viernes, noviembre 30, 2012

El círculo de la violencia como una rutina... “Dale con la sartén”

Leticia Puente Beresford

AmecoPress.- Es tal la violencia que se ejerce en contra de las mujeres y de las niñas que a estas alturas, por todo lo que he vivido, leído y escrito, más lo que me han contado, me convenzo de que se trata de una perversa rutina, un círculo que se debe romper.

Estudios y acciones para detenerla, frenarla y “curarla” son bastos, ante el ‘YA BASTA’ que las mujeres reclamamos, no sólo todos los días, sino cada segundo de esos días, porque cada vez que el segundero se mueve ocurre un acto de violencia.

Los golpes hacen que las pieles sangren, que duela y que dejen una enorme cicatriz, pero, por desgracia, esa es sólo la cicatriz visible y bien puede esconderse detrás del maquillaje, de la cirugía, incluso. No sucede así la cicatriz que queda en el interior de la personalidad, en lo que llamamos el alma, porque esa es más difícil, si no es que imposible, de borrar.

Es cierto que en prácticamente todos los países se implementan acciones y hasta se cuenta con leyes que intentan reivindicar a las “víctimas”, señalando castigos ejemplares para los maltratadores, violadores, contra los feminicidas.

En esta capital financiera del mundo, nada es diferente de lo que ocurre en cualquier pueblo, barrio, favela, colonia, pedregal, o zona residencial, aún en un palacio o casa presidencial. Las historias de actos de violencia contra las mujeres son, en todos las partes del mundo, en todos los casos, un hecho lastimoso.

Peor aún, esa violencia, en la mayoría de las ocasiones, proviene de la persona que una ama y que, en muchos casos también, dice amarnos. Mi historia, seguramente, no difiere en mucho de las tantas que he difundido a través de mi trabajo periodístico o que he apoyado para que se denuncie en tribunales.

Hace unos días, previo a la celebración mundial del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia en contra de la Mujer, el 25 de noviembre pasado, la Organización de las Naciones Unidas urgió a todos los países miembros a terminar con esa pandemia.

‘Debemos de combatir la sensación de miedo y de vergüenza que castiga a las víctimas que ya han sido objeto de un delito y posteriormente se enfrentan al estigma que ello representa. Son los autores del delito los que deben de avergonzarse’, aseveró Ban Ki-moon, secretario general de este organismo.

Los números que se manejan de este mal, que lo convierte en un círculo rutinario contrario al de los amores, son; 7 (siete) de cada 10 (diez) mujeres siguen siendo víctimas de violencia física y/o sexual en sus vidas. Y 603 millones de esas mujeres viven en países donde la violencia doméstica todavía no es un delito.

La titular de ONU Mujer, Michelle Bachelet, indicó que al día de hoy, en 125 países se tienen leyes que tipifican la violencia doméstica como delito, avance significativo a una década. Pero esto, digo yo, no es suficiente, como insuficientes son también los recursos monetarios que se otorgan para romper ese círculo rutinario de la violencia.

El pasado 7 de noviembre, el Fondo Fiduciario de Naciones Unidas sólo destinó ocho millones de dólares para programas de lucha en contra de la violencia de género. Y hay subsidios para sólo 12 iniciativas locales, en 18 países, para las mujeres y las niñas que viven en situación de conflicto, post conflicto y transición.

Por primera vez, Libia es uno de los países que se beneficiará de este subsidio. Igual sucede para Malawi, en Papau New Guinea. Y es de destacar que para estos programas se contó con el apoyo económico de África, Latinoamérica y Países Árabes.

Existe, por tanto una situación de urgencia económica para contrarrestar la escalada de violencia que se ejerce contra niñas y mujeres en el mundo. Prueba de esto son las 2.210 solicitudes que recibió ONU Mujeres este año.

El dinero que se requiere para poner en marcha todos esos proyectos es de $1.1 billón de dólares y sólo se logró obtener menos del uno por ciento del dinero requerido: $8.2 millones de dólares.

Esas cifras revelan todo lo que cuesta y todo lo que falta por hacer para romper con ese círculo de violencia rutinaria que vivimos las mujeres y las niñas en todos los rincones del mundo. Sin embargo, queda claro, que la demanda mundial por detener la violencia contra las mujeres carece de apoyo sustancial de las autoridades, de las leyes, y muy en especial de quienes abusan de su poder.

Por lo pronto –sin que suene a receta de doctor o algo parecido— en una sesión de Zumba de esta ciudad, mientras las mujeres intentan mantenerse en forma al ritmo de la música, se escucha a la reina de la salsa, la del famoso grito de ‘¡azúcar!’,

‘Si tu marido te pega, pega’

‘Si te pega, dale con la sartén’.

Por supuesto, no es un llamado a la violencia lo que necesitamos las mujeres y las niñas, lo que necesitamos, al igual que los hombres y los niños, es ejercitar más nuestras muestras de amor, cariño y afecto. De amarnos los unos y las unas a las otras, de respetarnos, de respetar.

Sin embargo, ante ese despiadado que golpea, que insulta, que cicatriza el alma, de una u otra forma se le tiene que poner un alto. Un ¡se acabó! Un ¡no más!

Ban Ki-moon insiste que ‘son los autores del delito los que deben de avergonzarse’ y yo le añado que, además de avergonzarse, también deben pagar por el daño causado.

En tanto: ‘Si te dan, dale con la sartén’… Y corre a denunciarlo.

Clorinda Matto de Turner, en defensa de las mujeres y los indígenas

Teresa Sosa

Palabra de Mujer Clorinda Matto de Turner, nació en Cuzco, Perú, el 11 de noviembre de 1852. Su infancia transcurrió en la hacienda familiar, Paullo Chico, donde aprendió a hablar el quechua y conoció el sufrimiento de los indígenas, hecho que tuvo una notable influencia en su vida.

Estudió en el Colegio Nacional de Educandas, una de las escuelas para niñas más importantes de Cuzco. Huérfana de madre, abandonó el colegio en la temprana adolescencia para cuidar de su padre y sus hermanos.

El 27 de julio de 1871, se casó con José Turner, médico inglés y se trasladó a vivir a Tinta. En ese período escribía obras de teatro, poesía, y artículos donde abogaba por una mejor educación para las mujeres, que fueron publicados con diferentes seudónimos.

Viuda en 1881, viajó a Arequipa donde desempeñó el cargo de jefa de redacción del diario “La Bolsa”. A partir de entonces los grandes temas a los que Matto dedicó su vida, la educación de las mujeres, la literatura y la equidad, están presentes en toda su obra.

En 1884 publicó su primer ensayo:“Elementos de literatura según el reglamento de instrucción pública para uso del bello sexo”, claro alegato en favor de la educación de las mujeres para convertirlas en ciudadanas.

Posteriormente, Matto de Turner se trasladó a vivir a Lima. Durante su estadía en Lima (1886-1895) se incorporó a las reuniones literarias del Ateneo y del Círculo Literario, donde la cuestión nacional, educación de los indígenas y anticlericalismo influyeron notoriamente en la escritora.

Desde 1889 dirigió “El Perú Ilustrado” la revista literaria mas importante, en la que desde su primer editorial destacó la importancia de una literatura que asume la voz en nombre del ‘otro’desvalido y saqueado por el poder” y señala el estado social vergonzoso y alarmante en que se halla el pueblo numeroso que en la región andina ocupa la mayor parte del territorio peruano.

Aves sin Nido

Ese mismo año, publica la novela “Aves sin Nido”, cuyo tema central es la denuncia al maltrato y opresión que sufrían los indígenas, y la corrupción e incompetencia de jueces, gobernadores y sacerdotes.

En el proemio de la novela Matto de Turner expresa claramente el objetivo y la razón de su escritura: “la novela tiene que ser la fotografía de los vicios y las virtudes de un pueblo, con la consiguiente moraleja correctiva para aquéllos y el homenaje de admiración para éstas.”

La novela enfureció a los sectores más conservadores de la intelectualidad limeña por la forma en que tematizaba la corrupción de las autoridades eclesiásticas y civiles de los pueblos andinos:

“Amo con amor de ternura a la raza indígena, por lo mismo que he observado de cerca sus costumbres, encantadoras por su sencillez, y la abyección a que someten esa raza aquellos mandones de villorrio, que, si varían de nombre, no degeneran siquiera del epíteto de tiranos. No otra cosa son, en lo general, curas, gobernadores, caciques y alcaldes”.

El enfrentamiento entre los buenos y malos, entre los poderosos y los indígenas se focaliza en la figura de dos mujeres de la novela, Lucia Marín y Marcela Yupanqui. Juntas emprenden acciones de resistencia.

Lucía y Marcela son los personajes protagónicos del relato. Son ellas las que se erigen en defensoras de la justicia transgrediendo el discurso patriarcal hegemónico.

Son ellas las que constituyen las claves de la relación entre mujeres y hombres, entre indígenas y blancos; y las que dan el primer paso al confiar y pedir ayuda a otras mujeres.

En la novela, Marcela Yupanqui, es una madre indígena que ha sido violada por un cura y sometida a una larga cadena de abusos por parte de las autoridades del pueblo (embargos de cosechas, cobros por entierros, robo de niños); ella acude a casa de Lucía Marín en busca de apoyo.

Las lágrimas y la angustia de Marcela sorprenden a Lucia, pues residiendo pocos meses en el pueblito ignoraba el drama que vivían los indígenas. Cuando se queda sola Lucía reflexiona mientras realiza actividades domesticas cuál podría ser la mejor manera de defender a Marcela.

Es importante destacar el énfasis que pone Matto de Turner en la identidad doméstica de sus personajes femeninos para demostrar que desde el espacio doméstico del hogar las mujeres podían expandir las fronteras de la subjetividad.

Aves sin Nido produjo una fuerte reacción contra la escritora por su anticlericalismo y fue excluida del círculo de intelectuales.

Las protestas y denuncias llegaron a un punto de exacerbación cuando el 23 de agosto de 1890, el Arzobispo de Lima, Monseñor Antonio Bandini, la excomulgó por la publicación en “El Perú Ilustrado” de “Magdala”, cuento del escritor brasileño Henrique Maximiano Coelho considerado blasfemo.

Pretexto que hizo posible que la Iglesia prohibiera la lectura de la revista, y en el clímax de la campaña el obispo de Arequipa prohibió la lectura de Aves sin Nidoy favoreció la realización de una poblana callejera, durante la cual fue arrojada al fuego la efigie de la combativa escritora.

