domingo, abril 13, 2014

Trata: esclavitud entre fronteras y prejuicios

Gloria López

AmecoPress. La organización internacional de derechos humanos Women’s Link Worldwide presentó hoy el informe ‘La trata de mujeres y niñas nigerianas: esclavitud entre fronteras y prejuicios’, que examina las obligaciones que tienen los países, incluido España, de proteger a las víctimas de trata y explica por qué en el caso de Nigeria es necesario entender el contexto del país para poder dar esa protección. El informe también pone de manifiesto la falta de protección para las víctimas en Nigeria, por lo que la expulsión de éstas del Estado Español a su país de origen puede llegar a ser una forma de continuar violando sus derechos.

El salón de actos del Colegio de Abogados de Madrid ha acogido la presentación del informe, que ha estado moderada por el periodista de la cadena Ser Nicolás Castellano. Gema Fernández, coordinadora de la investigación ha explicado los motivos que impulsaron este trabajo.

Desde hace 10 años la organización Women’s Link trabaja con mujeres migrantes, incluidas nigerianas, y viene realizando investigaciones e informes. Además, su labor en la representación legal de mujeres y niñas víctimas y presuntas víctimas de trata de personas, entre ellas nigerianas, ante instancias nacionales e internacionales, les permitió identificar realidades particulares que enfrentan las mujeres migrantes que son víctimas de trata provenientes de Nigeria. Todo ello impulsó a la organización a emprender una nueva investigación para conocer el contexto social, político, económico y cultural de Nigeria y entender, desde esa perspectiva, los factores que contribuyen a la trata de mujeres y niñas nigerianas y la relación de ésta con los movimientos migratorios.

Según ha explicado la abogada Gema Fernández, la pobreza, la falta de oportunidades y la violencia de género, incluidas la violencia familiar y la violencia sexual, son factores que empujan a las mujeres y niñas a migrar y las pone en situación de alta vulnerabilidad de ser captadas por las redes de trata.

En un contexto donde la migración es aceptada como una alternativa para buscar una mejora de las condiciones de vida, las redes muy a menudo usan rituales espirituales y creencias religiosas (como el juju, un sistema de creencias ancestral), para someter a mujeres y niñas. Bajo la amenaza del juju, las mujeres y niñas nigerianas temen consecuencias espirituales y materiales para ellas, sus familias y las generaciones futuras en caso de incumplir con los pagos de la deuda impuesta por la red.

Gema ha enfatizado el significado del título del informe. “El desconocimiento del contexto nigeriano provoca que predominen estereotipos y prejuicios basados en género, raza o situación migratoria y lleva a que no se protejan los derechos humanos de las mujeres y niñas víctimas de trata, incluyendo el acceso a la justicia”, ha asegurado la coordinadora del informe.

El contexto nigeriano

En ese sentido, Helena Maleno, experta en migraciones y trata, ha ofrecido un testimonio de sus viajes a Nigeria para comprender la situación y poder ayudar a las mujeres víctimas de trata. “La trata se ha convertido en una parte de la construcción social, que da beneficios a la comunidad, en un contexto de pobreza y desigualdad”, ha asegurado, ilustrando la conclusión con algunas de sus vivencias. Por ejemplo, como pudo ver que en el aeropuerto de Lagos hay personal de las redes de trata que esperan a las mujeres deportadas; o descubrir una situación interna del fenómeno de la trata que hace sentir a las mujeres y sus familias que ser víctima de trata en países europeos es una oportunidad –frente a serlo en Ghana o Sudáfrica-; o comprobar que incluso los partidos políticos reciben dinero para sus campañas de los responsables de las redes de trata.

“El juju no es malo ni bueno”, ha explicado Maleno. Es un sistema de creencias ancestral, anterior a las creencias que aportaron los colonizadores, en el que la sociedad nigeriana se reconoce. Actualmente mediante el juju se establece un contrato que obliga espiritual y legalmente al silencio de las mujeres y sus familias y al pago de la deuda contraída con la red. “Si no cumples, el tribunal –que normalmente se reúne en los templos religiosos- convoca a la familia; allí, la víctima es la madame –mujeres que están a la cabeza de la estructura piramidal de las redes de trata y que en su mayoría fueron víctimas primeramente-. Las víctimas y sus familias son amenazadas y algunas de estas amenazas se llevan a cabo por las sociedades secretas –paralelas a la administración y con mucho poder-. En este contexto, las redes se convierten en protectoras de sus derechos”.

“Volvemos a descubrir que no hay soluciones individuales si no se trabajan las desigualdades”, ha asegurado Helena. Asimismo, ha recordado que los Estados tienen unas obligaciones para garantizar el respeto de los derechos humanos y eso no se está haciendo. Las mujeres nigerianas a menudo “tienen que elegir” entre la “violencia privada de las redes de trata” o la “violencia pública” de los propios estados.

Deportaciones

Ese es el contexto mayor en el que se produce la atrocidad de la trata y al que Europa no puede seguir cerrando los ojos. España incumple sus obligaciones frente a las víctimas de trata nigerianas. El documento analiza las carencias del sistema de protección a las víctimas de trata de personas en España y, específicamente, las debilidades frente a las víctimas de origen nigeriano. Muchas de las mujeres y niñas víctimas de trata que son deportadas vuelven a las redes.

El informe detalla la necesidad de hacer una evaluación de riesgo individualizado antes de ejecutar una deportación de una víctima o presunta victima de trata a Nigeria. Esto, porque contrario a lo que indican las disposiciones internacionales de derechos humanos, el sistema de protección español no valora adecuadamente ni el contexto nigeriano, ni el riesgo que corren las mujeres y niñas en caso de ser expulsadas del país: volver a ser tratadas (retrafficking), estigma por parte de la comunidad y violencia en su contra.

“Adentrarnos en el particular contexto nigeriano permite definir claramente los retos que implica el trabajo con mujeres y niñas víctimas de trata de personas de esta nacionalidad, tanto en su país de origen como en países de destino como España. Esperamos que este informe sea de gran utilidad tanto para las autoridades españolas como para las organizaciones que atienden a las víctimas”, demanda Fernández.

Paradojas y estereotipos

En la presentación del informe también han participado la antropóloga Soledad Vieitez y Alicia Garrido. Vieitez, gran conocedora del contexto africano, ha señalado que Nigeria es un país de grandes contradicciones y paradojas: mientras que históricamente han exportado los mejores exponentes del Feminismo y también de los estudios de género, es un país en los que se ejerce mucha violencia hacia las mujeres y que cuenta con lo que llaman “demócratas”, mujeres que llegan al poder mediante la defensa de la igualdad –en la década de los 60 fue pionero- y que después se olvidan de ello.

Por su parte Garrido ha destacado la conexión entre la existencia de estereotipos y “la dificultad para empalizar con realidades diferentes a las nuestras”. El estereotipo es un modo de simplificar la realidad e impide percibir otras características que nos permitirían ver elementos comunes, en este caso, con las mujeres y niñas, víctimas de trata.

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