martes, noviembre 25, 2014

Las hermanas Mirabal: un legado de heroismo y dignidad de la izquierda nuestra americana

Laila Tajeldine

En la memoria Latinoamericana ha quedado para siempre el recuerdo de la heroicidad de mujeres que fueron perseguidas, torturadas, acosadas, y otras entregaron sus vidas para liberar a los pueblos de tiranías impuestas bajo el imperio del terror en la región desde la década de los 60, a través de los gobiernos apoyados e impuestos por Estados Unidos. Precisamente, el día internacional para la eliminación de la violencia contra la mujer se conmemora para rendir honor a la valentía de tres mujeres de izquierda víctimas de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en la República Dominicana. Ese régimen fue uno de los sistemas más bárbaros y despóticos de Nuestra América, por cuanto representó 31 años de historia de crímenes y violaciones a los derechos humanos, causando la desaparición y asesinatos de alrededor de 50 mil personas.

Entre los miles de antecedentes de violaciones cometidos durante la dictadura, vale destacar la brutal tortura y el vil asesinato de Patria, Minerva y María Teresa, o mejor conocidas como las Hermanas Mirabal, ocurrido el 25 de noviembre de 1960. Sus cuerpos fueron despedazados y arrojados a un barranco. El hecho se perpetró por encargo manifiesto de Trujillo, a través de una banda de sicarios, para ultimar a las “tres mariposas”, como le llamaban sus compañeros de lucha.

A pesar del fracaso de la lucha guerrillera en 1959, la lucha de las Hermanas Mirabal se constituyó una de las demostraciones más fehacientes de heroísmo y dignidad nuestraamericana que profundizó la lucha en todos los sectores sociales en la región y el mundo.

En el contexto de la era de Trujillo de 1930 a 1961, no se había concretado una teorización sobre la violencia contra las mujeres. Decenas de documentos bibliográficos demuestran las historias de sufrimientos, vejaciones y torturas sufridas durante la tiranía que insistía en mantener el sistema capitalista y la hegemonía de Estados Unidos en ese país.

Es importante mencionar que durante ese tiempo, además de los abusos de ese sistema oprobioso hay que sumarle la opresión con respecto a las privaciones de los derechos y libertades femeninas que se vivía en la región, frente a todo el aparato represivo de poderes dictatoriales, cuyos signos eran el acoso, la persecución y la tortura. Junto a estos símbolos del terror habría que añadirles toda una presión psicológica y material que se ejercía desde los poderes dictatoriales, como el de Trujillo, en el cual se forzaba a familias a entregar a las mujeres a fines de utilizarlas sexualmente. De acuerdo a testimonios dejados por Minerva, muchas jóvenes bajo efectos de la droga eran abusadas por los esbirros y colaboradores más cercanos del dictador.

Las prácticas de torturas contra la mujer formaron parte de un guión dictado por la CIA, a través de la Escuela de las Américas que adoctrinó a la mayoría de las fuerzas militares para neutralizar a toda organización de izquierda que surgiera.

DE MIRABAL A ESQUIVEL

Venezuela no escapa a ese periplo oscuro de violaciones a los derechos humanos. Durante la IV República, un gran número de mujeres fueron víctimas del horror de una política de terrorismo de Estado, que se mantuvo durante décadas.

Entre las listas de antecedentes de crímenes políticos y vejaciones cometidas en esa etapa terrible de nuestra historia, cabe recordar los casos de tortura de las Hermanas Esquivel, Brenda y Marlene, que en 1972 fueron víctimas de las prácticas de tortura ejecutadas de forma directa por el Agente de la CIA, el terrorista confeso y protegido por Estados Unidos, Luis Clemente Posada Carrilles. Marlene Esquivel, como sobreviviente de aquellas aberrantes violaciones, señala como, en un operativo policial fue golpeada y agredida con ocho meses de embarazo, causándole la pérdida de su hijo y su posterior esterilidad.

Brenda Esquivel, denunció que de acuerdo a órdenes expresas de Posada Carriles, a su hija de 24 días de nacida, le fueron quemadas las piernas a través de cigarrillos, y que el propio Posada Carriles con su mano le tapaba la cara a la niña para asfixiarla.

LAS MUJERES DE CANTAURA:

Vale recordar igualmente el ataque militar durante la IV República en Cantaura el 4 de octubre de 1982, en la que 6 mujeres luchadoras fueron fusiladas por el Ejército, Emperatriz Guzmán, Luisa Estévez Arranz, Eumenides Ysoida Gutiérrez, Sor Alonso Salazar, Carmen Rojas García y Beatriz Jiménez.

LA PRIMERA MÁRTIR DEL CARACAZO:

En el marco de las luchas sociales en las que participaron las mujeres venezolanas a finales de la década de los 80, sobresale el caso de Yulimar Reyes, joven estudiante militante de izquierda, que demostró valentía en las luchas estudiantiles emprendidas en aquellos años de represión, la tortura y desapariciones. Yulimar, por oponerse a las medidas neoliberales de Carlos Andrés Pérez, fue la primera mujer asesinada por los cuerpos policiales el 27 de febrero de 1989.

LA REVOLUCIÓN REIVINDICA LA LUCHA DE LAS MUJERES

Luego del triunfo de la Revolución Bolivariana en 1998, que constituye un proceso de transformación socio-política, impulsado bajo el liderazgo del Comandante Eterno, Hugo Chávez, se sientan las bases para la constitución de un verdadero Estado garante de la protección de los derechos humanos, que otorga a la mujer un lugar protagónico en el desarrollo del país y visibiliza sus luchas, tanto del pasado como del presente.

Las luchas de las Hermanas Mirabal, Esquivel, las mártires de Cantaura y Yulimar Reyes, constituyen una inspiración para quienes luchan por un mundo de justicia, paz e igualdad. Hoy no estamos solamente rindiendo tributo a tres mujeres asesinadas, estamos conmemorando la valentía, heroísmo y dignidad de las mujeres de Nuestra América.

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