Clorinda Matto de Turner publicó después la novela “Índole” (1891) en la que reiteró sus críticas a la iglesia. Asimismo, fundó la imprenta La Equitativa (1892) donde trabajaron solo mujeres

Pero su tiempo en el Perú había terminado, su casa fue asaltada y la imprenta destruida en 1895. La escritora huye a Chile, después parte con destino a Buenos Aires, a donde llega el 16 de mayo de 1895.

Vida en Buenos Aires

El 14 de diciembre de 1895, pronunció en el Ateneo de Buenos Aires su conocida conferencia: “Las obreras del pensamiento del Sur.”

En 1896 fundó el “Búcaro Americano, periódico de las familias”, en cuyo primer editorial anunció que su objetivo era difundir la obra literaria, y luchar para que a través de una adecuada educación las mujeres puedan cumplir el rol que les compete en el progreso de la humanidad.

Recorrió varios países de Europa en 1908, cuyo diario titulado Viaje de recreo, se publicó antes de su muerte ocurrida el 25 de octubre de 1909. Solo quince años después, en 1924, los restos de Clorinda Matto de Turner fueron enterrados en Lima.

FUENTE: Escritoras del Siglo XIX en América Latina. Sara Beatriz Guardia, Edición y Compilación. CEMHAL, Perú, 2012

jueves, noviembre 29, 2012

Un frente contra la violencia de género, en un continente extremadamente violento hacia las mujeres

María Ortiz

COMUNICAR IGUALDAD- Una vez más este 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fecha que recuerda el brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal en República Dominicana. Fue en Colombia durante el cierre del Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe donde se proclamó en 1981 la fecha conmemorativa y no es casual: América Latina sigue siendo un continente extremadamente violento hacia las mujeres.

Las cifras de la región son alarmantes: el Observatorio de femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambrano” registró un total de al menos 260 femicidios en 2011 reportados en los medios de comunicación. Perú reportó oficialmente 130 víctimas de femicidio entre enero y diciembre de 2010; el Observatorio Manuela de Bolivia registró 157 casos en 2011 y en lo que va del 2012 se registraron 97 decesos; en Quito, Ecuador, se reportaron 1831 femicidio entre 2000 y 2006. Entre tres y cinco de cada diez mujeres de Perú, Ecuador, Bolivia y Paraguay son afectadas directamente por la violencia.

El III Informe Internacional Violencia contra la Mujer del Instituto de Estudios sobre Violencia Centro Reina Sofía de la Universidad Internacional Valenciana (VIU), que analiza comparativamente el estado de la violencia en 45 países desde el año 2000 hasta 2006, destaca que 11 de los 14 países en el informe que están por encima del valores de prevalencia promedio internacional -de 19,14 casos de femicidio por millón, o prevalencia – pertenecen a América Latina; entre los más violentos, se encuentran El Salvador (prevalencia 129,43), Guatemala, Colombia y Honduras; del cono sur, Bolivia y Paraguay (con valores de prevalencia de 34,17 y 27,54 respectivamente); Argentina, con una prevalencia de 15,19 casos de femicidio por millón, se ubica dos posiciones por debajo del valor medio.

A pesar de la elevada prevalencia del femicidio de América Latina y el Caribe, esta región se encuentra entre las más avanzadas del mundo jurídicamente en temas de violencia de género. Frente a los 603 millones de mujeres que hoy en día viven en países donde la violencia doméstica aún no es considerada un crimen, según ONU Mujeres, en América Latina casi todos los países ratificaron la Convención de Belém do Pará, un instrumento especifico para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, y cuentan con legislación que califica a la violencia de género como una violación a los derechos humanos de las mujeres. La reciente inclusión del femicidio y su tipificación en el Código Penal argentino fue un avance importantísimo. Pero como las cifras acusan, persiste una enorme brecha entre el deber ser de la ley y una realidad que apenas empieza a destaparse. Para lograr un cambio, no basta con la aplicación efectiva de la legislación, se necesita asimismo introducir cambios socio-culturales.

Pues en sociedades multiétnicas y multiculturales como las latinoamericanas, la violencia de género se manifiesta independientemente de las fronteras culturales, de clase o de nacionalidad. Se trata de un problema sustentado en las relaciones de poder estructural e históricamente desiguales, desequivalentes entre varones y mujeres, y que se inscribe en sociedades profundamente marcadas por el orden patriarcal, la discriminación y el racismo.

La influencia de la iglesia católica más conservadora, así como el nivel de aceptación social e institucional de la violencia de género y su naturalización, son algunos de los factores que dificultan su abordaje. A ellos se suman el subregistro y la resultante información deficiente sobre el tema, debido al hecho que generalmente la violencia se calla y se oculta por parte de las mismas víctimas. Sacar a las mujeres del aislamiento y del silencio no es una tarea fácil, y menos en países con amplios sectores de población rural e indígena.

Un importante esfuerzo en esta dirección es el que está llevando a cabo el programa ComVoMujer de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GIZ). Con un enfoque dirigido específicamente a las mujeres indígenas, afroamericanas y de zonas rurales de Bolivia, Ecuador, Paraguay y Perú, ComVoMujer tiene como finalidad lograr un cambio de mentalidad para efectivamente proteger a las mujeres de la violencia de género así como erradicar prácticas discriminatorias basadas en prejuicios y estereotipos.

Las acciones y medidas del programa responden a una doble estrategia: por un lado, desarrollar las capacidades de los actores relevantes y por otro, hacer cumplir las convenciones regionales y los planes de acción nacionales contra la violencia de género a través de subsidios locales y medidas de asesoramiento. Esto incluye la mejora de los servicios estatales y no estatales en las zonas rurales y el fomento de la cultura empresarial para combatir la violencia.

Un aspecto crucial del programa es su enfoque centrado en la colaboración y participación de “los tres pilares más importantes de la sociedad – entidades de gobierno, del sector privado y de la sociedad civil -”, según la directora del programa regional, Christine Brendel. ComVoMujer parte de la base de que “sólo mediante un trabajo conjunto se logrará enfrentar eficiente y eficazmente un problema multidimensional que, para solucionarse, requiere del esfuerzo de todas y todos“. Considera por lo tanto prioritario trabajar con estos actores y vincularlos entre sí, promover el diálogo y el intercambio, generar redes y demás acciones similares. El trabajo en colaboración, de hecho, se reproduce en los distintos órdenes: entre los tres actores ya nombrados hacia el interior de cada país, entre los países participantes en el plano regional y entre Alemania y los países participantes en el plano internacional, pues ComVoMujer propone la construcción de una plataforma de intercambio de conocimientos Sur-Norte que se nutre del aporte de experiencias y expertisia por parte del programa.

Frente a la inacción y la falta de protección que ofrecen los Estados, ComVoMujer demuestra que aún queda mucho por hacer, al desplegar un abanico muy nutrido de medidas intersectoriales en distintos niveles. Entre otras, se firmaron convenios con cámaras empresariales para abordar la violencia de género en el ámbito de trabajo, se brindaron cursos de capacitación a las variopintas entidades que implementan las leyes: desde las comisarías, los refugios, el personal médico hasta las autoridades de justicia comunitaria, las fiscalías y las cortes -como las Brigadas de Protección a la Familia en Bolivia-, se realizaron encuentros de diálogo con entidades de mujeres, se promovieron mesas de informes y asesoría jurídica, se promovieron y difundieron leyes y proyectos de legislación, se llevaron a cabo actividades de prevención y promoción en comunidades locales y con entidades de mujeres, se diseñaron y promovieron campañas de información nacionales y otras actividades de sensibilización.

Ejemplo de la orientación del programa a las poblaciones indígenas es el documento audiovisual “Voces de dignidad” que el Grupo Sunu de Acción Intercultural de Paraguay está terminando, en base a una investigación en varias comunidades del país que tuvo como objeto relevar la percepción de las mujeres indígenas sobre género y violencia y, en casos de violencia, cuáles son los circuitos a los que se acude en busca de ayuda.

Mariana Franco, investigadora de este grupo que formó parte del trabajo de campo, contó que es la primera vez que el tema de género es investigado en comunidades indígenas paraguayas y señaló que todo este material quedó registrado audiovisualmente. Describió que en las entrevistas en profundidad, al partir de la discusión sobre género, en todos los casos salió el tema de la violencia. Destacó que para ninguna de las mujeres entrevistadas el tema de la violencia resultó desconocido, que “un 100% de las mujeres conoce un caso en el seno de su comunidad“. Entre las conclusiones, destacó que estas mujeres identificaron como violencia el que no se escuche su voz: “por más que hay participación, ellas manifestaron que… no se tiene en cuenta su voz“. A raíz de las entrevistas, las mujeres indígenas expresaron una enorme necesidad por conocer más sobre sus derechos; se detectó por lo tanto una demanda concreta de capacitación sobre este tema.

También Franco señaló la ausencia del Estado para responder a las necesidades de las mujeres en las zonas más alejadas de estos países. Quienes suelen acudir a la justicia comunitaria como alternativa señalan que tampoco es de utilidad para las víctimas de la violencia de género: la convivencia de los dos sistemas de justicia implica, a menudo, que las mujeres más bien terminan siendo revictimizadas en ambos sistemas. Como los códigos culturales y la justicia comunitaria de las comunidades indígenas son muy distintos a los oficiales, “entre las tareas pendientes del Estado se encuentra el armado de códigos interculturales y en varios idiomas para responder a la realidad lingüística de estos pueblos, así como la formación de promotoras comunitarias, que puedan asesorar en cuanto a las instancias a recurrir y derechos”.

En relación a la colaboración con el sector privado, Brendel explica que las formas específicas de violencia de género afectan al pleno desarrollo y la economía de la región. “Una vez que se les demuestra [a los empresarios] el impacto que la violencia hacia las mujeres tiene en su emprendimiento“, aclara, “se comprometen de manera asertiva en el marco de sus políticas de Responsabilidad Social Empresarial”. Éste fue el caso de las empresas florícolas en Ecuador, quienes además de montar capacitaciones destinadas a su personal y establecer rutas críticas de apoyo en situaciones de crisis para la derivación a los servicios estatales correspondientes, incluyeron indicadores de violencia de género en el proceso de certificación Flor-Ec; similares procesos de capacitación tuvieron lugar en 21 empresas prestadoras de servicios de saneamiento y en la empresa pesquera TASA de Perú.

