el horario de trabajo.

El sector servicios ofrece muchas oportunidades para los contratos de trabajo flexible: horario flexible, tiempo parcial y contratos de duración limitada, que, si se escogen libremente, pueden ayudar a los cuidadores de ambos sexos a conciliar el trabajo y los cuidados; considerando que las mujeres recurren en mayor medida al empleo flexible o a tiempo parcial con el fin de conciliar sus obligaciones profesionales y familiares, a pesar de la diferencia de remuneración por hora entre los trabajadores a tiempo parcial y los trabajadores a tiempo completo; y considerando que las mujeres interrumpen con mayor frecuencia su carrera y trabajan menos horas que los hombres, lo que puede alterar la evolución de su carrera y sus perspectivas de promoción social, lo que se traduce también en un historial profesional con menos ingresos.

El trabajo precario es una característica persistente del mercado laboral de la Unión Europea, y que las mujeres se ven más afectadas por la precariedad, son discriminadas en términos de remuneración y están más involucradas en los trabajos a tiempo parcial, y, por tanto, están peor remuneradas que los hombres, se benefician menos de la protección social, están más limitadas en cuanto al desarrollo de su carrera profesional y tienen menos oportunidades de independizarse económicamente, lo que las anima a volver al sector privado, con el consiguiente retroceso en el reparto de responsabilidades; considerando que las mujeres representan una gran proporción del colectivo laboral en el empleo no declarado que se ocupan principalmente del trabajo doméstico y el cuidado de personas. En todos los niveles de formación, el porcentaje de hombres que tienen trabajo es mayor que el de mujeres, aunque éstas pueden estar igual o mejor cualificadas que los hombres, considerando sin embargo que sus competencias son a menudo menos valoradas y su avance profesional más lento.

Las mujeres representan cerca del 60 % de los licenciados universitarios, y, sin embargo, su representación entre los altos funcionarios y en los cargos decisorios en el sector de los servicios es desproporcionadamente baja.

Las mujeres ocupan a menudo los niveles más bajos de empleo en el sector de los servicios en cuanto a cualificación, remuneración y prestigio y por tanto la precariedad laboral de las mujeres es mucho mayor y se les paga menos que a los hombres. Ofrecer a las mujeres mejores oportunidades en su vida profesional debe considerarse un recurso y una inversión para el conjunto de la sociedad, especialmente en el contexto de los actuales cambios demográficos y retos en Europa.

Las mujeres encuentran mayores dificultades para conciliar la vida laboral y familiar, ya que las responsabilidades asociadas con la vida familiar no siempre son compartidas equitativamente y el cuidado de familiares dependientes recae principalmente en las mujeres, y considerando que lograr un equilibrio entre la vida laboral y familiar ayudaría a desbloquear un importante potencial de empleo para las mujeres y facilitaría una mejor adecuación de las mujeres a los puestos de trabajo disponibles en el sector de los servicios y otros sectores profesionales, lo que aumentaría el crecimiento económico, el empleo y la innovación; considerando, a este respecto, que las políticas gubernamentales que proveen servicios de cuidado de menores y otras personas dependientes constituyen un factor importante para la capacidad de hombres y mujeres a la hora de gestionar las diferentes demandas entre el lugar de trabajo y las actividades de prestación de cuidados.

Los roles de género tradicionales y los estereotipos siguen teniendo una gran influencia en la división de roles entre mujeres y hombres en el hogar, en el lugar de trabajo y en la sociedad en general, y tienden a perpetuar el statu quo de los obstáculos heredados a la hora de alcanzar la igualdad de género y limitar las opciones de empleo y el desarrollo personal de las mujeres en el sector de los servicios, impidiéndoles realizar su pleno potencial como personas y como agentes económicos.

La violencia doméstica, conyugal, económica y sexual contra las mujeres es una violación de los derechos humanos que afecta a todos los estratos sociales, culturales y económicos. La independencia económica de las mujeres es una condición sine qua non para que puedan controlar su trayectoria personal y profesional y plantear opciones reales. Persisten las desigualdades entre hombres y mujeres para el acceso y uso de las nuevas tecnologías e Internet, lo que a menudo provoca una brecha en las capacidades e incluso un «analfabetismo digital», un fenómeno generalmente conocido como «brecha digital de género».

La diferencia de remuneración entre hombres y mujeres por el mismo trabajo o por trabajos de igual valor alcanza uno de los niveles más altos en el sector de los servicios.