Los éxitos de ComVoMujer pueden medirse en la provisión y el fortalecimiento de capacidades y herramientas, en la apropiación de las medidas conjuntas y en la generación de medidas innovadoras para combatir la violencia en los países participantes. Brendel agrega que la asesoría técnica del programa y el proceso de trabajo realizado han llevado hacia una mayor visibilidad y una percepción importante del tema para la región. Asimismo, ComVoMujer ha ampliado el circuito de la cooperación internacional, pues las experiencias y ejemplos provenientes del programa, en el marco de este intercambio Sur-Norte, ya se encuentran sistematizados, a disposición del Estado alemán y podrán aprovecharse en otras regiones para definir estrategias innovadoras en la lucha contra la violencia de género.

Tamara Bunke, la inolvidable "Tania, la guerrillera"

Ingo Niebel

AVN El 2012 marca como ningún otro año la vida y muerte de la revolucionaria e internacionalista germano-argentina Haydée Tamara Bunke Bíder, que como "Tania, la guerrillera" entró en la historia de la lucha de América Latina y del Caribe por su libertad del yugo capitalista.

Este lunes 19 de noviembre, la ciudadana de la República Democrática Alemana (RDA), habría cumplido 75 años, pero ni siquiera pudo celebrar su 30 cumpleaños.

Hace 45 años, el 31 de agosto de 1967, murió con el fusil en mano en una emboscada que había preparado un destacamento especial del ejército boliviano al grupo guerrillero.

Seis semanas después cayó también su comandante, Ernesto "Che" Guevara de la Serna, asesinado por agentes a sueldo de la CIA.

En su día, la socialista RDA reconoció el compromiso revolucionario de la mujer que había sido ciudadana suya desde 1952 dando su nombre a más de dos centenares de instituciones.

Sin embargo, en 1990 tras la unificación de los dos Estados alemanes que selló la victoria de la capitalista República Federal de Alemania (RFA) se inició una purga penal y política, social y cultural que llegó a erradicar también el nombre de “Tamara Bunke”. Sólo su madre, Nadia, defendió el recuerdo de su hija contra cada tipo de calumnia y desinformación.

Tamara nació en 1937 en Buenos Aires, adonde sus padres habían emigrado, porque al ser comunistas su vida corría peligro en la Alemania nazi. En 1952 la familia Bunke volvió a Alemania, en concreto a la RDA, para ayudar en la construcción del socialismo.

Tamara se entregó de lleno en esta labor, militando en diferentes organizaciones de masa. Vivió que el socialismo no era algo abstracto, sino algo real Cuando pidió el ingreso en el Partido Socialista Unificado de Alemania dejó claro que en adelante quería volver a su “patria Argentina” para ayudar al Partido Comunista, entonces prohibido.

Mientras tanto Tamara se interesaba por el curso que tomaba la Revolución cubana y en 1960 llegó a ser interprete del comandante Che Guevara durante su visita a la RDA. Un año más tarde Tamara viajó junto con el ballet nacional de Cuba a la Isla y se entregó de lleno a la consolidación y defensa de la Revolución cubana.

En 1963 se encontró en disposición de partir a la lucha en América Latina. Su instructor Ulises Estrada la preparó para luchar en el frente clandestino. Tamara adoptó el nombre de lucha "Tania", en recuerdo de una partisana soviética que murió luchando al fascismo alemán.

El destino le llevó a Bolivia donde bajo identidad falsa recogió informaciones sensibles que ayudarían al Che a iniciar la guerrilla en el país andino. En adelante sería su enlace con los compañeros cubanos en el exterior.

En 1967 Tamara se convirtió definitivamente en "Tania, la guerrillera" cuando por diferentes razones ya no podía regresar a La Paz y optó por integrarse en la guerrilla liderada por el Che.

Mientras que en Alemania la amnesia histórica ha borrado casi por completo el recuerdo de Tamara Bunke, en Cuba se mantiene viva a “Tania, la guerrillera inolvidable”.

Así se titula la segunda edición ampliada del libro que escribieron la escritora Marta Rojas y la periodista Mirta Rodríguez Calderón junto con Ulises Estrada.

Y es más: El comandante de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz cumplió su promesa dada a la madre Nadia de que sus expertos iba a buscar también los restos mortales de su hija en Bolivia y que ésta descansaría definitivamente en el Memorial Ernesto Che Guevara junto al "guerrillero heroico" y a los demás 37 compañeros que cayeron con ella en la guerrilla boliviana.

En 1998 su madre presenció las honras fúnebres que el Estado cubano y el pueblo de Santa Clara le rindieron a "Tania, la guerrillera".

En 1999 la comisión municipal de Historia de Cienfuegos colocó una placa conmemorativa en la casa donde Tamara se preparó para lucha clandestina.

Marta Rojas terminó el mencionado libro sobre Tamara con la siguiente cita del líder guerrillero boliviano Inti Peredo que había luchado junto con Tania: “¡Murió heroicamente por la libertad de América Latina, pero vivirá siempre como un ejemplo de lo que es capaz de hacer una mujer valiente y revolucionaria de verdad!”.

miércoles, noviembre 28, 2012

“Yo quería sexo, pero no así”

June Fernández

el diario.es La 'primera vez' de Blanca fue una violación, pero le costó años reconocerla como tal. Tenía 17 años y ligó con un compañero de clase en una fiesta de fin de curso. El chico le gustaba, y se sentía preparada para tener sexo con él. Pero en un momento dado su actitud le desagradó, y le pidió que parara. Él, lejos de atender sus 'no', la empotró contra la pared, le tapó la boca y la forzó. Ella respiró hondo e intentó relajarse para no sufrir lesiones. Se lo contó a sus amigas sin darle mayor importancia: que había tomado dos cervezas y se dejó hacer. Después de nueve años y dos relaciones de pareja marcadas por las humillaciones y los abusos, fortalecida por la terapia y el contacto con el feminismo, Blanca se reconoció como una mujer violada y lloró por primera vez.

Cuando escuchamos la palabra 'violación', nos imaginamos una escena muy distinta: una joven camina sola de noche, un desconocido la asalta y la fuerza brutalmente. “Las agresiones sexuales que no se asimilan a ese imaginario de violaciones de película se normalizan, se las considera 'otra cosa', o se culpa a la víctima (que le provocó, que no dijo que no con la suficiente insistencia...)”, alerta la psicóloga especialista en violencia de género, Norma Vázquez. El 'ligoteo' es uno de los contextos en los que más agresiones sexuales se dan, apunta, pero a las mujeres les cuesta identificarlas como tales, puesto que ellas querían en un primer momento trabar relación o mantener un intercambio sexual.

Agresores conocidos

Vázquez dirige la consultaría Sortzen, responsable del estudio 'Agresiones sexuales. Cómo se viven, cómo se entienden y cómo se atienden', publicado por la Dirección de Atención a Víctimas de Violencia de Género del Gobierno vasco, que revela que la mayoría de agresiones sexuales reportadas en 2009 ocurrieron de noche, pero la mitad tuvieron lugar en un domicilio (no se precisa si en el del agresor o de la víctima). La edad de la mayoría de las víctimas y de los agresores era de 26 a 35 años. El 60% de los agresores emplearon la violencia física, pero sólo el 9% amenazaron con un arma blanca.

En Bizkaia, en el 86% de los casos había relación previa entre la víctima y el desconocido; cifra que se queda en el 53% en Gipuzkoa, mientras que en Álava todos los agresores eran desconocidos. “Los datos nos muestran las características de las agresiones sexuales que se denuncian, no de las que ocurren”, se matiza en el informe.

En Castilla y León, la Asociación de Asistencia a Víctimas de Agresiones Sexuales y Violencia de Género, Adavas, confirma que, según sus datos, tan sólo son 12-15% de todos los delitos sexuales son asaltos de desconocidos. En la mayoría de casos, “el agresor sexual se prevale de la cercanía con la víctima para perpetrar sus ataques: la propia pareja o ex pareja, o los familiares, cuidadores en el caso de menores, en los que la víctima no denuncia porque piensa que no le van a creer”, explica Manuela Torres , abogada de Adavas.

El límite del consentimiento

Lo que le ocurrió a Blanca es, según el informe del Gobierno vasco, uno de los casos más habituales: una mujer conoce a un hombre con el que le apetece tener un encuentro, en un momento se siente a disgusto o no le gusta el rumbo que toma la situación, y él la presiona o fuerza a seguir.

Para la realización del estudio se contó con los testimonios de alrededor de 70 mujeres a través de grupos de discusión. Muchas reconocieron no tener claro qué se puede considerar como agresión sexual. Por ejemplo, la mayoría no identificaban como tal que el hombre se niegue a usar preservativo. En el informe se alerta de que la actitud masculina tan extendida y normalizada de insistir y presionar para tener sexo, hace que las mujeres acepten esa conducta “como algo consustancial a salir de fiesta”.

Norma Vázquez responde que el límite es “la coacción: si hay presiones, si el hombre no ha respetado el 'no' de la mujer”. Pero reconoce que, a menudo, cuando el agresor es conocido, la línea que separa una relación consentida de una forzada es difusa. “Hay mujeres que empiezan diciendo que no, pero que ceden por la presión, el chantaje, o por evitar males menores, como el miedo a la violencia física. Esas mismas mujeres a menudo no lo consideran violencia, porque se quedan con que finalmente aceptaron o con que ellas lo buscaron”.

La psicóloga lamenta que la sociedad no entienda por qué una mujer no se opone con firmeza a una relación sexual no deseada, y que la pregunta sea esa en vez de cuestionar por qué muchos hombres siguen sin aceptar la primera negativa. “Decir que no, mantenerlo y defenderlo cuesta”, recuerda.

Vergüenza y culpa

“Sentí culpa y vergüenza”, relata Blanca. “Porque yo había decidido que quería tener relaciones, yo había decidido que quería irme con ese chico. Hasta le había dejado que me bajase las bragas. Sentía que yo me lo había buscado y que no tenía derecho a echarme atrás en el último momento. Me sentía tonta”, reconoce.

Haber bebido, haber salido de casa con ganas de un revolcón o no haber sabido dar un 'no' contundente son algunos de los elementos por los que las víctimas se sienten responsables de lo que les ocurrió, destaca la psicóloga. Si la sociedad transmite a las mujeres que son ellas las que tienen que protegerse y limitarse para no ser agredidas, cuando esto ocurre, su primera reflexión no apela al agresor (¿por qué ha agredido?) sino a la víctima (¿por qué se metió en esa situación?).

Incluso las participantes del estudio que afirmaron no vivir la agresión con culpa, admitieron que sentían que habían dado pie a ello. Por ello, uno de los ejes principales en la atención que brinda Adavas en Castilla y León a las víctimas de agresiones sexuales es transmitirles “que no han tenido la culpa de lo que les ha sucedido y que una agresión comienza cuando se transgrede la barrera del no y se daña así la libertad sexual de una persona”, señala la abogada de la asociación.

Pero una vez superado el sentimiento de culpa, persiste el miedo a ser juzgadas. Las participantes en el estudio del Gobierno vasco opinaron que la sociedad y la justicia tienden a señalar a las mujeres más que a los agresores. Un caso claro que se citó en los grupos de discusión fue el asesinato (homicidio, según la condena) de Nagore Laffage en las fiestas de San Fermín a manos de un psiquiatra del hospital en el que trabajaba, José Diego Yllanes. Pese a que el caso conmocionó a la ciudadanía vasca y navarra, dos preguntas flotaron en el aire en todo momento. ¿Si no quería sexo, para qué subió a casa de Yllanes? ¿Y qué hizo ella para que un tipo tan respetable se volviera loco y la asesinase?

Cuesta denunciar

De las más de 70 mujeres entrevistadas para el estudio, Norma Vázquez destaca que ninguna había denunciado las agresiones sexuales sufridas: “Nos decían cosas como: 'Yo no me veo explicando al fiscal, al juez, a la médica... que sólo quería un magreo, o que él se puso violento y me dio miedo, o que no supe decir que no a tiempo'. Denunciar lo que está en el limbo de 'yo sí quería pero no tanto' es dificilísimo. Es la pescadilla que se muerde la cola: se denuncian las agresiones que más cumplen con el estereotipo de asalto con violencia”.

Blanca admite que si hubiera sufrido esa agresión ahora, tampoco hubiera denunciado. “¿Qué pruebas presentaría? Traté de relajarme en vez de oponer resistencia, por lo que no me desgarró la vagina, no me golpeó ni me rompió la ropa. ¿Por qué me iban a creer?”.

Conseguir pruebas es mucho más complicado cuando no se trata de un asalto con violencia por parte de un desconocido, reconoce Torres, pero señala que existe múltiple jurisprudencia de que en esos casos el testimonio único de la víctima puede ser tenido en cuenta como prueba suficiente, “ya que de lo contrario la mayoría caería en la más absoluta impunidad”. Pero para ello hay que cumplir ciertos requisitos: que no exista interés espurio para denunciar o una enemistad previa, que el testimonio de la víctima sea verosímil y coherente.

Pero según Vázquez, uno de los principales motivos por los que se descarta interponer una denuncia es porque “sienten que tienen que exponer su sexualidad, admitir ante diferentes personas que iban a acostarse con un desconocido y que cuando les dio mal rollo no pudieron parar la situación”. Y esto no ocurre sólo con las jóvenes, sino que las mujeres mayores “también salen de marcha, también se quieren enrollar con gente”, y eso es difícil de contar en un juzgado. Por ello, la psicóloga defiende la importancia de denunciar para romper con la impunidad, pero entiende que “el desgaste y la exposición que supone el proceso” las frene, y por ello reclama centrar las respuestas institucionales y sociales en brindar acompañamiento a las víctimas.

La abogada de Adavas confirma que “si la víctima cuenta con apoyo profesional especializada desde el inicio, la respuesta penal suele ser adecuada al daño ocasionado”. Como prueba, señala que el 73% del total de agresiones sexuales denunciadas por la asociación entre 2010 y 2011 terminaron en una sentencia condenatoria; menos del 10% de los agresores fueron absueltos, y en el resto de los casos no se llegó a juicio, generalmente por falta de pruebas. Eso sí, en 2010-2011 una media del 40% no quiso interponer denuncia, sobre todo por miedo a que no les crean. La abogada considera que, incluso cuando han pasado años desde la agresión (pone como ejemplo los abusos sexuales en la infancia), conviene denunciar si la persona lo desea, “porque ayuda a superar el episodio, porque el abusador debe tomar conciencia de lo que hizo, y puede servir de protección tanto a la víctima como a otras posibles víctimas”.

La asociación brinda asistencia gratuita las 24 horas del día a través de un servicio de emergencias, en coordinación con las demás instituciones. Se trata de una atención integral con perspectiva de género por parte de un equipo formado por psicóloga, abogada, trabajadora social, musicoterapeuta para menores y voluntariado, cuya prioridad es que la víctima supere el trauma, que no sienta culpa y que se sienta apoyada y comprendida en la toma de decisiones. Además, la organización realiza actividades de sensibilización y denuncia, bajo la premisa de que debe haber “una respuesta social adecuada y proporcionada ante los ataques contra la libertad sexual, sin llegar a la alarma social”.

Fuente: http://www.eldiario.es/sociedad/queria-sexo_0_72093264.html

martes, noviembre 27, 2012

25 de noviembre: Día Internacional de la NO Violencia contra la Mujer:¿Dónde están las mujeres víctimas de violencia?

María Fabiola Di Mare Linares*

Palabra de Mujer A propósito de este día conviene reflexionar y cuestionar el lugar que han tomado las luchas de género en nuestra sociedad. Asimismo es una oportunidad propicia para referirnos a la necesidad de seguir cuestionando los esquemas de producción y reproducción de sentidos, que siguen contribuyendo con la creación de una imagen-objeto en torno a la condición del ser femenino.

Actualmente, la militancia activa feminista mantiene su ímpetu y lucha para que cada vez más mujeres tomen conciencia en torno a la necesidad de romper con los patrones de poder y desigualdad, los cuales han generado la división sexual del trabajo a través de la naturalización de roles (femenino y masculino) que son producto de una construcción social que condiciona patrones de comportamiento, tareas y acciones en función del sexo con el cual la persona nace.

Hoy en día esta lucha ha tenido una trascendencia como nunca había ocurrido en épocas precedentes en Venezuela. Se han creado condiciones desde el punto de vista jurídico e institucional, formal, en aras de reivindicar y proteger a la mujer frente a la violencia machista del patriarcado, que sigue fuertemente arraigada con terribles estragos en nuestra sociedad.

Sin embargo, los avances del Estado venezolano en lo jurídico e institucional formal, para enfrentar la violencia contra la mujer, no nos está indicando que realmente nos estemos acercando a la liberación de la mujer de las ataduras del machismo y su carga de violencia

La mujer, maltratada y víctima de violencia de género en Venezuela, se autoexcluye o ha sido excluida de su activismo presencial en esta lucha histórica, que sigue siendo llevada adelante sólo por los colectivos feministas y alguno que otro organismo gubernamental con sus campañas.

En ese sentido, la vocería en presencia pública en torno a la violencia de género no la lleva a cabo las propias mujeres víctimas de la violencia de género. A partir de aquí surgen diversas interrogantes: ¿dónde están las mujeres víctimas de violencia?, ¿por qué no hablan?, ¿hay verdaderos esfuerzos desde los colectivos y sectores feministas, desde los organismo gubernamentales, para otorgarles voz?

Aunque se entiende que la propia sociedad y su orden formal ha creado sus aparatos de coacción que inciden en el temor que tienen las mujeres maltratadas y vejadas por el machismo a denunciar y hablar desde su propia experiencia, la tarea impostergable debería orientarse a impulsar el activismo en pro de la transformación de las viejas estructuras patriarcales para incluir y darle voz a las excluidas de vocería pública, víctimas de la violencia: en los barrios, en diversos espacios sociales, y que se mantienen calladas y sumisas frente a la injusticia y la desigualdad con respecto a los hombres, cuyo testimonio se desconoce en el espacio público.

De la violencia simbólica a la violencia física

Ahora bien. Cuando se trata el tema de la violencia contra la mujer, por lo general se le otorga mayor importancia a la violencia física. No obstante, existe otro tipo de violencia: la violencia simbólica, que está enraizada en matrices de pensamiento o en percepciones tomadas como universales y fijas, que hacen mucho daño a la mujer.

No se trata en este caso de minimizar el daño que produce la violencia física, ni negar el hecho de que existen mujeres golpeadas, violadas, explotadas y humilladas, sino que el orden simbólico ha mantenido a la mujer dominada y ceñida a las ataduras de poder impuestas por el machismo en la sociocultura, que preceden al uso de la fuerza.

Dentro de este proceso han tenido una poderosa contribución instituciones como la familia, la iglesia, la escuela y el Estado. Basta señalar la enorme carga de culpabilidad, discriminación y control que sobre la mujer ha impuesto la iglesia católica, una institución profundamente patriarcal.

Como lo explicó Pierre Bourdieu (2000) en su texto La dominación masculina, la violencia simbólica ha hecho que la propia mujer se autodenigre, reproduzca y asimile las categorías de dominación que proceden desde los dominadores.

Es así como la mujer ha instituido su propia subvaloración, como lo es una constante dificultad para aceptar su cuerpo, en aras de reproducir un estereotipo de belleza o de la moda, que la ha cosificado, la ha convertido en un objeto para el otro.

¿Cuerpo para sí misma o para el otro?

En el marco de la violencia simbólica, la mujer ha sufrido un proceso de inseguridad corporal, en el que ha marcado distancia entre el cuerpo real y el cuerpo ideal, siguiendo con ello los estereotipos de la belleza fabricados desde las industrias culturales, acercándose insistentemente a un modelo estético artificial.

Para muestra, de manera alarmante se puede observar como en Venezuela, así como en diversos países de la región y del mundo, se ha disparado la tasa de cirugías estéticas, principalmente de implantes en senos y glúteos, a través de cuyos procedimientos quirúrgicos las mujeres persiguen un ideal de belleza machista, promovido desde los medios de comunicación, con consecuencias muchas veces trágicas.

Algunos podrán pensar que este tipo de intervenciones estéticas se hacen de manera voluntaria y corresponde con el derecho libre que tienen a hacer y decidir sobre su cuerpo. Pero, ¿a qué ideal están respondiendo estas mujeres?, ¿acaso no están demostrando la asimilación de un esquema de dominación androcéntrico que las lleva a convertirse en objeto de deseo para el hombre?