Desprotegidas ante violencia, mujeres migrantes y afroamericanas

Gladis Torres Ruiz

Cimacnoticias En Nueva York, las mujeres afroamericanas y migrantes sin documentos que son víctimas de violencia de género están en la indefensión, ya que por miedo y no confiar en la protección del Estado no buscan ayuda, alertó Alan Grieg, integrante del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El experto en violencia de género dijo a esta agencia de noticias que la justicia para las afroamericanas y migrantes sin documentos está en entredicho, toda vez que a menudo ellas desconfían de los tribunales y las cortes, y prefieren no denunciar abusos de los que son objeto muchas veces al interior de sus hogares.

A las mujeres se les hace más fácil conseguir trabajo (limpieza, cocina, entre otras labores) que a los hombres, lo que deriva en que tengan más dinero que sus compañeros. Esta mayor capacidad económica las empodera y las hace independientes, por lo que tienen más libertades que sus países de origen.

Esto genera mucho conflicto en sus relaciones debido al estatus indocumentado, por lo que no pueden acudir a la policía para obtener justicia. No tienen lugares a dónde acudir, sólo se pueden apoyar entre ellas, abundó Grieg.

El maestro en Estudios Sociales por la Universidad de Oxford señaló que la violencia contra las mujeres no se ve aún como un problema social grave, sino como algo “normal”.

“Muchas mujeres en Nueva York, particularmente las afroamericanas o migrantes, no obtienen justicia de la policía de ninguna manera y por eso no confían; además de que muchos hombres no hacen lo suficiente por ayudarlas a obtener justicia, aun cuando ellos mismos no sean violentos”.

En Nueva York la violencia de género es un problema grave, y el más grande es la falta de apoyo para las mujeres.

Según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en 2011 una de cada cuatro mujeres en Estados Unidos había sufrido violencia física grave por parte de su pareja en algún momento de su vida.

Alan Grieg indicó que hasta el momento las mujeres víctimas de violencia de género sin documentos reciben algunos apoyos, pero la gran mayoría no son oficiales, puesto que hay organizaciones civiles que trabajan con comunidades de migrantes.

Tenemos que nombrar a la violencia y responsabilizar a quienes la ejercen, es decir, recordar que el Estado está para apoyarnos y protegernos, no para abusar de nosotros, sostuvo el integrante del PNUD.

Concluyó que en estos momentos se discute en el Congreso de EU la Ley sobre Violencia contra la Mujer, y dentro de sus disposiciones se analiza si se debe atender a las mujeres migrantes.

El proyecto de ley prevé protección y servicios legales para combatir la violencia doméstica y sexual, y el acoso.

ONU Mujeres llama la atención sobre el valor del trabajo no remunerado

Women in Management.- Las estadísticas sobre el uso del tiempo y el trabajo no remunerado muestran la discriminación y el desequilibrio en la vida laboral y doméstica entre hombres y mujeres. Esta es la conclusión del Décimo encuentro sobre esa cuestión auspiciado por ONU Mujeres en México.

Participaron en el encuentro el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) y la Comisión Económica para América Latina yelCaribe (CEPAL).

Los expertos dialogaron sobre la sobrecarga de trabajo que tienen las mujeres y si representa una barrera en su inserción laboral.

A la fecha se han llevado a cabo más de 30 encuestas en 17 países de América Latina y el Caribe sobre esa cuestión. En ese sentido, los participantes en el encuentro señalaron que no faltan estadísticas sino políticas públicas adecuadas a la nueva situación laboral de las parejas.

Puntualizaron que cada vez son más las mujeres que trabajan fuera del hogar y proveen ingresos monetarios, sin embargo, no se ha producido un cambio en las tareas de cuidado dentro de la familia.

Parlamento mexicano: Excluyen a mujeres de presidencias de comisiones

Anayeli García Martínez

Cimacnoticias Aunque el Congreso mexicano tiene el mayor número de mujeres legisladoras en su historia, de forma paradójica a las diputadas y senadoras se les negó la posibilidad de presidir comisiones de mayor relevancia política y económica, pues se les encomendaron aquellas más cercanas a su rol de género.

En declaraciones a Cimacnoticias, la experta en género y democracia Natividad Cárdenas Morales, recalcó que además de que las mujeres presiden comisiones de carácter social, son muy pocas las legisladores que realmente ejercen el poder al frente de una instancia parlamentaria.