En la subvaloración que hace la mujer sobre sí misma y sobre su cuerpo, han tenido una carga enorme la publicidad y las industrias culturales, que de manera sutil siguen reproduciendo expresiones machistas, a través de piezas publicitarias que utilizan a la mujer para promocionar artículos de belleza y estética, bebidas alcohólicas, productos para el hogar, higiene y cuidado o artículos sexuales, con lo cual, se maneja una percepción que la enclaustra en estereotipos convencionales. Es así como se muestra en los espacios publicitarios a la mujer preocupada por su imagen, por la casa, por los hijos, por su pareja, pero no por sí misma.

Desafortunadamente, erradicar estos esquemas que frenan la emancipación de la mujer no pasa por la preocupación o esfuerzos desde el Estado, la familia, la escuela o un cambio de comportamiento de parte las empresas de comunicación e información. Esas transformaciones serían significativas; pero es sólo la consciencia de la mujer como individuo y colectivo lo que le permitirá superar el profundo daño de la violencia simbólica y sus terribles consecuencias físicas.

*Lic. en Comunicación Social. Actualmente ejerce la docencia en la carrera de periodismo, Universidad de los Andes, Núcleo Trujillo, Venezuela.

México; Se va Calderón: el presidente del feminicidio

Gladis Torres Ruiz

Cimacnoticias Para el panista, la población femenina fue “víctima colateral” de sus acciones anticrimen; el legado: 7 mil homicidios por razón de género.

En cuatro días concluye la administración de Felipe Calderón: la más sangrienta para las mujeres, toda vez que tan sólo en la mitad del sexenio (entre diciembre de 2006 a 2009) se registraron 7 mil casos de feminicidio en todo el país, de acuerdo con un análisis de la Cámara de Diputados.

A la par de esa violencia de género que se recrudeció con la política de seguridad del Ejecutivo federal –aseguran defensoras de los derechos femeninos–, también se agravaron la impunidad y la corrupción en las instancias federales, estatales y municipales de justicia.

Mientras que la mayoría de los asesinatos de mujeres están sin esclarecerse, pese a que 19 entidades federativas han tipificado en sus códigos penales el delito de feminicidio, el desinterés gubernamental por el tema se refleja en el incumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) por el caso Campo Algodonero, en Ciudad Juárez, donde fueron encontrados los cuerpos de ocho mujeres en 2001.

Y es que la violencia de género y la falta de justicia ante este flagelo fue el signo de la gestión que concluye este 30 de noviembre, advierten organizaciones civiles.

INVISIBILIZADAS

Para María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional del Feminicidio (OCNF), durante el sexenio se “invisibilizó” al feminicidio mientras se enarbolaba la consigna de abatir al crimen organizado.

La activista agrega que la estrategia de seguridad de Calderón careció de perspectiva de género y de una visión de respeto a los Derechos Humanos (DH). Fueron “los peores años para los DH de las mujeres, la situación de vulnerabilidad contra las mexicanas es evidente”, critica Estrada.

El feminicidio aumentó 68 por ciento en todo el país entre 2007 y 2009, según el OCNF a partir de información de procuradurías estatales.

Mientras que de diciembre de 2006 a junio de 2012 se registraron 4 mil 112 asesinatos dolosos de mujeres tan sólo en 13 estados, aunque la cifra podría elevarse debido al subregistro, aclara la abogada.

Otro dato: en cuatro años, en Ciudad Juárez, los asesinatos de mujeres se dispararon en más de mil por ciento al pasar de 53 en 2007 a 584 en 2010, de acuerdo con registros de las organizaciones chihuahuenses Justicia para Nuestras Hijas, el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres, y Mukira.

Luz Estrada advierte también que la estrategia contra los cárteles de la droga dio carta blanca a la operación de las organizaciones de trata de mujeres. “Yo te mato, te violo, te secuestro, al fin que ahorita lo más importante es investigar sobre la delincuencia organizada”, explica.

A lo anterior se añade que durante el sexenio la violencia contra las niñas y las mujeres “se planteó como un daño colateral” relacionado con las víctimas del crimen organizado, argumenta Karla Micheel Salas, abogada de Nuestras Hijas de Regreso a Casa.

Abunda que la impunidad en torno a estos crímenes se recrudece en un sistema judicial dominado por “prejuicios machistas” que culpabilizan a las mujeres de la violencia que padecen.

LETRA MUERTA

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, promulgada en 2007, define a la violencia feminicida como “la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus DH, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado, y pueden culminar en homicidio u otras formas de muerte violenta de mujeres”.

El pasado 14 de junio se reformó el Código Penal Federal para tipificar el feminicidio y castigarlo con penas de hasta 70 años de prisión. No obstante toda esa legislación, aún no se garantiza que las víctimas accedan a la justicia.

A esa situación se suma que las políticas nacional y estatales contra la violencia de género están “totalmente desarticuladas”, lo que deriva en su falta de operatividad, acusa Magaly Reyes Chávez, coordinadora de Mujeres por un Milenio Feminista.

Ejemplo de ello –indica– es que el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres negó durante esta administración que se declarara la Alerta de Violencia de Género en los estados de Guanajuato, México, Nuevo León y Veracruz, donde grupos civiles documentaron y denunciaron altas tasas de feminicidio.
Mayela García, presidenta del Colectivo de Mujeres, en Veracruz, denuncia que aunque en la entidad el delito ya está tipificado las autoridades indagan los casos como homicidios dolosos, para evitar la imagen de que en la sociedad prevalece la “misoginia”.

Algunos números de la crisis

Pascual Serrano

Mundo Obrero Un goteo de noticias y datos nos pueden ayudar a visionar la debacle económica a la que se acerca Europa y en la que ya estamos inmersos países como Grecia, Portugal, España e Italia.

En Portugal los jóvenes están emigrando hacia sus excolonias en África y Brasil. En los primeros cuatro meses de 2012, 85 portugueses se dieron de baja cada día del Instituto de Desempleo para emigrar, según los datos del centro. En total, 10.200 personas anularon su solicitud de trabajo, más del doble que en 2008. Otros ni se molestan en pasar por las oficinas de empleo, de la facultad van directos al aeropuerto. Según datos del secretario de Estado de las Comunidades Portuguesas, en 2011 emigraron entre 120.000 y 150.000 portugueses, unos datos que rozan las mayores oleadas de emigración de los años sesenta y setenta. Su destino: Mozambique, Angola o Brasil (Eldiario.es, 17-10-2012).

Otro cifra elocuente es la salida de inmigrantes que llegaron a Europa en busca de mejores condiciones de vida. En los últimos cinco años, 1,2 millones han vuelto desde España a su país de origen, según Diego López de Lera, profesor de la Universidad de La Coruña (Efe, 7-10-2012). El 72% de los inmigrantes ecuatorianos en España desean regresar a su país este mismo año o, como muy tarde, en 2013, según revelan los datos del Gobierno de Ecuador, que ha puesto en marcha una serie de proyectos con el objetivo de facilitar su retorno al país (Huffington Post, 24-10-2012).

En Grecia, ante la subida descontrolada del precio de la comida, el gobierno va a permitir la venta de alimentos caducados a un precio inferior al original (El Mundo, 15-10-2012). Hasta ahora, la reducción del precio se permitía en algunos países cuando estaba fecha la próxima de caducidad, parece que con la crisis los gobiernos han declarado que los alimentos se pueden consumir aunque caduquen. El personal sanitario griego también ha dado la voz de alarma sobre el aumento del número de ciudadanos que acuden a los hospitales fingiendo estar enfermos cuando lo que realmente necesitan es alimentarse. “Vienen personas a pedir un plato de comida. Fingen que tienen un problema de salud y piden comida”, afirma el presidente de la Asociación de Médicos de Hospital de Salónica, Jristos Papasteryíu. La situación afecta también a los más pequeños del país, que con frecuencia presentan síntomas de déficit alimenticio y no están vacunados. Según el presidente de la Federación de Médicos de Hospitales de Grecia, Dimitris Varnavas “el 30% de los niños están sin vacunar, por consiguiente se ha roto la barrera del contagio de enfermedades infecciosas y es fácil la declaración de epidemias”(Rusia Today, 10-9-2012). En Grecia el 27,7% de la población vive en la pobreza (El Mundo, 5-5-2012), allí el salario mínimo ha disminuido un 22% ( un 32% para los menores de 25 años) (El País, 3-3-2012).

En España, es el 21,1 % de la población la que en este año vive por debajo del umbral de pobreza, lo más grave es que el grupo social que no está empeorando es precisamente el condenado a disminuir, los pensionistas mayores de 65 años. La tasa de pobreza disminuye entre los mayores de 65 años y aumenta entre las personas en edad de trabajar, entre 16 y 64 años (Eldiario.es, 22-10-2012). El último estudio del Observatorio Social de España (OSE) ha detectado que la pobreza infantil se ha disparado un 45 por ciento desde el inicio de la crisis en 2007, lo que ha provocado nuevos escenarios de pobreza relacionados con la malnutrición, la desescolarización y las dificultades para acceder a la sanidad (Europa Pres, 20-11-2012). Hasta hace unos años se asociaba a los ancianos con el sector de la población que estaba obligado a vivir en condiciones económicas más precarias, pero ahora los responsables de las residencias de ancianos españolas han señalado que, desde hace un par de años, se está detectando que hay unidades familiares que sacan a sus mayores de las residencias de la tercera edad para salir adelante con sus ingresos (Málaga Hoy, 13-8-2012).

La precariedad en España afecta de forma dramática a la alimentación. Cáritas informó este pasado verano que cerca del 17 % de los gallegos depende de las ayudas benéficas para comer (ABC, 23-7-2012). En algunos comedores de Cataluña hay que esperar hasta 23 días para obtener una plaza en la mesa. En un comedor de Sevilla atienden a 150 personas por día y no dan abasto porque muchas se quedan sin su plato. Comedores de Madrid que atendían a cien personas hace tres años hoy alimentan a cuatrocientas (Teinteresa.es, 23-4-2012). El pasado 19 de noviembre un empresario atracó el lunes una sucursal bancaria con el objetivo de entrar en la cárcel ya que se sentía ahogado por las deudas y las circunstancias personales (Europa Press, 21-11-2012).

Pero tranquilos, no todas las cifras son negativas para todos. Cuatro hijos de Emilio Botín, presidente ejecutivo del Banco de Santander, han recibido de su padre 26 millones de acciones del grupo, valoradas en 147 millones de euros (El País, 19-11-2012).



Pascual Serrano es periodista. Su último libro es "Contra la neutralidad. Tras los pasos de John Reed, Ryzard Kapuścińsky, Edgar Snow, Rodolfo Walsh y Robert Capa" . Editorial Península. Barcelona

lunes, noviembre 26, 2012

¿Las mujeres de vuelta al hogar?

Esther Vivas

Público.es Las mujeres de vuelta al hogar. Esto, parece ser, es lo que buscan las actuales políticas de salida a la crisis. Unas políticas que cuentan con un claro sesgo ideológico, tanto a nivel económico como social.

Y es que en la medida en que se recortan servicios básicos, como sanidad y educación, y prestaciones sociales diversas, como la Ley de Dependencia, hay todo un trabajo de cuidados, invisible pero necesario, que acaba volviendo a recaer, mayoritariamente, en las mujeres. El ataque frontal a un maltrecho Estado del Bienestar y la transferencia del coste de la crisis a los sectores populares, se sostiene sobre nuestras espaldas.

No en vano, el sistema capitalista se perpetúa, en buena medida, a partir del trabajo doméstico no asalariado, que realizamos sobre todo las mujeres en los hogares. Una cantidad de trabajo enorme, no remunerado, del que no se puede prescindir y del cual el capitalismo necesita para subsistir.

Al poco de llegar al gobierno, el PP anunció un recorte de 283 millones de euros en la ya muy anémica Ley de Dependencia, arrastrándola al borde de la desaparición. Una medida que, más allá de dejar a unas 250 mil personas sin ayuda y casi imposibilitar la incorporación de nuevos beneficiarios, aumentó la presión sobre las mujeres. Los cuidados que ya no son asumidos por la administración pública acaban recayendo en el ámbito privado, en el hogar y, en especial, en las madres e hijas de personas dependientes. El bienestar familiar se mantiene a costa de aumentar el trabajo doméstico.

Si observamos las cifras de las personas inactivas, según el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2010, el 96,4% que declararon no buscar trabajo por razones familiares (cuidar niños o niñas, adultos enfermos, personas discapacitadas, etc.) eran mujeres. Y en la medida en que éstas tenían descendientes, su tasa de ocupación disminuía. Sin hijas ni hijos, el empleo femenino se situaba en un 77% y con ellos en un 52%. Mientras, la tasa de ocupación masculina no se veía alterada por este hecho y en todo caso aumentaba si se tenían descendientes. Conclusión: la conciliación de la vida personal y laboral se lleva a cabo a costa de la exclusión laboral, la precariedad y/o a los ritmos de vida frenéticos e insostenibles de muchas mujeres.

Otras medidas tomadas por el gobierno como la congelación de las pensiones y la ampliación del período de cálculo de la cotización tienen también consecuencias muy negativas para nosotras. Una mayor presencia en la economía informal y, a menudo, una vida laboral intermitente, debido al cuidado de terceros, dificultan el poder sumar una cotización mínima.

Las mujeres encabezamos el ranking de los empleos mal pagados y socialmente desvalorizados. Del total de contratos a tiempo parcial, un 77,6% están en nuestras manos. Y la precariedad del empleo que fomenta, aún más, la última reforma laboral, no hace sino dificultar nuestra autonomía y conciliación personal y familiar. Asimismo, es importante señalar que ambos sexos no partimos en igualdad de condiciones en el mercado de trabajo. Las mujeres cobramos un 22% menos de media por año que nuestros compañeros, según la última Encuesta Anual de Estructura Salarial publicada en 2009 por el INE, y esta discriminación salarial crece cuando mayor es nuestro nivel de estudios.

Más allá de estos recortes en derechos sociales y laborales, enfrentamos una creciente ofensiva reaccionaria contra derechos sexuales y reproductivos. El proyecto de reforma de la Ley del Aborto del PP, que pretende restringir aún más las condiciones, plazos y supuestos para abortar, y que nos hace retroceder años atrás en dichos derechos, es sólo la punta de lanza.

Unas políticas que buscan imponer un modelo de sexualidad heterosexual, vinculada a la reproducción, y controlar la capacidad reproductiva de las mujeres. No quieren que tengamos derecho a decidir sobre nuestros cuerpos ni nuestras vidas, de aquí la amenaza del castigo penal al aborto.

Hoy 25 de noviembre reivindicamos el día contra la violencia machista para visibilizar una violencia invisible pero cotidiana y persistente contra las mujeres, que no hace sino agudizarse en el actual contexto de crisis. En el segundo trimestre del 2012, las denuncias por violencia machista aumentaron un 5,9% respecto a los tres primeros meses del año. Y las mujeres que sufren dichas situaciones cada vez son peor atendidas, debido a la disminución de recursos públicos.

CiU ha convocado para este día 25 elecciones al Parlament de Catalunya y la Junta Electoral ha prohibido la manifestación que se iba a celebrar y que, de todos modos, va a tirar adelante. Pero, como señala la Vocalía de Mujeres de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona: "no es la convocatoria de los colectivos feministas la que coincide con una cita electoral, sino el llamado a las urnas el que se produce un 25 de noviembre". Un hecho que muestra, una vez más, el nulo interés político por dicha cuestión.

La salida actual a la crisis busca devolvernos, a las mujeres, al hogar, recuperar roles familiares y de género retrógrados. Se trata de una ofensiva en toda regla contra derechos económicos, sexuales y reproductivos. Pero no lo vamos a permitir. Porque aunque algunos no les guste, aquí nosotras decidimos. ¿Las mujeres de vuelta al hogar? Ni soñarlo.

*Artículo publicado en Público.es, 25/11/2012.

domingo, noviembre 25, 2012

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Mensaje del Secretario General de Naciones Unidas en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Millones de mujeres y niñas de todo el mundo son agredidas, golpeadas, violadas, mutiladas o incluso asesinadas en lo que constituyen atroces violaciones de sus derechos humanos. Desde el campo de batalla a sus hogares, en la calle, en la escuela, en su lugar de trabajo o en su comunidad, hasta un 70% de mujeres han experimentado violencia física o sexual en algún momento de su vida. Hasta una cuarta parte de todas las mujeres embarazadas se han visto afectadas.

Con demasiada frecuencia los responsables quedan impunes. Las mujeres y las niñas tienen miedo de hablar debido a la cultura de impunidad reinante. Debemos combatir la sensación de miedo y vergüenza que castiga a las víctimas que ya han sido objeto de un delito y posteriormente se enfrentan al estigma que ello representa. Son los autores del delito quienes deben avergonzarse, no sus víctimas.

Mi campaña «Unidos para poner fin a la violencia contra las mujeres» está recabando la colaboración de los gobiernos, las organizaciones internacionales, los grupos de la sociedad civil, los medios de comunicación y los ciudadanos de a pie. El año pasado, cuando en el marco de esta campaña preguntamos a los jóvenes de todo el mundo de qué modo tenían previsto ayudar a promover esta importante causa, me sentí muy alentado por las respuestas recibidas. Muchos jóvenes pidieron que se pusiera fin a la ignorancia y señalaron que no deberíamos tolerar las actitudes negativas. Exigieron que alzásemos nuestras voces para promover los derechos humanos y sumásemos nuestras fuerzas para ayudar a las víctimas. Un joven dijo sencillamente que los niños podían combatir la violencia contra la mujer “convirtiéndose en padres y esposos responsables y respetuosos”.


Las Naciones Unidas actúan en todos estos frentes. Estamos creando una mayor conciencia mediante programas de divulgación pública. Este mes, el Fondo Fiduciario de las Naciones Unidas para poner fin a la violencia contra la mujer ha anunciado su intención de destinar 8 millones de dólares a iniciativas locales en 18 países. Los miembros de mi Red de Hombres Líderes en expansión están haciendo frente a la violencia mediante la sensibilización de la opinión pública, el fomento de una mejor legislación y pidiendo cuentas a los gobiernos.

A medida que vayamos ampliando estas iniciativas, debemos cuestionar en lo fundamental la cultura de discriminación que permite que la violencia continúe. En este Día Internacional, exhorto a todos los gobiernos a que cumplan su promesa de poner fin a todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas en todas las partes del mundo, e insto a toda la población a que apoye este importante objetivo.

Ban Ki-moon


La violencia estética: una nueva forma de violencia contra la mujer

Por: Esther Pineda G
Tradicionalmente cuando se aborda la temática de la violencia contra la mujer, con frecuencia la atención es concedida de manera predominante a la violencia física, verbal y psicológica, fundamentalmente ejercida por el hombre contra su pareja mujer, sin embargo, en nuestras sociedades contemporáneas las mujeres son victimas de una forma de violencia poco atendida y no tipificada en la normativa jurídica de nuestros países, pero que ha alcanzado grandes proporciones y ha cobrado la vida de una multiplicidad de mujeres.

Esta violencia contra la mujer referida es la violencia estética, la cual es de orden psicológico pero que tendrá efecto en el aspecto físico de las mujeres, es decir, impacta su subjetividad pero también sus cuerpos, en una sociedad que establece la belleza como elemento constitutivo de la identidad y valoración femenina.

Esta violencia estética se inicia con el proceso de definición de manera arbitraria de modelos y patrones de belleza mediante el imperialismo cultural, es decir, la violencia estética consiste en la promoción por parte de los medios de comunicación y difusión masiva, la industria de la moda, de la música y el mercado cosmético, de unos cuerpos “perfectos”, los cuales no son más que cuerpos ficticios, irreales, concebidos como ideal, como deber ser, como patrón a seguir, y donde las particularidades físicas de las mujeres son denominadas “imperfecciones”, que de acuerdo a los criterios de belleza reproducidos y transmitidos necesariamente han de ser intervenidas y suprimidas, o en el menor de los casos corregidas.



Pero la violencia estética es también, aquella que ejerce el sistema patriarcal cuando los hombres desvalorizan la naturalidad del cuerpo femenino, cuando asumen como criterio de valoración de belleza las mujeres ficticias, es decir, el canon impuesto por el sistema, es violencia estética cuando los hombres, esposos, padres, compañeros, novios, hermanos, amigos, promueven en las mujeres que forman parte de su vida la transformación de sus cuerpos para lucir mas atractivas, cuando son descalificadas y humilladas, es violencia estética cuando el hombre avergüenza a la mujer, critica con ahínco su imagen y apariencia física por no lucir como esa muñeca de perfectos rasgos y medidas exactas que le ha sido prometida por el mercado.