Es de destacar que de las 55 comisiones de San Lázaro, sólo 13 (apenas 24 por ciento) son presididas por mujeres. Entre las instancias está la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, encabezada por primera vez por una mujer, la diputada priista Nuvia Magdalena Mayorga Delgado.

Otras instancias legislativas presididas por mujeres son Asuntos Indígenas, con Eufrosina Cruz Mendoza (PAN); Asuntos Migratorios, con Amalia García Medina (PRD); Atención a Grupos Vulnerables, con Adriana Hernández Iñiguez (PRI), y Reforma Agraria, con Gisela Mota Ocampo (PRD).

Además están Cultura y Cinematografía, con Margarita Saldaña Fernández (PAN); Derechos de la Niñez, con Verónica Juárez Piña (PRD); Derechos Humanos, con Miriam Cárdenas Cantú (PRI), y Equidad y Género, con Martha Lucía Micher Camarena (PRD).

Las restantes son Función Pública, con Arely Madrid Tovilla (PRI); Justicia, con Claudia Delgadillo González (PRI); Medio Ambiente y Recursos Naturales, con María del Rosario de Fátima Pariente Gavito (PVEM), y Fomento Cooperativo y Economía Social, con Alliet Bautista Bravo (PRD).

En este contexto, Cárdenas Morales señaló que es una contradicción que en esta Legislatura, en la que hay 37 por ciento de mujeres parlamentarias, aún persista su subrepresentación en las presidencias de las comisiones de mayor peso.

Esta situación merece una reflexión sobre el ejercicio del poder de aquellas que obtienen una curul. “No nada más nos interesa que lleguen, nos interesa que propongan una agenda de género, que hagan iniciativas que ayuden a mejorar los derechos de las mujeres”, advirtió.

Una vez que las mujeres llegan a un puesto es necesario que tengan presencia y poder de decisión porque –a decir de la especialista– así abrirán espacios para las otras mujeres, y lograrán que los partidos políticos las tomen en cuenta en los procesos electorales.

EN EL SENADO, LA MISMA HISTORIA

En el caso de la Cámara alta, de 61 comisiones, 18 (30 por ciento) serán presidas por mujeres. Estas son Atención a Grupos Vulnerables, con Hilda Flores Escalera (PRI); Contra la Trata de Personas, con Adriana Dávila Fernández (PAN); Cultura, con Blanca Alcalá Ruiz (PRI); Derechos Humanos, con Angélica de la Peña (PRD), y Desarrollo Social, con Lorena Cuellar (PRD).

Asimismo están Equidad y Género, con Diva Gastélum (PRI); Estudios Legislativos, con Graciela Ortiz (PRI); Gobernación, con Cristina Díaz (PRI); Medio Ambiente y Recursos Naturales, con Ninfa Salinas (PVEM), y Radio, Televisión y Cinematografía, con Alejandra Barrales (PRD).

Es de considerar que en Relaciones Exteriores quedó como presidenta Gabriela Cuevas (PAN), pero además quedaron en la de África, Margarita Flores (PRI); en América del Norte, Marcela Guerra (PRI), y en América Latina y el Caribe, Mariana Gómez del Campo (PAN).

Las otras mujeres que obtuvieron una comisión son Maki Esther Ortiz (PAN) en Salud; María Elena Barrera Tapia (PRI), en Vivienda; Lucero Saldaña (PRI), en Relaciones Exteriores Organismos No Gubernamentales; y Laura Angélica Rojas (PAN) en Relaciones Exteriores con Organismos Internacionales.

Cárdenas Morales aseguró que si bien en el Congreso hay más mujeres, no se ha ganado la lucha de la participación política femenina, toda vez que es posible que el histórico porcentaje de mujeres no se mantenga en las próximas Legislaturas.

“Sí son muchas, pero si no tienen presencia cómo vamos a modificar el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe)”, criticó la experta al explicar que las legisladoras ejercen el poder con desventaja frente a los hombres.

Precisó que las mujeres tienen que exigir sus derechos porque la integración de comisiones y el cabildeo de las propuestas de ley dependen de los partidos, y ahí no hay un tribunal o una autoridad que diga que se tiene que apoyar a las mujeres.

“No es llegar por llegar, la participación política tiene que ver con el uso efectivo de las agendas, su consolidación y su impacto, y no lo estamos logrando”, por ello hizo un llamado para que las mujeres se atrevan a construir espacios y dar un paso más.