La violencia estética es la violencia que ejerce el mercado de la salud a través de médicos/as inescrupulosos/as que perciben a las mujeres como objetos, como clientes, como negocio, es violencia estética cuando los/as profesionales de la salud realizan procedimientos en condiciones inadecuadas, cuando introducen en los cuerpos de las mujeres sustancias prohibidas por el incumplimiento de la normativa de salud y alta peligrosidad como los biopolímeros, es violencia estética cuando las mujeres no son informadas detalladamente, asesoradas y advertidas acerca de los riesgos asociados a la realización de procedimientos quirúrgicos o ambulatorios dirigidos a modificar su imagen, es violencia estética la implementación de instrumentos inadecuados, materiales vencidos, como también la reutilización de implantes para abaratar los costos e incrementar sus ganancias a costa de la integridad física de las mujeres.

Pero fundamentalmente es violencia estética aquella que ejercen las mujeres contra si mismas, al evaluarse y valorarse a partir de los criterios impuestos por un mercado capitalista que ha cosificado, mercantilizado y comercializado sus cuerpos, es violencia estética aquella que cometen las mujeres contra sí al someterse a cirugías invasivas, restricciones alimentarías, procedimientos agresores de su integridad y su naturaleza, así como, todo el conjunto de elementos constitutivos de la tiranía de la belleza, como medio de adecuación a la expectativa social estética y estereotípica de la sociedad.

Es violencia estética la que ejercen las mujeres contra si mismas al borra su identidad, sus particularidades y someter sus cuerpos al molde impuesto de la belleza, es violencia estética el renunciar a quienes son, al invisibilizar su historia escrita en sus cuerpos, en sus kilos, en sus marcas, la violencia de borrar su unicidad…

estherpinedag@gmail.com

CIDH: El hogar sigue siendo peligroso para muchas latinas

EFE. Con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, el organismo manifestó su preocupación ante "la persistencia de la discriminación contra las mujeres en todos los ámbitos"

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos elogió hoy los avances en el continente americano en la adopción de leyes y políticas públicas para acabar con la violencia contra las mujeres, pero advirtió de que "existe una distancia significativa entre la legislación y su aplicación".

La CIDH difundió una declaración con motivo del Día Internacional por la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y añadió su preocupación por "la persistencia de la discriminación contra las mujeres en todos los ámbitos, incluyendo la política, la educación, el empleo y la salud".

"El hogar continúa siendo un lugar peligroso para muchas mujeres de América, debido a las altas tasas de violencia doméstica existentes", continúa el comunicado y añade que las mujeres víctimas de esta violencia afrontan obstáculos formidables en el acceso a la justicia.



"Para la mayoría de las mujeres, las leyes que existen en el papel sobre su derecho a la equidad y a la justicia no siempre se vuelven realidad", explica la CIDH.

La Comisión, que es un órgano autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), afirmó que la discriminación contra las mujeres continúa profundamente arraigada en las estructuras sociales de los países de la región.

"En general, las mujeres están más afectadas por la pobreza que los hombres, tienen menos acceso a la vivienda y a los servicios de salud, y están sujetas a violencia física y sexual en mayor proporción que los hombres", sostiene.

Además, la CIDH describe una "interseccionalidad en la discriminación contra las mujeres, en base a factores como la raza, la etnia y la pobreza".

"En este sentido, por ejemplo, las mujeres indígenas y las mujeres afrodescendientes están particularmente expuestas a actos de violencia física, psicológica y sexual", añade.

"La Comisión ha destacado que la ausencia de una respuesta eficaz por parte del Estado y la impunidad reinante en relación con la violencia y la discriminación propician su repetición", concluye el comunicado.

Miles de mujeres marcharon en Colombia contra violencia de género

Prensa Latina
Miles de mujeres marcharon hoy en el país contra la violencia de género, de la cual son víctimas en forma sistemática, como lo han denunciado en diferentes ocasiones organizaciones y organismos internacionales como la ONU.
Amen y no maltraten fue una de las consignas de la manifestación convocada por el Día Internacional de no violencia contra la mujer.

En esta capital los casos de esa índole registran una frecuencia alarmante con asesinatos muchas veces originados por el machismo de amantes desdeñados o divorcios atribuidos por cónyuges a supuestas infidelidades, reflejados en la prensa.

Sin contar los casos no denunciados por temor a represalias mayores, o los registrados por autoridades policiales y que no contemplan sanciones para el victimario.

De acuerdo con cifras oficiales, en Colombia cada tres días una mujer es asesinada, 140 son agredidas y cada una hora dos son violadas.

"Hemos llegado a unos límites denigrantes, casi inimaginables, y ni qué decir de la violación como arma de guerra", afirmó la representante a la Cámara Angela Robledo, en mayo último, cuando fue encontrado en el Parque Nacional bogotano el cadáver de Flor Estela Cely, asesinada "y brutalmente violada".



Según reportes oficiales, Bucaramanga, capital del norteño departamento de Santander, es la segunda ciudad colombiana donde más casos de violencia contra la mujer son denunciados, mientras en el central departamento del Quindío los índices de violencia contra la mujer "son graves", señalan.

En Bucaramanga, capital de Santander, el Instituto de Medicina Legal reportó mil 560 actos de violencia de género, el 89 por ciento de ellos ejecutados por la pareja sentimental correspondiente, a lo cual se añade el asesinato de 15 mujeres, cuatro de ellas a manos de sus esposos.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo en el central departamento del Quindío reveló que en sus 12 municipios se registraron 80 casos de violencia intrafamiliar, 42 de abuso sexual con menores de 14 años y 20 por acceso carnal abusivo contra menores de 14 años, entre otros.

Para la directora del Observatorio Mujer, Cultura y Derecho del Quindío, Sandra Castañeda, la violencia de género es grave en este departamento. "Lo más preocupante es que en la mayoría de las ocasiones la ejercen los novios o esposos, sin que las féminas lo denuncien, lo que agudiza esta problemática", destacó.

La Secretaría de Familia de Quindío lanzó una campaña para identificar factores de riesgo, formación y capacitación, no sólo destinada a las mujeres, sino a toda la sociedad, a fin de que se protejan de una u otra manera los derechos de la mujer en todas las etapas de la vida, desde el proceso de gestacion hasta sus últimos años de existencia.

Colectivos de mujeres alzan su voz en contra de la violencia de género

AVN.- Para Alba Carosio, del Movimiento de Mujeres Araña Feminista, la violencia de género es un mal social que debe ser erradicado y bajo ese propósito los colectivos femeninos nuevamente alzarán su voz este 25 de noviembre, Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres.

Araña Feminista realizará este domingo a las 2:00 de la tarde una concentración frente a la sede de la Fiscalía General de la República en Parque Carabobo, Caracas, actividad en la que distribuirán a la comunidad material impreso para sensibilizar sobre este tema, así como una presentación cultural en alusión a la fecha.

Carosio explica que el flagelo de la violencia de género tiene que ver con la situación de sumisión impuesta por el patriarcado, un sistema que mantiene la preeminencia social de los hombres sobre las mujeres; y considera que hace falta un gran pacto social que promueva una actitud diferente en los hombres y las mujeres hacia una convivencia más igualitaria, en lo que deben trabajar aún más los medios de comunicación y el sector educativo.



El Día Internacional contra la violencia hacia las mujeres fue declarado en el I Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia, en julio de 1981, ocasión en que las damas denunciaron violencia de género en el ámbito doméstico, violación y acoso sexual, así como tortura y abusos sufridos por prisioneras políticas.

Igualmente se recuerda a las hermanas Mirabal -Patricia, Minerva y María Teresa-, activistas políticas que fueron torturadas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960, en manos de la policía secreta del dictador dominicado Rafael Trujillo.

Mariposas y color morado

Esas hermanas son igualmente conocidas y representadas como las "Mariposas", por ser éste el nombre secreto que adoptaba Minerva, en sus actividades políticas clandestinas en contra de la tiranía de Trujillo.

En la década de l1990, los colectivos femeninos adoptaron un lazo de color morado para denunciar los actos violentos que se ejercen contra las ciudadanas y en honor a las 129 trabajadoras de la fábrica textil Cotton, de Nueva York, Estados Unidos, donde en 1908 murieron quemadas por un incendio que provocó el dueño de la empresa ante una huelga de estas obreras por sus reivindicaciones.

La anécdota del suceso relata que las telas sobre las que estaban trabajando esas ciudadanas eran precisamente de color violeta.

Legislaciones contra la transgresión

El 20 de noviembre pasado, la plenaria de la Asamblea Nacional (AN) dio el visto bueno al proyecto de acuerdo en rechazo a la violencia contra la mujer, por la conmemoración de dicha efeméride y también por el sexto aniversario de la promulgación de la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia.

La normativa se gestó el 25 de noviembre de 2006, cuando organizaciones no gubernamentales, mujeres organizadas, diputadas y ministras llevaron a cabo una sesión especial en el Teatro Teresa Carreño, Caracas, para discutir la Ley Orgánica sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia, que efectivamente fue sancionada.

El 23 de abril de 2007 fue publicado el decreto N° 38.668, que dejó sin efectos la anterior Ley sobre la Violencia contra la Mujer y la Familia, creada en 1998.

La nueva legislación tipifica 19 delitos al respecto que incluyen la violencia física, patrimonial, sexual, psicológica, laboral y obstétrica, así como acoso u hostigamiento, amenaza, actos lascivos, prostitución forzada, esclavitud sexual y acoso sexual, entre otros.

Alba Carosio hizo la salvedad de que es a partir de ese instrumento cuando se crean en el país los tribunales, defensorías y fiscalías especiales de violencia contra las mujeres, así como se le da un reimpulso a talleres, cursos y conferencias dirigidos a quienes administran justicia y a las comunidades para trabajar la sensibilización.

Por su parte, Jeisy Giménez, del Movimiento de Mujeres Ana Soto, subraya: "Sabemos que las revoluciones la hacen los pueblos, por eso debemos avanzar en conjunto las mujeres pobres que vivimos la explotación del sistema capitalista para alzar nuestra voz porque continúen las reivindicaciones".

Entre los múltiples mecanismos que ha implementado el Gobierno Bolivariano para proteger y reivindicar los derechos de las mujeres, Giménez refiere la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, aprobada por el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, vía habilitante, el 1 de mayo pasado.

"Una de las banderas fundamentales de esa ley con perspectivas de género es la aprobación del aumento del permiso post parto a seis meses, el pre parto a tres meses y el asegurar que el compañero o esposo no va a perder su trabajo por el acompañamiento que haga a su pareja durante los primeros 15 días después del alumbramiento".

ONU Mujer llama a tomar medidas contra la violencia de género

AVN.- En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, este 25 de noviembre, la ex presidenta chilena y actual directora de ONU Mujer, Michelle Bachelet, llamó a todos los jefes de Estado y de Gobierno a tomar medidas para poner fin a este flagelo.

"Llegó el momento de mantener las promesas que los líderes hicieron a las mujeres, los exhorto a poner fin a la plaga de violencia que golpea a todas las sociedades", manifestó Bachelet en una intervención publicada por el diario italiano La Stampa y reseñada por la agencia Prensa Latina.

Instó a participar en una iniciativa global que permita presentar al mundo los compromisos adoptados por cada país para enfrentar ese fenómeno.

Recordó que en marzo de 2013 los representantes de los Gobiernos y de la sociedad civil se reunirán en la Comisión de las Naciones Unidas sobre el estatus de las mujeres, con la intención de acordar una acción eficaz de prevención y respuesta a la violencia.



"Las expectativas son altas, como es justo que sea", agregó Bachelet, quien lamentó la existencia de países donde hasta siete mujeres de cada 10 corren el riesgo de ser violadas, maltratadas o mutiladas en el curso de su vida.

Para la ex mandataria, una crisis de tales dimensiones necesita la máxima atención posible de parte de los líderes mundiales, pues no puede haber paz ni progreso mientras las mujeres viven en un estado de miedo.

La efeméride contra la violencia hacia las mujeres fue declarada en el I Encuentro Feminista de Latinoamérica y del Caribe, celebrado en Bogotá, Colombia, en julio de 1981, ocasión en que las damas denunciaron violencia de género en el ámbito doméstico, violación y acoso sexual, así como tortura y abusos sufridos por prisioneras políticas.

Igualmente se recuerda a las hermanas Mirabal -Patricia, Minerva y María Teresa-, activistas políticas que fueron torturadas y asesinadas el 25 de noviembre de 1960, en manos de la policía secreta del dictador dominicado Rafael Trujillo.

viernes, noviembre 23, 2012

Vuelan Las Mariposas

ALEJANDRA LAPREA

Araña Feminista Patria, Minerva y María Teresa, conocidas también como “Las Mariposas” murieron por órdenes del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo en 1960. A ellas el dictador les cobró con especial saña su militancia política. Las mariposas fueron enjuiciadas y condenadas a tres años de cárcel junto con sus esposos, pero misteriosamente fueron beneficiadas por un indulto. Trujillo solía hacer este tipo de maniobras para seguir hostigando a quienes se le oponían y así fue con las Mirabal: el 25 de noviembre fueron secuestradas y apaleadas hasta morir. La muerte de las hermanas Mirabal, lejos de amedrentar al pueblo dominicano, lo enardeció y dio inicio a la caída de Rafael Leónidas Trujillo. El vuelo de las mariposas no fue en vano.

En los ochenta el continente se encontraba sumido en dictaduras militares y Centroamérica vivía conflictos bélicos. Las fuerzas oligárquicas patriarcales basan su poder en el miedo y para esto usan la tortura y violación sistemática de las mujeres y sus derechos. Esta situación fue tratada en el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe en 1982, llegándose a la conclusión de que las mujeres eran doblemente castigadas cuando levantaban su voz, que a la mujer se le cobra doble su rebeldía, es así como se presenta ante la plenaria la petición de declarar un día de lucha contra la violencia hacia la mujer . Más tarde, en 1993, República Dominicana solicita a la ONU que se declare el 25 de noviembre Día Internacional por la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, propuesta aprobada por 85 países.

La violencia hacia la mujer no se manifiesta sólo en situaciones de conflicto, por lo contrario, es en lo cotidiano donde más la sufrimos. Las estadísticas señalan que todas las mujeres hemos sido víctimas de acoso en nuestros trabajos o en la calle, que a escala mundial 1 de 4 mujeres ha sido violada, que de 1 a 3 mujeres son víctimas de violencia física o sicológica dentro de sus hogares y así una y otra estadística demuestran cómo todas somos víctimas y como el problema no es un asunto privado, sino de la sociedad.

Feminismo en los medios

•Utopía de Mujeres, Otra Mirada del Mundo. CRP, 91.5FM, Petare. Programa impulsado por el Movimiento de Mujeres Manuela Sáenz.

•En Jaque, martes 4:00pm, 93.6FM, Alba Ciudad.

La violencia contra las mujeres: un problema de Estado

JUDITH LÓPEZ GUEVARA

Ciudad Caracas La violencia de género, es simplemente una violación de los Derechos Humanos, por tanto es un problema de Estado, el cual debe crear condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones socio-culturales que sostienen la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres y favorecer, la construcción de una sociedad democrática, participativa, paritaria y protagónica.

Cada día, miles de mujeres en el mundo son víctimas de maltrato, muchas de ellas mueren a causa de las golpizas recibidas, otras deben ser sometidas a tratamiento psicológico de por vida para superar los traumas. De acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi la mitad de las mujeres que mueren por homicidio son asesinadas por sus maridos o parejas actuales o anteriores, porcentaje que se eleva al 70% en algunos países.

La mayoría de las víctimas de agresiones físicas, se ven sometidas a múltiples actos de violencia durante largos períodos. En más de la mitad de estos casos se producen también abusos sexuales. En algunos países, hasta una tercera parte de las niñas señalan haber sufrido una iniciación sexual forzada.

Las denuncias de casos ante las autoridades son pocas, por un lado porque las víctimas se mantienen en espera de un cambio espontáneo de su agresor y por el otro, porque aceptan las disculpas de quien arremete contra ellas y creen en la promesa de que “no volverá a ocurrir”.También influye el temor al prejuicio social, la dependencia económica y la falta de esperanzas en la eficiencia de los trámites jurídicos.

En las dos últimas décadas en el ámbito mundial, se han concretado importantes avances en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Se establecieron los derechos de la mujer como derechos humanos y la lucha contra la violencia de género se ubicó de manera significativa en la agenda internacional, como un lineamiento de acción de carácter supranacional.

Venezuela ha dedicado un gran esfuerzo en prevenir y sancionar las diferentes manifestaciones de la violencia de género en los diversos espacios donde se perpetúa la desigualdad social entre hombres y mujeres. En este sentido, el Estado ha suscrito y cumple con los marcos jurídicos internacionales sobre la materia entre los que destacan: la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, Cedaw (1981) y su Protocolo Facultativo (1999); la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing- 1995) y la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer o Convención Belém Do Pará (1994), entre otros.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, sancionada en 1999, no sólo dispone que todas estas convenciones y acuerdos tienen un carácter vinculante para el país; es decir, que prevalecen en el orden interno, siendo sus disposiciones de aplicación directa e inmediata por los tribunales y demás órganos del poder público, sino que va más allá: tiene visión de género que se expresa desde el preámbulo hasta las disposiciones finales, entretejida con el principio de la corresponsabilidad, lenguaje no-sexista y reconoce, entre otros derechos, la igualdad y equidad de hombres y mujeres, el derecho de las amas de casa a la seguridad social y el valor al trabajo doméstico.

La Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, es el más reciente y completo instrumento legal del que dispone el país para enfrentar la violencia contra la mujer. La misma constituye una medida de acción positiva, que garantiza la norma constitucional del derecho a la vida y a la integridad física, psíquica y moral de la víctima. Es tan avanzada que reconoce 19 tipos de violencia.

A pesar del esfuerzo que se hace, de las leyes sancionadas y las estructuras o instituciones creadas por el Estado para combatirla, la violencia machista sigue siendo un problema grave, pues su raíz está en el sistema patriarcal, que convierte la trivial diferencia física entre mujeres y hombres, en desigualdad económica, social y cultural, mediante la afirmación de que los hombres son más valiosos que las mujeres, y somete a éstas al dominio de aquéllos.

El capitalismo nos divide en clases: la dominante representada por los propietarios de los medios de producción y la dominada que nos vemos obligadas y obligados, a vender nuestra fuerza de trabajo para subsistir. En este sistema socio-económico, la mujer es considerada sólo en buena medida como reproductora biológica, explotada tanto en el trabajo como en el hogar, pues este es el circuito capitalista y de allí la violencia de género.

El capitalismo se retroalimenta del patriarcado, creando un sistema de opresión cultural que invisibiliza a la mujer. Por eso es importante, en la implementación de estrategias de prevención de la violencia de género, desmontar los patrones socioculturales impuestos desde el capitalismo, un modelo socio-económico que no le da valor al ser humano, que establece una clara división entre lo sexual y lo social. Al respecto dice el presidente Hugo Chávez: “El capitalismo ha tratado siempre de reducir a la mujer a un fetiche, a un símbolo sexual, a un objeto”.

En estos últimos tiempos, las mujeres organizadas hemos conquistado espacios en los ámbitos político, cultural, social y económico. En esta lucha por la conquista de nuestros derechos muchas mujeres han muerto, tal es el caso de las que fallecieron en el incendio de la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York el 25 de marzo de 1911. Siendo este el desastre industrial más mortífero en la historia de esa ciudad y el cuarto por el número de muertes en un accidente industrial de EEUU. Esta tragedia cegó la vida de 140 jóvenes en edades comprendidas entre 16 y 23 años, provenientes en su mayoría de Europa. Hechos como estos nos demuestran cómo el capitalismo salvaje arremete contra los derechos humanos, en este caso el derecho de las mujeres, que simplemente solicitaban reivindicaciones de sus espacios laborales que eran infrahumanos, acompañados de 18 horas diarias de trabajo. En recuerdo de esta lamentable tragedia, se conmemora a nivel mundial el 8 de marzo el “Día Internacional de la Mujer Trabajadora”.

En las pasadas elecciones del 7-O Venezuela ratificó el modelo socialista, porque estamos convencidas y convencidos que la erradicación de la violencia de género, sólo será posible en una sociedad de iguales, donde se respeten las diferencias del uno por el otro, dando primacía a lo humano.

Finalmente, la lucha por la liberación de las mujeres, no es contra los hombres, sino al lado de ellos, para lograr una sociedad justa para ambos, en la que no exista la explotación de los seres humanos y humanas y en la que podamos vivir en igualdad de condiciones y derechos.

La autora es Analista Política y Defensora de los Derechos Humanos.